Si algo se ha gestionado de forma desastrosa durante años ha sido la decisión de cuántos médicos formar en nuestras facultades, cuántos especialistas formar en el MIR y cuántas plazas de las existentes en el sistema cubrir mediante oposiciones periódicas. Nada iguala la miserable incompetencia desplegada aquí. Quienes peinamos canas recordamos aquella famosa "bolsa" de 20.000 médicos parados de los años 80 de la que algunos, todavía hoy en activo, formamos parte. Pues bien, a veces viene bien un ejercicio de memoria, aunque sólo sea para que los más jóvenes sepan cómo hemos llegado hasta aquí y, también, por dónde no salir.
Gestión placentera del personal por la droga del petróleo barato
Esta sobreabundancia de médicos, este "petróleo barato", hizo que la administración sanitaria se acostumbrara a una gestión del personal como si de recursos se tratara y no de profesionales cualificados, algo que aún perdura en el inconsciente colectivo organizacional (aquí). Lo cierto es que es más fácil gestionar la sobreabundancia que la escasez. La sanidad pública, como principal contratador, ofrecía los peores puestos, condiciones laborales y remuneraciones, precisamente, a esta "bolsa" de médicos pues la ley de la oferta y la demanda le favorecía. Ese "petróleo barato" fue por entonces, y por muchos años, el verdadero combustible del sistema. Este acostumbramiento se insertó con los años en el genoma del sistema y se convirtió en una auténtica adicción, difícil de revertir por la tan placentera gestión del personal que permitía la "droga" del "petróleo barato". Este modo de gestión está tan incrustado en el ADN del sistema que todavía perdura hoy cuando casi no queda "petróleo barato". Pero claro, esta tosca manera de "gestionar" el personal sólo funciona y es placentera para quien gestiona cuando existe "petróleo barato". Cuando éste escasea, ya no funciona y resulta que "no se encuentran" médicos. Se muestra en el siguiente vídeo.
El fin del petróleo barato presagiaba un síndrome de abstinencia
Así funcionaron las cosas durante muchos años hasta que hace unos diez se encendieron algunas señales de alarma ante la dificultad de "encontrar" médicos (aquí). Pero no faltaban médicos. Lo que ocurrió entonces fue el principio del fin del "petróleo barato" (aquí). Una parte de aquella "bolsa" se jubiló tras ejercer la profesión. Pero otra parte, no despreciable, la abandonó al no conseguir nunca una estabilidad laboral mínimamente digna. Sólo hay que recordar el continuado desequilibrio entre los miles de licenciados por año y el reducido número de plazas MIR ofertadas hasta los primeros años 90. No faltaban médicos en el sistema, lo que empezaba a faltar era la "droga". Y las señales de alarma no eran otra cosa que síntomas de "dependencia" ante el hecho de que el adictivo "petróleo barato" empezaba a escasear. Se presagiaba un "síndrome de abstinencia" en toda regla. A finales de 2002, en la prensa general, y al mismo tiempo, todavía era noticia la bolsa de los 20.000 médicos parados y claramente se empezaba a hablar de la emigración de las batas blancas (aquí). Al año siguiente, en 2003, se publicaba en Aten Primaria el artículo titulado "Médicos españoles en Europa: la emigración como solución a los contratos basura". Estos hechos confirman que no fallaba la "producción" de médicos. Lo que fallaba era la capacidad para retenerlos, algo de lo que la administración sanitaria jamás se ocupó ni le preocupó lo más mínimo, pues durante muchísimos años nadó en la sobreabundancia de médicos. La siguiente tabla muestra cuándo se creó la gran bolsa de "petróleo barato".
Reacciones ante la escasez de la droga del petróleo barato
Importar médicos. Ante ello, se decidió facilitar la convalidación de la licenciatura y la especialidad (si la hubiere) a miles de médicos extranjeros, fundamentalmente latinoamericanos (aquí) y en menor medida de Europa del este, que empezaron a ejercer en nuestra sanidad. Al tiempo que se hablaba de "déficit de médicos", la emigración de los galenos españoles iba a más (aquí). Empezaba una sustitución: médicos extranjeros venían a ejercer a España con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales y, por el mismo motivo, los médicos españoles emigraban. No hay problema, se decía, es lo normal en un mercado abierto. Al mismo tiempo, además, se amplió el cupo de extranjeros en el MIR (aquí) e, incluso, directivos sanitarios autonómicos viajaron repetidamente a países del este europeo a "fichar" médicos (aquí). Curiosamente, no se tiene noticia de que directivos sanitarios autonómicos viajaran entonces (ni después, ni ahora) con la intención de repatriar a los médicos españoles que ya habían emigrado a países como el Reino Unido, Suecia, Portugal, etc., ofreciéndoles condiciones laborales dignas en nuestro país.
Producir más médicos. Pero claro, todo lo anterior no fue suficiente para un sistema dependiente de una "droga" que empezaba a escasear. Con la intención de disponer nuevamente de "petróleo barato", se decidió también incrementar un 40% la "producción" de médicos. Se aumentó el número de admitidos por facultad y, sobre todo, el número de facultades. En pocos años, de los 4000 licenciados por año se pasó a los 7000, que es ahora el número que se licencia cada año. Igual que en aeropuertos y kilómetros de AVE (aquí), ya somos líderes mundiales en facultades de medicina y fabricamos miles de médicos más por año que los recomendados por la OMS (aquí). Se pretendió convertir a España en una OPEP de médicos (aquí): fabricaríamos tanto petróleo que tendríamos de nuevo sobreabundancia ("petróleo barato" para nosotros) y exportaríamos el sobrante (emigración). Tan adictiva era la "droga" que poco importó que eso significara dilapidar dinero público en formar a miles de licenciados (aquí) y especialistas (aquí) a los que luego no les quedaría otra que emigrar. Lo importante era volver a disponer de combustible barato para que el sistema siguiera funcionado "como siempre" y "como siempre" continuara la gestión de los "recursos" humanos: "lo tomas o lo dejas, pero esto es lo que hay: si no lo coges tu, lo hará otro...". Para cerrar el círculo se precisaba, además, mucha temporalidad. Y así, durante muchos años apenas se convocaron oposiciones, no por crisis económica como ahora sino por pura estrategia miserable. Aquello reventó a mitad de la primera década de este siglo con una oposición extraordinaria, como la que ahora se anuncia (aquí y aquí), y que apenas redujo la temporalidad.
La falta de médicos que viene: ¿ahora sí que sí?
Los datos actuales amenazan con un fuerte déficit de médicos que se desencadenará en los próximos años por la jubilación de gran parte de un parque médico público tan envejecido o más que el automovilístico, consecuencia de los despidos (afectaron más a los jóvenes) y de la ausencia de oposiciones durante los casi diez años que llevamos de crisis (aquí). La precariedad laboral en la sanidad ha ido en aumento y es, desde hace algunos años, incluso peor en la pública que en la privada (aquí). Ante este panorama nuestros médicos emigran, especialmente los más jóvenes. Durante los últimos tiempos lo han hecho más de 3000 cada año (aquí). Es decir, se van del país esos 3000 médicos de más, respecto de los 4000 que se licenciaban cada año hace una década. El intento de fabricar "petróleo barato" con ese incremento del 40% de licenciados decidido hace 10 años es evidente que ha fracasado y se ha perdido una parte del presupuesto público en formar talento que luego emigra. Con los datos disponibles (aquí, aquí y aquí), se puede calcular que la formación (universitaria y especializada) de los médicos que han emigrado entre 2011 y 2016 puede haber supuesto unos 3.200 millones de euros ¿Cómo explicarán este fracaso los responsables que decidieron lo que decidieron? ¿Alguien les pedirá cuentas?
Preguntas que alguien debería responder
¿Son estos mismos responsables quienes van a solucionar el déficit de médicos que nos amenaza? ¿Cómo lo harán? La fabricación de "petróleo barato" no ha funcionado porque las fronteras son hoy más permeables que nunca. Y además -y por suerte para ellos- nuestros licenciados y jóvenes especialistas terminan muy bien preparados y dominan el inglés mucho más que los Presidentes de Gobierno que hemos tenido. Estos responsables deberían responder a las mismas preguntas que hacía hace 10 años (aquí). ¿Qué les van a decir ahora a todos esos licenciados (miles) que durante muchos años no pudieron acceder a una especialidad porque los sucesivos responsables no sacaron más plazas MIR que las que sacaban? ¿Qué les van a decir ahora a todos esos jóvenes (miles) que pretendieron estudiar Medicina y cuya nota media (elevada, por cierto) de bachiller y selectividad no superaba por pocas centésimas el más elevado corte del "numerus clausus"? ¿Qué les van a decir a esos médicos que empezaron a emigrar hace 15 años (aquí) y cuyo número no ha hecho más que aumentar hasta hoy?
Un Gobierno le exige a otro que le "solucione" la "falta de médicos"
La Junta de Andalucía acaba de "exigir" al Ministerio de Sanidad que solucione la falta de médicos (aquí). ¡Pero, hombre, un poquito de vergüenza torera! ¿No habíamos quedado que se trataba de un mercado abierto? ¿Acaso las empresas le "exigen" al Gobierno que les "solucione" el problema de la escasez de ingenieros (aquí)? No, lo solucionan ellas solitas (aquí). Y sin embargo, pese a la escasez de ingenieros en toda España (aquí), el 94% de los estudiantes de ingeniería en Andalucía están dispuestos a emigrar al extranjero a trabajar (aquí). ¿Quizá "sobran" ingenieros y "faltan" médicos en Andalucía? Ahora mismo, ni faltan médicos en Andalucía ni en ninguna Comunidad Autónoma: el número de médicos colegiados ha crecido en todas las CCAA durante los últimos años (aquí). Y el número de médicos no jubilados por 100.000 habitantes no ha hecho otra cosa que crecer desde 2004 incluso durante los años de crisis (aquí). Pero siguiendo la lógica de la Junta de pasarle la pelota al de arriba, Rajoy debería "exigirle" a Juncker que solucione el supuesto venidero problema de la falta de médicos en España. Junker le diría a Rajoy que si la "falta de médicos" llegara a producirse en un futuro, se trataría sin duda de un asunto interno de España. Por lo tanto, la Junta ya tiene la respuesta a su "exigencia": la supuesta falta de médicos en Andalucía sería un asunto interno de Andalucía. No hay que confundir "falta de médicos" con "no encontrar médicos" cuando se practica una gestión del personal arcaica y tosca como la que se ha venido practicando desde hace décadas mientras existía el "petróleo barato". Lo que sí falta es el "petróleo barato". Es decir, ya no hay sobreabundancia de médicos que permita ese tipo de gestión del personal. La adicción y dependencia a la "droga" del "petróleo barato" nubla la mente y hace que algunos piensen que los nulos resultados de una gestión tosca del personal se deban a la "falta de médicos" y no a la ineficacia de dicha gestión.
El problema no es una "producción" insuficiente de médicos, el problema es que los médicos se marchan del país
El problema, si es que llega a producirse, sería un asunto interno de Andalucía y de todas las demás Comunidades. Y si tanto temen que se produzca, ya pueden empezar a actuar sobre el verdadero problema: la emigración de nuestros médicos. Algo tendrán que hacer las CCAA para que sus médicos no sigan emigrando como lo llevan haciendo de forma creciente desde hace 15 años. Ese es el problema y no una falta de "producción", la cual se ha incrementado en un 40% en los últimos años con los resultados descritos. Pero claro, si seguimos dejando que ese aumento de "producción" escape por tierra, mar y aire, además del ridículo más espantoso, dilapidaremos fondos públicos. El detalle de los datos más recientes sobre quiénes emigran, para qué y a dónde procede de la OMC y corresponde a lo ocurrido en 2016 (aquí). No enfrentaremos como se debe la cuestión hasta que la emigración de nuestros médicos, cuando los necesitamos, no se considere un problema y no el mero resultado de un mercado abierto. Y hay que darse prisa en reconocerlo pues tuits como este de Templars-Medical, de hace poco más de un mes, se van a seguir produciendo. Pero, claro, no hacemos nada si dónde unos ven una fuga -casi éxodo- de cerebros (aquí) otros ven simple "movilidad exterior" (aquí).
Versión en DIARIO DE NAVARRA
Esta sobreabundancia de médicos, este "petróleo barato", hizo que la administración sanitaria se acostumbrara a una gestión del personal como si de recursos se tratara y no de profesionales cualificados, algo que aún perdura en el inconsciente colectivo organizacional (aquí). Lo cierto es que es más fácil gestionar la sobreabundancia que la escasez. La sanidad pública, como principal contratador, ofrecía los peores puestos, condiciones laborales y remuneraciones, precisamente, a esta "bolsa" de médicos pues la ley de la oferta y la demanda le favorecía. Ese "petróleo barato" fue por entonces, y por muchos años, el verdadero combustible del sistema. Este acostumbramiento se insertó con los años en el genoma del sistema y se convirtió en una auténtica adicción, difícil de revertir por la tan placentera gestión del personal que permitía la "droga" del "petróleo barato". Este modo de gestión está tan incrustado en el ADN del sistema que todavía perdura hoy cuando casi no queda "petróleo barato". Pero claro, esta tosca manera de "gestionar" el personal sólo funciona y es placentera para quien gestiona cuando existe "petróleo barato". Cuando éste escasea, ya no funciona y resulta que "no se encuentran" médicos. Se muestra en el siguiente vídeo.
El fin del petróleo barato presagiaba un síndrome de abstinencia
Así funcionaron las cosas durante muchos años hasta que hace unos diez se encendieron algunas señales de alarma ante la dificultad de "encontrar" médicos (aquí). Pero no faltaban médicos. Lo que ocurrió entonces fue el principio del fin del "petróleo barato" (aquí). Una parte de aquella "bolsa" se jubiló tras ejercer la profesión. Pero otra parte, no despreciable, la abandonó al no conseguir nunca una estabilidad laboral mínimamente digna. Sólo hay que recordar el continuado desequilibrio entre los miles de licenciados por año y el reducido número de plazas MIR ofertadas hasta los primeros años 90. No faltaban médicos en el sistema, lo que empezaba a faltar era la "droga". Y las señales de alarma no eran otra cosa que síntomas de "dependencia" ante el hecho de que el adictivo "petróleo barato" empezaba a escasear. Se presagiaba un "síndrome de abstinencia" en toda regla. A finales de 2002, en la prensa general, y al mismo tiempo, todavía era noticia la bolsa de los 20.000 médicos parados y claramente se empezaba a hablar de la emigración de las batas blancas (aquí). Al año siguiente, en 2003, se publicaba en Aten Primaria el artículo titulado "Médicos españoles en Europa: la emigración como solución a los contratos basura". Estos hechos confirman que no fallaba la "producción" de médicos. Lo que fallaba era la capacidad para retenerlos, algo de lo que la administración sanitaria jamás se ocupó ni le preocupó lo más mínimo, pues durante muchísimos años nadó en la sobreabundancia de médicos. La siguiente tabla muestra cuándo se creó la gran bolsa de "petróleo barato".
Fuente: Alonso Magdaleno MI.
Dinámica de la formación médica especializada en el sistema nacional de salud español.
REVISTA ASTURIANA DE ECONOMÍA, nº 27, 2003
Dinámica de la formación médica especializada en el sistema nacional de salud español.
REVISTA ASTURIANA DE ECONOMÍA, nº 27, 2003
Reacciones ante la escasez de la droga del petróleo barato
Importar médicos. Ante ello, se decidió facilitar la convalidación de la licenciatura y la especialidad (si la hubiere) a miles de médicos extranjeros, fundamentalmente latinoamericanos (aquí) y en menor medida de Europa del este, que empezaron a ejercer en nuestra sanidad. Al tiempo que se hablaba de "déficit de médicos", la emigración de los galenos españoles iba a más (aquí). Empezaba una sustitución: médicos extranjeros venían a ejercer a España con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales y, por el mismo motivo, los médicos españoles emigraban. No hay problema, se decía, es lo normal en un mercado abierto. Al mismo tiempo, además, se amplió el cupo de extranjeros en el MIR (aquí) e, incluso, directivos sanitarios autonómicos viajaron repetidamente a países del este europeo a "fichar" médicos (aquí). Curiosamente, no se tiene noticia de que directivos sanitarios autonómicos viajaran entonces (ni después, ni ahora) con la intención de repatriar a los médicos españoles que ya habían emigrado a países como el Reino Unido, Suecia, Portugal, etc., ofreciéndoles condiciones laborales dignas en nuestro país.
Producir más médicos. Pero claro, todo lo anterior no fue suficiente para un sistema dependiente de una "droga" que empezaba a escasear. Con la intención de disponer nuevamente de "petróleo barato", se decidió también incrementar un 40% la "producción" de médicos. Se aumentó el número de admitidos por facultad y, sobre todo, el número de facultades. En pocos años, de los 4000 licenciados por año se pasó a los 7000, que es ahora el número que se licencia cada año. Igual que en aeropuertos y kilómetros de AVE (aquí), ya somos líderes mundiales en facultades de medicina y fabricamos miles de médicos más por año que los recomendados por la OMS (aquí). Se pretendió convertir a España en una OPEP de médicos (aquí): fabricaríamos tanto petróleo que tendríamos de nuevo sobreabundancia ("petróleo barato" para nosotros) y exportaríamos el sobrante (emigración). Tan adictiva era la "droga" que poco importó que eso significara dilapidar dinero público en formar a miles de licenciados (aquí) y especialistas (aquí) a los que luego no les quedaría otra que emigrar. Lo importante era volver a disponer de combustible barato para que el sistema siguiera funcionado "como siempre" y "como siempre" continuara la gestión de los "recursos" humanos: "lo tomas o lo dejas, pero esto es lo que hay: si no lo coges tu, lo hará otro...". Para cerrar el círculo se precisaba, además, mucha temporalidad. Y así, durante muchos años apenas se convocaron oposiciones, no por crisis económica como ahora sino por pura estrategia miserable. Aquello reventó a mitad de la primera década de este siglo con una oposición extraordinaria, como la que ahora se anuncia (aquí y aquí), y que apenas redujo la temporalidad.
La falta de médicos que viene: ¿ahora sí que sí?
Los datos actuales amenazan con un fuerte déficit de médicos que se desencadenará en los próximos años por la jubilación de gran parte de un parque médico público tan envejecido o más que el automovilístico, consecuencia de los despidos (afectaron más a los jóvenes) y de la ausencia de oposiciones durante los casi diez años que llevamos de crisis (aquí). La precariedad laboral en la sanidad ha ido en aumento y es, desde hace algunos años, incluso peor en la pública que en la privada (aquí). Ante este panorama nuestros médicos emigran, especialmente los más jóvenes. Durante los últimos tiempos lo han hecho más de 3000 cada año (aquí). Es decir, se van del país esos 3000 médicos de más, respecto de los 4000 que se licenciaban cada año hace una década. El intento de fabricar "petróleo barato" con ese incremento del 40% de licenciados decidido hace 10 años es evidente que ha fracasado y se ha perdido una parte del presupuesto público en formar talento que luego emigra. Con los datos disponibles (aquí, aquí y aquí), se puede calcular que la formación (universitaria y especializada) de los médicos que han emigrado entre 2011 y 2016 puede haber supuesto unos 3.200 millones de euros ¿Cómo explicarán este fracaso los responsables que decidieron lo que decidieron? ¿Alguien les pedirá cuentas?
Preguntas que alguien debería responder
¿Son estos mismos responsables quienes van a solucionar el déficit de médicos que nos amenaza? ¿Cómo lo harán? La fabricación de "petróleo barato" no ha funcionado porque las fronteras son hoy más permeables que nunca. Y además -y por suerte para ellos- nuestros licenciados y jóvenes especialistas terminan muy bien preparados y dominan el inglés mucho más que los Presidentes de Gobierno que hemos tenido. Estos responsables deberían responder a las mismas preguntas que hacía hace 10 años (aquí). ¿Qué les van a decir ahora a todos esos licenciados (miles) que durante muchos años no pudieron acceder a una especialidad porque los sucesivos responsables no sacaron más plazas MIR que las que sacaban? ¿Qué les van a decir ahora a todos esos jóvenes (miles) que pretendieron estudiar Medicina y cuya nota media (elevada, por cierto) de bachiller y selectividad no superaba por pocas centésimas el más elevado corte del "numerus clausus"? ¿Qué les van a decir a esos médicos que empezaron a emigrar hace 15 años (aquí) y cuyo número no ha hecho más que aumentar hasta hoy?
Un Gobierno le exige a otro que le "solucione" la "falta de médicos"
La Junta de Andalucía acaba de "exigir" al Ministerio de Sanidad que solucione la falta de médicos (aquí). ¡Pero, hombre, un poquito de vergüenza torera! ¿No habíamos quedado que se trataba de un mercado abierto? ¿Acaso las empresas le "exigen" al Gobierno que les "solucione" el problema de la escasez de ingenieros (aquí)? No, lo solucionan ellas solitas (aquí). Y sin embargo, pese a la escasez de ingenieros en toda España (aquí), el 94% de los estudiantes de ingeniería en Andalucía están dispuestos a emigrar al extranjero a trabajar (aquí). ¿Quizá "sobran" ingenieros y "faltan" médicos en Andalucía? Ahora mismo, ni faltan médicos en Andalucía ni en ninguna Comunidad Autónoma: el número de médicos colegiados ha crecido en todas las CCAA durante los últimos años (aquí). Y el número de médicos no jubilados por 100.000 habitantes no ha hecho otra cosa que crecer desde 2004 incluso durante los años de crisis (aquí). Pero siguiendo la lógica de la Junta de pasarle la pelota al de arriba, Rajoy debería "exigirle" a Juncker que solucione el supuesto venidero problema de la falta de médicos en España. Junker le diría a Rajoy que si la "falta de médicos" llegara a producirse en un futuro, se trataría sin duda de un asunto interno de España. Por lo tanto, la Junta ya tiene la respuesta a su "exigencia": la supuesta falta de médicos en Andalucía sería un asunto interno de Andalucía. No hay que confundir "falta de médicos" con "no encontrar médicos" cuando se practica una gestión del personal arcaica y tosca como la que se ha venido practicando desde hace décadas mientras existía el "petróleo barato". Lo que sí falta es el "petróleo barato". Es decir, ya no hay sobreabundancia de médicos que permita ese tipo de gestión del personal. La adicción y dependencia a la "droga" del "petróleo barato" nubla la mente y hace que algunos piensen que los nulos resultados de una gestión tosca del personal se deban a la "falta de médicos" y no a la ineficacia de dicha gestión.
Fuente INE: Estadística de profesionales sanitarios colegiados (aquí)
El problema no es una "producción" insuficiente de médicos, el problema es que los médicos se marchan del país
El problema, si es que llega a producirse, sería un asunto interno de Andalucía y de todas las demás Comunidades. Y si tanto temen que se produzca, ya pueden empezar a actuar sobre el verdadero problema: la emigración de nuestros médicos. Algo tendrán que hacer las CCAA para que sus médicos no sigan emigrando como lo llevan haciendo de forma creciente desde hace 15 años. Ese es el problema y no una falta de "producción", la cual se ha incrementado en un 40% en los últimos años con los resultados descritos. Pero claro, si seguimos dejando que ese aumento de "producción" escape por tierra, mar y aire, además del ridículo más espantoso, dilapidaremos fondos públicos. El detalle de los datos más recientes sobre quiénes emigran, para qué y a dónde procede de la OMC y corresponde a lo ocurrido en 2016 (aquí). No enfrentaremos como se debe la cuestión hasta que la emigración de nuestros médicos, cuando los necesitamos, no se considere un problema y no el mero resultado de un mercado abierto. Y hay que darse prisa en reconocerlo pues tuits como este de Templars-Medical, de hace poco más de un mes, se van a seguir produciendo. Pero, claro, no hacemos nada si dónde unos ven una fuga -casi éxodo- de cerebros (aquí) otros ven simple "movilidad exterior" (aquí).
Templars Medical busca Especialistas de Medicina de Familia interesados en trabajar en el Reino Unido. https://t.co/s6V04O0ITv— Templars - España (@EspanaTemplars) 23 de octubre de 2017
Háganle caso a la Presidenta de la Sociedad Española de Educación Médica
El "petróleo barato" al que estuvieron adictos nuestros responsables sanitarios ya no existe y no existirá nunca más. Es imposible que se dé cuando tenemos unos médicos excelentemente formados en lo suyo y en idiomas y vivimos en una economía globalizada prácticamente sin fronteras laborales (al menos en la UE). Por lo tanto, un segundo intento de convertir a España en una OPEP de médicos ya no es una opción. El caso es que tampoco lo era hace 10 años como se ha demostrado. Como resultado de la migración de profesionales sanitarios, la OIT señala que algunos países ganan y otros pierden (aquí). Esperemos que España no siga perdiendo talento excelentemente formado como viene ocurriendo de forma creciente en los últimos 15 años. Por eso es muy importante lo que vayan a hacer los responsables políticos para enfrentar las consecuencias del alto porcentaje de efectivos que causará baja en el sistema por jubilación en los próximos años. ¿Qué van a hacer ahora? ¿Nos prohibirán a los médicos en activo la jubilación hasta los 75 años? Quizá deberían dejarse aconsejar por la nueva presidenta de la Sociedad Española de Educación Médica, Milagros García, que tiene buenas ideas (aquí).
"No necesitamos formar a más médicos, sino mejores sueldos" https://t.co/OAz2ZUz2Re dice Milagros García, pta de la Sociedad Española de Educación Médica. Por @NuriaMT pic.twitter.com/kp11KT6NID— diariomedico (@diariomedico) 21 de noviembre de 2017
¿Y qué tal un "Plan de Repatriación"?
Quizá opten de nuevo por gastarse miles de millones de euros en aumentar la "producción". A la vista de los resultados que esta misma decisión tomada hace 10 años ha producido, casi podría considerarse una "malversación de caudales públicos" si se tomara de nuevo. Quizá sería más interesante destinar estos recursos a ofrecer estabilidad laboral a los médicos que todavía no se han marchado y, sobre todo, a diseñar un plan de repatriación, de retorno del talento médico expatriado. Muchos de los médicos españoles que han emigrado en los últimos 15 años, aun deseándolo, no podrán volver al haber "hecho" ya su vida en otro país. Pero otros muchos, los que emigraron durante los años más recientes (la mayoría) si volverían. La inmensa mayoría de los españoles que nos hicimos médicos lo hicimos con la esperanza de trabajar en nuestro país y muchos, además, con la esperanza de ser útiles en una sanidad pública universal y de calidad. Esto no se debe olvidar pues (casi) nadie emigra por gustirrinín.
La #sanidad española, sin plan de retorno para los #médicos que emigran al extranjero https://t.co/WS8BKqsLWn cc @OMC_Espana @sanidadgob pic.twitter.com/zL5FzJqkbM— ConSalud.es (@Consalud_es) 30 de julio de 2017
UNA OPEP DE MÉDICOS
Escrito hace 10 años pero de plena vigencia hoy
Versión en DIARIO DE NAVARRA
Apreciado Juan,
ResponderEliminarFelicidades por esta espléndida entrada en la que haces un análisis brillante y exhaustivo de un tema que te ha ocupado y preocupado desde siempre y del que, como es obvio, sabes mucho. La metáfora del petróleo es afortunada. Dicho esto es evidente la dificultad de los análisis prospectivos en política de recursos humanos sanitarios pero que sean difíciles no significa que no puedan y deban hacerse, entre otras cosas, para evitar actuar como hasta ahora de forma reactiva, irresponsable y cortoplacista, despilfarrando, como muy bien dices, recursos públicos. En mi opinión, coincidente con la que expresas en la entrada y la de Milagros, no faltan médicos en España en términos absolutos, lo que hay son graves problemas de distribución en el mercado interno, tanto desde una perspectiva de C. Autónoma como entre ámbitos rural y urbano y entre especialidades y centros de alta, media y baja complejidad. Tenemos además un mercado de trabajo sanitario muy rígido que dificulta las posibles soluciones. No puedo ser optimista en relación a la posibilidad de que las mentes preclaras que dirigen la sanidad española sean capaces de abordar el problema de forma sensata y con perspectiva de medio y largo plazo.
Un abrazo
Amando
Excelente reflexión . Solo llevo trabajando como pediatra 3 años , y me han sobrado 2 para darme cuenta de lo inútil que es nuestro sistema sanitario, de la precariedad laboral que tenemos y como muchos decimos "esto no está pagado " . Quieren dar siempre la razón al usuario, por supuesto con los mismos recursos de siempre , a exprimir al profesional
ResponderEliminarSuscribo punto por punto y coma por coma, como pediatra de 57 años que ha vivido en directo toda la historia de nuestra "alpargatización" deseada por Alfonso Guerra y materializada por legislación que ha machacado a nuestro colectivo, gobierno tras gobierno del signo que fuera, incapaz de responder como estibadores, controladores y pilotos han hecho. Otros colectivos sanitarios, sí que supieron "moverse" y nunca han necesitado huelgas ( en 30 años nunca he vivido huelga alguna de enfermería)adquiriendo cada vez más competencias y con sueldos prácticamente similares al colectivo médico. La mano de obra barata se acabó, ya hay incluso médicos extracomunitarios que vuelven a sus países por haber mejorado las condiciones salariales y de trabajo. Es una auténtica lacra que seamos los médicos peor pagados de toda europa,durante décadas, a pesar de la reconocida y excelente formación. Hablé hace poco con una joven pediatra en Girona ciudad, que me contaba que mientras ella veía 30 niños y cobraba 1.900 euros limpios, su enfermera veía 12-13 y cobraba 2.400. No es una hecho aislado. ¿No es eso kafkiano?
ResponderEliminarMe quito el sombrero Juan, magnífica entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu magnífico artículo, no se puede expresar mejor ni aportar mejores argumentos. No se ha planificado o, se ha planificado que no interesaba planificar. La precariedad es una lacra para el sistema, pero ha sido una herramienta de poder para las administraciones sanitarias.
EliminarNi siquiera es necesario tener conocimientos de otro idioma para emigrar... Escribo desde Suecia, donde existen varias empresas de reclutamiento de médicos y para varias ofertas ni siquiera exigen dominio del inglés, conozco casos de compañeros que han venido igualmente. Nos dan cursos de sueco para toda la familia, formación, estabilidad y somos muchísimos médicos españoles los que estamosy estaremos aqui, que no parece que vayan a mejorar las cosas en españa... Es triste que todo lo que invierte el país en formar nuevos médicos se pierda por culpa de una mala gestión y falta de responsabilidad
ResponderEliminarLa repatriación tampoco parece buena solución cuando el currículum extranjero es humillantemente despreciado o desvalorizado en cada concurso-oposición de cada oferta de empleo público. Da mucha vergüenza volver a España.
ResponderEliminarBuena presentación de la complejidad del análisis de recursos humanos, que no ha de mirar sólo a números, sino también a incentivos, motivaciones, etc.
ResponderEliminarTan sólo matizar que el incremento de hace diez años se comenzó a producir tras considerar las tendencias a medio plazo, que gracias a eso ahora no faltan médicos, como muy bien afirmas, y que la planificación del número ha de ser dinámica, y ya hay que mirar a un futuro donde tan sólo serán necesarias unas 6.000 plazas anuales a partir de 2025, salvo cambios reales en las tendencias. Y que las salidas de profesionales no alcanzan los 3.000 anuales, sino que se quedan en 1.500, ¡que ya es!
Es decir, en conclusión: que efectivamente hay que mejorar condiciones de contratación y ejercicio, y que sigue siendo válido un planteamiento multifactorial que incluya también la repatriación, como ya decíamos en el estudio de CESM del año 2005.
Sigamos poniendo el tema en el candelero, y haciéndolo así de bien, apuntando a todos los factores.
Quizás nos empeñamos en pensar que no se ve a través de una tela de cedazo, como decía Unamuno. ¿Esto son errores de planificación?, ¿tan gordos y con tantos expertos bien pagados vigilando la evolución de la sanidad? (más expertos privados que públicos). Puedo pensar que hay un míimo interés en salvar la sanidad pública o debo aceptar que los dirigentes de nuestra sociedad (los que están debajo de los políticos) tienen a la vista un mercado floreciente de enormes perspectivas: la ecatombe de la sanidad pública y la opción de la privada como recurso final. A veces no sé si soy paranoico en mis planteamientos, o sigo resultando ingenuo y crédulo aún en mi desconfianza.
ResponderEliminarRoberto Colino, médico de pueblo
Muy buena la exposición. Recalcar la nefasta decisión de disminuir plazas MIR del 2010 al 2015, que ha hecho acumular Graduados/Licenciados nuevos que serán preparadores del MIR o emigrarán también, aunque en muchas CCAA se les contrata, a los que se atreven, como especialistas de Medicina de Familia y Pediatría para cubrir sustituciones y, hasta jubilaciones, de los especialistas de AP (gestores de la época del petroleo barato). Habría que mejorar los sueldos y las condiciones laborales, hacer un mínimo de 3 OPE nacionales, 2020, 2022 y 2024, al menos, como medida de estabilización, captación y repatriación de nuestros especialistas y, a corto plazo, dar prorroga durante los próximos 5 años, a todos los especialistas de especialidades deficitarias, y SOLO mientras no haya especialista disponible en el mercado, que quieran y estén en condiciones de trabajar, incluso hasta los 70 años. HAY QUE HACERLO YA URGENTEMENTE en MEDICINA DE FAMILIA y PEDIATRÍA DE AP. Si esto no se mueve en unos meses, debería haber una gran movilización Médica en toda España, todavía no sabemos el poder que seguimos teniendo, pese a todo, si fuéramos TODOS JUNTOS Y UNIDOS, HUELGA NACIONAL SI HACE FALTA...
ResponderEliminarSi,al menos, hubiesemos sido exportadores, nos habriamoa forrado como las monarquias del golfo. Nosotros somos tan pateticos ¡que los regalamos!
ResponderEliminarYo también he vivido estos años que describe el Dr. D. Juan Simó. Cuántas veces me he preguntado a que era debido esa forma de tan anómala de funcionar el Sistema sin llegarla a entender, por la complejidad del mismo para mí, falta de datos por mi limitación a mí entorno, problema multifactorial. Y en este resumen lo veo tan claro...
ResponderEliminarLo que yo he vivido rodando cuesta abajo velozmente y cuesta arriba penosamente, a salto de mata, en una espiral a veces de vertigo, con incongruencias graves en lolque era mi capacidad de colegir, viene este Señor y me lo explica perfectamente, con argumentos firmes y de peso en un artículo de pocas páginas, de lectura interesantísima, sin escatimar en datos y con fuentes de toda credibilidad.
No me queda más que darle mi enhorabuena y pedir que los actuales gestores de la Sanidad Pública no repitan los errores (imperdonables a mí parecer) que cometieron los que llevaron éstas trasnochadas políticas nacionales y autonómicas sanitarias y de educación. Por el bien de la Sanidad Pública.
No ha lugar a más equivocaciones, si no, esto se hunde. De hecho quizá la flotabilidad del barco de la Sanidad Pública ya esté tocada y...
De la película del Titanic:
La intensidad del forzamiento es una de mis analogías preferidas. En el Titanic, tras la colisión con el iceberg y el informe de daños a la vista, Thomas Andrews, el ingeniero jefe del navío, informa, consternado, al capitán:
– “El agua alcanzará varios metros por encima de la quilla en diez minutos. Las tres primeras bodegas y las salas de calderas seis y cinco están inundadas. Cinco compartimentos. Podría mantenerse a flote con los cuatro primeros anegados pero no con cinco. ¡No con cinco! Cuando se hunda de proa, el agua pasará por encima de los mamparos de la cubierta E, pasará de uno a otro, inundando todo sin remisión. Es imparable.”
No inundemos el 5° compartimento por favor!!!!
Algo que se le debe de haber olvidado de explicar a Carlos (1/12, 11:07) la pediatra de Gerona es que “SU” enfermera probablemente se ocupa del Programa del Niño Sano, protocolo bastante discutible pero que ocupa mucho tiempo, amén del que ocupa bregar con la madre, y que probablemente tiene plaza fija desde hace tiempo, cobra trienios y carrera, cuando la pediatra probablemente tiene un contrato de los que se habla en este post. Recuerdo que cuando estaba de estudiante interno en una cátedra tenía compañeros de curso que se paseaban por los pasillos del hospital con batas tipo Charcot (hasta casi los pies). Pasan las generaciones y las ínfulas y fantasías injustificadas permanecen. Le acabo de leer el comentario por teléfono a una amiga enfermera sabiendo que repetiría la carcajada que se me ha escapado a mi al leerlo. Lo que llama la atención es que la feminización que tanto prometía no ha traído ningún cambio. Tampoco en la política.
ResponderEliminarArtículo disolvente de la propaganda managerial y muy bien documentado. Me lo guardo.