LAS PREGUNTAS
Las preguntas que indagan sobre el estado de salud autopercibido y la presencia de enfermedad crónica son la nº 21 y la nº 22 respectivamente, mientras que las preguntas que indagan sobre la ausencia al trabajo por problemas de salud son la nº 30 y la nº 31 del cuestionario del adulto. La situación laboral, aspecto ya tratado en una entrada previa, se indaga mediante la pregunta nº 11 del cuestionario del hogar. Como es natural, la pregunta sobre ausencia al trabajo por problemas de salud únicamente se le hace a quien refiere estar trabajando; es decir, al adulto seleccionado que responda la opción 1 ("Trabajando") a la pregunta nº 11 del cuestionario del hogar.
Las preguntas que indagan sobre el estado de salud autopercibido y la presencia de enfermedad crónica son la nº 21 y la nº 22 respectivamente, mientras que las preguntas que indagan sobre la ausencia al trabajo por problemas de salud son la nº 30 y la nº 31 del cuestionario del adulto. La situación laboral, aspecto ya tratado en una entrada previa, se indaga mediante la pregunta nº 11 del cuestionario del hogar. Como es natural, la pregunta sobre ausencia al trabajo por problemas de salud únicamente se le hace a quien refiere estar trabajando; es decir, al adulto seleccionado que responda la opción 1 ("Trabajando") a la pregunta nº 11 del cuestionario del hogar.
ESTADO DE SALUD AUTOPERCIBIDO Y PRESENCIA DE ENFERMEDAD CRÓNICA
EN TODA LA MUESTRA
ESTADO DE SALUD AUTOPERCIBIDO Y PRESENCIA DE ENFERMEDAD CRÓNICA
EN LOS SUJETOS ≥ 65 AÑOS
ESTADO DE SALUD AUTOPERCIBIDO
AUSENCIA AL TRABAJO POR PROBLEMAS DE SALUD
COMENTARIO
Puesto que el estado de salud de una población se relaciona con la edad y el envejecimiento poblacional, conviene recordar en este momento las diferencias en edad y envejecimiento de los grupos comparados (clases sociales y tipos de aseguramiento). Vimos esto en estas dos entradas (esta y esta) de las que se rescata ahora el siguiente gráfico:
Estado de salud y clase social
Las clases sociales 1, 2 y 3 muestran un claro gradiente creciente en edad y envejecimiento poblacional. Sin embargo, las clases sociales 4, 5 y 6 muestran prácticamente la misma edad y el mismo envejecimiento poblacional. Si toda la carga de enfermedad se debiera a la edad y al envejecimiento poblacional, se esperaría encontrar un claro gradiente creciente en la mala salud en las clases 1, 2 y 3, pero no lo esperaríamos encontrar en las clases 4, 5 y 6. Sin embargo, esto no es así y encontramos en el conjunto de la muestra un claro gradiente creciente en la mala salud autopercibida (regular+mala+muy mala) conforme se desciende en la escala social, evidente incluso en las clases sociales 4, 5 y 6 que no muestran diferencias por edad ni por envejecimiento. Conforme se desciende en la escala social también se detecta un gradiente creciente en la presencia de enfermedad crónica. Esto hallazgos también se detectan en el subgrupo de sujetos de 65 o más años.
Estado de salud y tipo de aseguramiento
Los grupos de aseguramiento muestran un gradiente decreciente tanto en edad como en envejecimiento. En esta situación, si toda la carga de enfermedad se debiera a la edad y al envejecimiento poblacional lo esperable sería encontrar un gradiente creciente en el buen estado de salud percibido, menor en el grupo que tiene al SNS como único asegurador sanitario (grupo con mayor edad media y mayor envejecimiento) y mayor en el grupo de individuos que tienen seguros privados de salud (grupo de menor edad media y menor envejecimiento). Sin embargo, esto no se cumple del todo. El grupo que tiene al SNS como único asegurador sanitario es el que muestra el peor estado de salud autopercibido y la mayor presencia de enfermedad crónica. Pero el grupo mutualista y el grupo de seguros privados muestran el mismo estado de salud autopercibido y declaran la misma presencia de enfermedad crónica, pese a sus diferencias en edad y envejecimiento poblacional. Este comportamiento en el estado de salud autopercibido y en la presencia de enfermedad crónica en los grupos de aseguramiento que se observa en el conjunto de la muestra se repite en el subgrupo de sujetos de 65 o más años.
Estado de salud autopercibido y ausencia del trabajo por problemas de salud
En los sujetos que trabajan se detecta también el gradiente creciente en la mala salud autopercibida (regular+mala+muy mala) conforme se desciende en la escala social. También se detectan diferencias según el tipo de aseguramiento: el grupo de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario es el que declara un peor estado de salud autopercibido, mientras que el grupo mutualista declara el mejor estado de salud.
Sin embargo, el peor estado de salud autopercibido y la prevalencia de ausencia al trabajo por problemas de salud no se relacionan directamente. Es más, son quienes declaran un mejor estado de salud los que también declaran una mayor prevalencia de ausencia al trabajo por problemas de salud. Así, el porcentaje de quienes declaran haberse ausentado del trabajo por dicho motivo en los últimos 12 meses es mayor en los grupos con mejor estado de salud autopercibido; es decir, en las clases sociales más altas (1, 2 y 3) y en los mutualistas. Sin embargo, cuando a quienes se ausentan se les pregunta por el número de días de ausencia acumulados en el último año, no se detecta gradiente alguno en las clases sociales pero sí se detecta en los grupos de aseguramiento. En este caso, los sujetos que tienen al SNS como único asegurador sanitario son los que se ausentan, cuando lo hacen, un mayor promedio de días.
Da la impresión de que algunos grupos (clases más altas, mutualistas), por decirlo de alguna forma, tienen menos dificultades para ausentarse del trabajo por problemas de salud. Parece que quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario presentan más dificultades para hacerlo y, cuando se ausentan, lo hacen por un mayor número de días, lo que podría indicar una mayor gravedad del problema de salud que motiva la ausencia y una mayor prevalencia de presentismo laboral.
Vimos en este blog la evolución de la IT por contingencia comunes en trabajadores por cuenta ajena antes y durante los años de crisis. A lo largo de esos años, y a medida que aumentaba el paro, se reducía la incidencia y prevalencia de IT por contingencias comunes entre los trabajadores que no perdían el empleo. Los datos apoyaban, entre CCAA, una relación entre el mayor desempleo y el menor número de procesos de IT. Así, las CCAA con más paro mostraban una menor prevalencia e incidencia de IT pero una mayor duración media del proceso de IT. El miedo a perder el empleo ha potenciado el presentismo laboral durante los años de crisis. Un miedo que no parece haya estado tan presente en los mutualistas o en los que tienen seguros privados como lo ha estado en el grupo de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario. Pese a ser este último el grupo de aseguramiento con peor estado de salud percibida es, sin embargo, el que muestra una menor prevalencia de ausencia del trabajo por problemas de salud aunque, quienes se ausentan, lo hacen por un mayor periodo de tiempo.
Cuando dividimos el total de días de ausencia por el número de trabajadores en cada grupo de comparación (clases sociales y tipos de aseguramiento) nos encontramos con el siguiente resultado:
El promedio de días de ausencia por trabajador no es mayor en los grupos (clases sociales o tipos de aseguramiento) con peor estado de salud autopercibido, lo que también apoyaría un mayor presentismo laboral entre los trabajadores de las clases sociales más desfavorecidas y en el grupo de individuos que tienen al SNS como único asegurador sanitario, en donde hay peor estado de salud autopercibido. Además, en estos grupos con peor salud autopercibida también hay, como hemos visto, más paro y, probablemente por ello, más miedo a perder el empleo en aquellos trabajadores que todavía lo conservan, lo que favorecería en presentismo laboral.
Sin embargo, el peor estado de salud autopercibido y la prevalencia de ausencia al trabajo por problemas de salud no se relacionan directamente. Es más, son quienes declaran un mejor estado de salud los que también declaran una mayor prevalencia de ausencia al trabajo por problemas de salud. Así, el porcentaje de quienes declaran haberse ausentado del trabajo por dicho motivo en los últimos 12 meses es mayor en los grupos con mejor estado de salud autopercibido; es decir, en las clases sociales más altas (1, 2 y 3) y en los mutualistas. Sin embargo, cuando a quienes se ausentan se les pregunta por el número de días de ausencia acumulados en el último año, no se detecta gradiente alguno en las clases sociales pero sí se detecta en los grupos de aseguramiento. En este caso, los sujetos que tienen al SNS como único asegurador sanitario son los que se ausentan, cuando lo hacen, un mayor promedio de días.
Da la impresión de que algunos grupos (clases más altas, mutualistas), por decirlo de alguna forma, tienen menos dificultades para ausentarse del trabajo por problemas de salud. Parece que quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario presentan más dificultades para hacerlo y, cuando se ausentan, lo hacen por un mayor número de días, lo que podría indicar una mayor gravedad del problema de salud que motiva la ausencia y una mayor prevalencia de presentismo laboral.
Vimos en este blog la evolución de la IT por contingencia comunes en trabajadores por cuenta ajena antes y durante los años de crisis. A lo largo de esos años, y a medida que aumentaba el paro, se reducía la incidencia y prevalencia de IT por contingencias comunes entre los trabajadores que no perdían el empleo. Los datos apoyaban, entre CCAA, una relación entre el mayor desempleo y el menor número de procesos de IT. Así, las CCAA con más paro mostraban una menor prevalencia e incidencia de IT pero una mayor duración media del proceso de IT. El miedo a perder el empleo ha potenciado el presentismo laboral durante los años de crisis. Un miedo que no parece haya estado tan presente en los mutualistas o en los que tienen seguros privados como lo ha estado en el grupo de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario. Pese a ser este último el grupo de aseguramiento con peor estado de salud percibida es, sin embargo, el que muestra una menor prevalencia de ausencia del trabajo por problemas de salud aunque, quienes se ausentan, lo hacen por un mayor periodo de tiempo.
Cuando dividimos el total de días de ausencia por el número de trabajadores en cada grupo de comparación (clases sociales y tipos de aseguramiento) nos encontramos con el siguiente resultado:
PROMEDIO DE DÍAS DE AUSENCIA POR CADA TRABAJADOR
El promedio de días de ausencia por trabajador no es mayor en los grupos (clases sociales o tipos de aseguramiento) con peor estado de salud autopercibido, lo que también apoyaría un mayor presentismo laboral entre los trabajadores de las clases sociales más desfavorecidas y en el grupo de individuos que tienen al SNS como único asegurador sanitario, en donde hay peor estado de salud autopercibido. Además, en estos grupos con peor salud autopercibida también hay, como hemos visto, más paro y, probablemente por ello, más miedo a perder el empleo en aquellos trabajadores que todavía lo conservan, lo que favorecería en presentismo laboral.
Como están las cosas hoy en día dudo que haya personas que finjan estar enfermas y por eso no ir al trabajo, en otros momentos había más picardía pero ahora creo yo que la gente no abusa
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