Entre los médicos del SNS, el primer fallecimiento se produjo el 24 de marzo de 2020 y se trataba de Isabel Muñoz, 59 años, médica de familia del centro de salud de Fuente de San Esteban (Salamanca). El último fue Alberto Tejedor, 63 años, nefrólogo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, fallecido el 19 de mayo de 2020. Entre la primera y la última muerte transcurrieron 57 días, lo que significa que durante la primera ola pandémica falleció un médico en activo del SNS cada 40 horas. El 1 de junio, tras 10 días sin noticias de más fallecimientos de ningún profesional sanitario o sociosanitario, detuve el seguimiento y publiqué la entrada referida.
Fallecieron 34 médicos del SNS, 18 fueron médicos de los centros de salud y los 16 médicos restantes ejercían en otros niveles asistenciales del SNS (hospital, urgencias, investigación). Los médicos de los centros de salud representaban, pues, el 53% de los médicos en activo fallecidos por covid19 en la sanidad pública. La gráfica siguiente muestra la evolución de los fallecimientos de los médicos del SNS durante la primera ola pandémica según ejercieran en los centros de salud o en otros niveles del sistema.
Los médicos de los centros de salud no sólo murieron más en términos absolutos (18 vs. 16). En términos relativos, si se tiene en cuenta su peso dentro del total de médicos del SNS, su mortalidad fue mucho mayor que la del resto de médicos de la sanidad pública. Los médicos de los centros de salud representan el 29% de los médicos del SNS (excluyendo MIR) (aquí) pero representaron el 53% de los médicos fallecidos. Por tanto, la mortalidad por covid19 durante la primera ola fue prácticamente el doble entre los médicos en activo de los centros de salud que entre los médicos en activo del resto del SNS.
Los médicos de los centros de salud no sólo murieron por covid19 más que los demás médicos del SNS, también empezaron a morir antes. Y eso únicamente pudo ser porque se contagiaran antes: durante aquellas semanas de febrero y primeras de marzo, cuando las autoridades sanitarias afirmaban que en España no había transmisión comunitaria del virus y que el paciente asintomático no contagiaba.
Durante esas semanas los médicos españoles sólo podíamos sospechar el diagnóstico en aquellos casos clínicamente compatibles que, además, cumplieran con exactitud los estrictos criterios epidemiológicos que las autoridades fijaron. Lo cierto es que ahora sabemos que esos criterios estaban equivocados y que el virus ya circulaba en febrero (aquí). Lo cierto es que, también equivocadamente, las autoridades sanitarias insistían en que el paciente asintomático no contagiaba, en contra de lo que ya publicaban las revistas científicas en febrero (aquí). Demasiadas equivocaciones que condujeron a demasiadas muertes entre profesionales sin protección alguna y entre la población aglomerada y masificada en algunos dispositivos sanitarios, especialmente en los centros de salud.
Pese a todo ello, desde el decaimiento del primer estado de alarma a finales de junio de 2020, se suceden meadas y meadas sobre los profesionales de atención primaria procedentes, incluso, de nuestros propios compañeros de hospital. A muchos de estos meones les parece que los médicos y enfermeros de los centros de salud dejaron de trabajar el primer día del cerrojazo y no han dado un palo al agua desde entonces hasta hoy (aquí, aquí y aquí). Quizá piensen que esta mayor mortalidad por covid19 (el doble) en los médicos de los centros de salud que en el resto de médicos del SNS haya sido por no dar ni golpe.
Da la impresión de que algunos querrían ver de nuevo abarrotados hasta la bandera los centros de salud, masificados como siempre han estado, especialmente en el ámbito urbano. Masificación que ningún medio, político, compañero de hospital o gestor ha venido nunca a comprobar, ni a difundir ni, mucho menos, a denunciar.
Conviene recordar que la consulta telefónica, como cribado para decidir si procede la presencial, fue una decisión, por otra parte acertada, de los responsables sanitarios tanto para los centros de salud como para las consultas hospitalarias. Por eso indigna tanto que algunos responsables sanitarios, como en Galicia, hayan dispuesto recientemente un incentivo para pagar más a aquellos médicos de los centros de salud (pero no a los del hospital) que atiendan más pacientes de forma presencial (aquí). Esto confunde a la población que llega a pensar que el establecimiento de la consulta telefónica ha sido una decisión de los médicos y no de esos mismos responsables sanitarios. Y así, después de tantos años de abandono de la atención primaria por puro desinterés de los responsables políticos, y tras más de un año de pandemia que ha terminado de chamuscarla, hemos llegado a esto: "los médicos tienen la culpa de no atendernos" (aquí).
Gracias por el recuerdo, Juan, nos viene bien para seguir luchando, aunque solo sea un poco más, aunque no sea por nosotros sino por los que se fueron en pleno esfuerzo
ResponderEliminarGracias, Juan. Me sigue sublevando el abandono de nuestros dirigentes y como tú dices, la palabrería barata de tanto cretino que ha visto la ocasión de echar mierda sobre los médicos de familia. Por mi parte, tengo mi libretita para no olvidarme de ninguno.
ResponderEliminarGracias por recordar a amigos y compañeros, Juan. Tu relato es merecidamente crudo. A gestores y políticos se les debería caer la cara de vergüenza, porque la atención primaria no se merece que el pago a tanto esfuerzo y sufrimiento sean los dinerillos que nos ofrecen en el plan de recuperación que con tanta razón denunciabas en tu entrada anterior.
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ResponderEliminarTrabajar sin parar en condiciones lastimosas y exponerse los primeros para después tener que oír según que cosas de absolutos cretinos...que cruz. Gracias Juan.
ResponderEliminarRecuerdo emocionado para nuestros compañeros fallecidos y los que han quedado con graves secuelas.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el título del CD de Extremoduro. En mi ciudad , Olot , desde hace 14 se esta esperando la construcción del segundo CAP que corresponde por aumento de población, 2007. Ni tiene fecha la colocación de la primera piedra. Esta apunto de inagurarse el nuevo Museo de Vulcanologia. Lo dicho.
un abrazo Juan
Gracias Juan, por recordar esta situación y denunciar a tanto "meón". Y no solo es en Galicia (impresentable Feijoo, antiguo Director del INSALUD de tarea excelente), es en Baleares, en Castilla La Mancha o en la Comunidad con la mortalidad mas alta, Madrid, donde no solo aumentan la consulta presencial hasta el 60%, sino que se cargan el punto de control del acceso al Centro de Salud, con lo que los casos pueden entrar sin problemas donde deseen y transmitir la enfermedad a otros asistentes y a los profesionales.
ResponderEliminarMe sumo a los agradecimientos por el esfuerzo de recordar a tantos profesionales de la sanidad.
ResponderEliminarCompañero! Permiso para incluir tu entrada en mi libro sobre la pandemia!
ResponderEliminarGracias, Juan.
ResponderEliminarEmociona y enfada.
Ánimo y un abrazo.
Gracias Juan.
ResponderEliminarPor todos los qué ya no están con nosotros.
Un abrazo
Personalmente creo que el problema covid se ha sobredimensionado hasta puntos inadmisibles y que, por el contrario, los perjuicios y riesgos de confinamientos, mascarillas y "vacunas" han sido ocultados y ridiculizados de manera intolerable.
ResponderEliminarPero el dato de 95 sanitarios muertos en la primera ola me parece a tener en cuenta. Quede claro que yo no creo que este dato justifique en absoluto la histeria colectiva y el peligrosísimo experimento de vacunación masiva -niños incluidos- que estamos viviendo, pero sí que pienso que es un dato importante. En mi gremio -profesorado de enseñanza primaria y secundaria- creo que las muertes por covid no han llegado a la media docena en lo que va de pandemia -aunque tampoco estoy seguro, porque en esto -como en todo- la información oficial ha sido extraordinariamente opaca.