Abordar las perspectivas que niegan que la Covid 19 sea causada por un virus puede parecer una perdida de tiempo que, a la vez, proporciona relieve a posiciones carentes de fundamento científico. Pero me ha parecido interesante argumentar contra esas ideas porque he visto como muchos profesionales eran incapaces de hacerlo cuando surgía la cuestión. La pandemia Covid 19 exige repasar conocimientos básicos que muchas veces tenemos olvidados o desfasados por el desarrollo científico.
Durante la pandemia, algunos defendían, y todavía lo hacen, que el virus SARS-CoV-2 no es responsable de la Covid 19 y que, por lo tanto, ésta no es una enfermedad de causa viral. Debemos señalar que ese tipo de posturas, que no compartimos, han resultado de enorme utilidad a Gobiernos e Instituciones Sanitarias oficiales para desprestigiar a sectores críticos que cuestionaron algunas decisiones sobre cómo se enfrentó la pandemia.
Negar la existencia del SAS-CoV-2 implica no reconocer su participación en el origen de los cuadros respiratorios y sistémicos producidos desde finales de 2019 y que alcanzaron su máximo impacto en la primavera de 2020. Una cosa es discutir el grado de contribución del SARS-CoV-2 a esa morbimortalidad y otra muy distinta la negación absoluta de dicha contribución o la propia existencia del virus.