Señora azul
Señora azul, que sin contemplación,
Desde la cima de tu dignidad
Vas a imponer tu terca voluntad
Y con tu opinión medir nuestro criterio.
Señora azul, que ciega la razón,
Dejas sentir tu olímpico desdén,
Es sugestión tu alarde de saber,
Tu realidad es sólo confusión.
Tú no puedes apreciar con propiedad
El color de la cuestión,
Porque desde la barrera sueles ver
Toros que no son y que parecen ser.
Señora azul, de vicio criticón,
Sin dar la talla de profesional.
Señora azul, ¡qué lastima nos das!
La mediocridad está en tu corazón.
Tú no puedes apreciar con propiedad
El color de la cuestión,
Porque desde la barrera sueles ver
Toros que no son y que parecen ser.
Señora azul.
Señora azul, que sin contemplación,
Desde la cima de tu dignidad
Vas a imponer tu terca voluntad
Y con tu opinión medir nuestro criterio.
Señora azul, sabemos tu intención,
La frustración que te hace obrar así.
Señora azul, ¡qué lastima nos das!
La mediocridad está en tu corazón.
Gracias, Juan. Además del mensaje, es una gozada repasar a éstos monstruos, adelantados a su tiempo. Para mí, junto con Vainica Doble e Hilario Camacho, lo mejorcito que hubo desde mediados de los 70. Descubrí a los tres de adolescente, y me han acompañado hasta ahora, que ya bordeo la jubilación...
ResponderEliminarQue razón tienes Juan con el título "NUNCA TANTA IGNORANCIA JUZGÓ A TANTA SABIDURÍA", y además el no darse cuenta, ese mediocre jurado, del mensaje de la canción. ¿Iba dirigido el mensaje al jurado?.
ResponderEliminarUn saludo.
que chulo! no tenía ni idea! GRACIAS una vez más
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