A fecha de hoy, y salvo error u omisión, un total de 95 profesionales en activo del ámbito sanitario o sociosanitario han fallecido por Covid-19 en toda España. Fue la primera Encarni Vicente, la enfermera de 52 años del hospital de Galdakao, Vizcaya, fallecida el 18 de marzo. El último fue Leonardo Dante González, médico en una residencia de ancianos del pueblo de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, fallecido el pasado 20 de mayo. Entre la primera y la última muerte transcurrieron 64 días, lo que significan 1 muerto cada 16 horas. Llevamos 10 días sin noticia de ningún fallecimiento más. Trabajaban en el ámbito público 62 de ellos y 33 en el privado. Destacan, por profesiones, 51 médicos y 16 farmacéuticos comunitarios. El resto han sido, 8 auxiliares de clínica, 5 trabajadores de la limpieza, 4 enfermeros, 4 celadores, 3 conductores de ambulancia, 2 técnicos de farmacia,1 administrativo, y 1 odontólogo. El 19% de todos los fallecidos eran médicos que ejercían en centros de salud que, además, representaban el 35% de todos los médicos fallecidos y el 53% de los médicos fallecidos en la sanidad pública. Los números hablan por los muertos y lo hacen de forma clara sobre la mayor y más precoz mortalidad por Covid19 entre los médicos de atención primaria. Primero la relación de fallecidos. Después, los números hablarán por los muertos. Veámoslo todo.
Los números hablan por los muertos
Según profesión, el grupo más numeroso de fallecidos ha sido el de los médicos con 51 muertos: 34 de la sanidad pública, 14 de la sanidad privada, 2 médicos de residencias de ancianos y un voluntario.
Vamos a centrarnos en el grupo de 34 médicos de la sanidad pública. Estos son sus nombres, lugar de trabajo, edad y ordenados por fecha de fallecimiento. El primer fallecido fue la Dra. Isabel Barragán, el 24 de marzo, mientras que el último fue el Dr. Alberto Tejedor, el 19 de mayo.
Destaco en amarillo los 18 médicos que trabajaban en centros de salud y en azul los 16 restantes. La media de edad de los 34 es de 60 años, sin diferencias entre los que trabajaban en centros de salud y el resto también situada en 60 años. Por sexos, tenemos 30 varones y 4 mujeres.
A simple vista, al ordenarlos por fecha de fallecimiento, se puede apreciar que al principio del periodo predominaron los médicos que trabajaban en los centros de salud. No obstante, adjunto la siguiente figura que recoge el número de fallecimientos acumulados a lo largo del periodo en un grupo y en el otro.
Los médicos de los centros de salud murieron más
Los médicos de los centros de salud son menos de la mitad que los médicos que trabajan en otras partes de la sanidad pública, sin embargo presentan mucho más muertos por Covid19. Los médicos de los centros de salud no sólo han muerto más en términos absolutos (18 vs. 16). En términos relativos, han muerto muchísimo más si se tienen un cuenta su peso dentro del total de médicos de la sanidad pública. En 2018, los médicos en atención especializada eran 83.256 según los datos del SIAE, mientras que los datos del SIAP hablan de 35.535 médicos de EAP entre médicos de familia y pediatras, todo ello disponible en el Portal Estadístico del Ministerio de Sanidad (aquí).
Los médicos de los centros de salud son menos de la mitad que los médicos que trabajan en otras partes de la sanidad pública, sin embargo presentan mucho más muertos por Covid19. Los médicos de los centros de salud no sólo han muerto más en términos absolutos (18 vs. 16). En términos relativos, han muerto muchísimo más si se tienen un cuenta su peso dentro del total de médicos de la sanidad pública. En 2018, los médicos en atención especializada eran 83.256 según los datos del SIAE, mientras que los datos del SIAP hablan de 35.535 médicos de EAP entre médicos de familia y pediatras, todo ello disponible en el Portal Estadístico del Ministerio de Sanidad (aquí).
Los médicos de los centros de salud murieron antes
Los médicos de los centros de salud no sólo han muerto más que los demás, también empezaron a morir mucho antes. Y eso únicamente pudo ser porque se contagiaran antes: durante aquellas semanas finales de febrero y las primeras de marzo, cuando se nos decía que no había transmisión comunitaria del virus y que el paciente sin síntomas no contagiaba.
Errores que matan
En esas últimas semanas de febrero y primeras de marzo, los médicos de atención primaria no disponíamos de capacidad diagnóstica mediante ninguna prueba (tampoco la tuvimos luego durante los peores días de la epidemia). Pero es que tampoco podíamos diagnosticar por sospecha pues se nos insistía en que el virus no circulaba entre la población y sólo podíamos sospechar el diagnóstico en aquellos casos clínicamente compatibles que, además, cumplieran los estrictos criterios epidemiológicos que las autoridades fijaron. Lo cierto es que ahora sabemos que esos criterios estaban equivocados y que el virus ya circulaba entre la población a mediados de febrero (aquí). Lo cierto es que también equivocadamente las autoridades sanitarias insistían en que el paciente asintomático no contagiaba (aquí), en contra de lo que ya se publicaba en las revistas científicas en el mes de febrero. Demasiadas equivocaciones que condujeron a demasiadas muertes entre profesionales y entre la población.
MÉDICOS SANIDAD PÚBLICA
Centros de salud
Albert Coll,
63 años, médico de los consultorios de Os de
Balaguer y Castelló de Farfanya, Lleida (aquí).
Luis Fernando
Mateos Arroyo, 64 años, médico del centro de salud de Linares de Riofrío,
Salamanca (aquí, aquí y aquí).
Jesús Montarroso
Martín, 64 años, médico del centro de Salud Avenida de los Institutos de
Alcázar de San Juan, Ciudad Real (aquí).
José Luis San Martín Izcue, 55 años, médico del Centro de
Salud San Pablo de Zaragoza (aquí, aquí, aquí, y aquí)
César
Augusto Cueva Alcántara, 68 años, médico del centro de salud de Los Yébenes,
Toledo (aquí, aquí y aquí)
José
Manuel Fernández Cuesta, 61 años, médico del centro de salud Gran Capitán de
Granada (aquí, aquí, aquí).
Inmaculada
Hernández Beltrán, 60 años, médica del centro de de Salud de Pavones de Madrid
(aquí, aquí)
José
Antonio Fernández López, 61 años, médico del centro de salud San Agustín de
Guadalix (Madrid) (aquí)
Especializada y urgencias
Leopoldo Pérez
González, 54 años, médico radiofísico, hospital de La Princesa, Madrid (aquí y aquí).
Emilio
Úcar Corral, 58 años, director médico y gerente del Hospital Universitario
Santa Cristina de Madrid (aquí).
José
Manuel Iriarte, 63 años, médico de la UVI móvil del Sescam de Tomelloso, Ciudad
Real (aquí, aquí)
Pedro
Marín Esquirol, 47 años, médico de urgencias, hospital San Juan de la Cruz de
Úbeda, Jaén (aquí)
Manuel
Rodríguez Picón, 62 años, especialista en Medicina Física y Rehabilitación,
hospital Punta Europa, Algeciras, Cádiz (aquí).
Javier
Marco Franco, 57años, jefe del servicio de planificación, calidad y control de
proyectos del Hospital General de Valencia (aquí).
Luis
Francisco Mifsut Rodríguez, 58 años, médico del SAMU en Valencia y de
helicóptero sanitario de Castilla La-Mancha (aquí) (aquí).
Rocío
Campos Cantero, 68 años, especialista de digestivo, hospital del Sureste de
Arganda del Rey (Madrid) (aquí).
Alberto
Tejedor Jorge, 63 años, nefrólogo e investigador del hospital Gregorio Marañón
de Madrid.
RESTO PERSONAL SANIDAD PÚBLICA (ENFERMERÍA,
DE AUXILIAR DE CLÍNICA, ADMINISTRATIVO Y CELADOR).
Pilar García
Buendía, 60 años, auxiliar de clínica, hospital de Puertollano, Ciudad Real (aquí y aquí).
Raúl
Cardo, 51 años, Técnico Emergencias Sanitarias, conductor UVI Móvil 112,
Tarancón, Cuenca (aquí).
Antonio
del Villar, conductor de ambulancia que hacía traslados de pacientes al
hospital Gregorio Marañón (aquí y aquí)
José Luis Elvira Muñoz, 55 años, celador,
centro de salud Avenida de los Institutos, Alcázar de San Juan, Ciudad Real (aquí, aquí)
José
Agapito Montero Mozos, 63 años, enfermero del centro de salud Carlos Mestre de Puertollano
Ciudad Real (aquí).
María
Ángeles Espinosa Rondán, 58 años, auxiliar de clínica, traumatología, hospital
Punta Europa de Algeciras, Cádiz (aquí, aquí y aquí).
Javier
Ruíz Gallardo, 52 años, celador del Hospital Universitario Puerta de Hierro de
Majadahonda, Madrid (aquí, aquí)
Judith
Mª Domínguez Cabezas, 41 años, odontóloga en el centro de salud Dr.
Castroviejo, Madrid (aquí,
aquí)
José
Armando Espinosa Rojas, 55 años, cuidados paliativos del Instituto Catalán de
Oncología, Barcelona (aquí).
OTROS PROFESIONALES SANTIARIOS DE CENTROS PUBLICOS
O CONCERTADOS (RESIDENCIAS ANCIANOS, PERSONAL DE LIMPIEZA, VOLUNTARIOS,…)
Leonardo
Dante González Quirós, 73 años, médico en la residencia geriátrica de
Villarrubia de los Ojos, (Ciudad Real)(aquí)
Eloy
Pérez Aguarón, 61 años, empleado de limpieza del Hospital Miguel Servet de
Zaragoza (aquí,
aquí)
Varón,
59 años, trabajador limpieza, hospital de Jerez (aquí)
Georgina
Vasileva, 66 años, trabajadora de la limpieza, hospital Puerta del Hierro,
Majadahonda, Madrid (aquí)
Loren, trabajadora de la limpieza, residencia de ancianos "Quijote y Sancho" de Torrijos (Toledo) (aquí)
Carlos,
auxiliar de clínica, 50 años, de la residencia de ancianos de Alto del Prado en
Vitoria (aquí).
Jaime
Mata Guijarro, 73 años, médico general jubilado, voluntario en hospital
Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid (aquí, aquí y aquí)
MÉDICOS SANIDAD PRIVADA
Francesc Collado
Roura, de 63 años, consulta privada medicina de familia en barrio Sants y de
cuidados paliativos en hospital de Barcelona (aquí).
Nerio Valarino
González, 59 años, internista y médico de urgencias, QuirónSalud Murcia (aquí y aquí).
Juan Antonio
Mingorance Espinosa, 72 años, médico de familia en el centro privado Virgen de
la Caridad, Cartagena, Murcia (aquí y aquí).
Joan Sitjes Costas, 71 años, pediatra en activo en la
clínica privada Sant Josep de Manresa (aquí, aquí y aquí).
Joaquín García Montalbán, 65 años, médico de
urgencias, hospital Vithas Nisa de Sevilla (aquí y aquí).
José
Manuel Sánchez Ortega, 80 años (en activo), cirujano general, clínica Sagrada
Familia, Barcelona (aquí, aquí).
Baldomero
Quintanilla Muñoz, 78 años (en activo), urólogo en la clínica Teknon en
Barcelona (aquí, aquí).
Juan
Rey Naya, 70 años, cardiólogo de la clínica Santa Elena y general de brigada de
sanidad, Madrid (aquí).
Manuel
García Garrido, médico general, fundador
y director del Game Centre Mèdic en Sant Boi de Llobregat, Barcelona (aquí).
Antonio
Iniesta Álvarez, médico del trabajo, gerente servicio medicina del trabajo y
prevención de riesgos laborales de Garrigues (aquí).
RESTO PERSONAL SANIDAD PRIVADA
FARMACÉUTICOS COMUNITARIOS Y TÉCNICOS DE
FARMACIA DE OFICINA DE FARMACIA
Pues la base del Ministerio de sanidad (personal sanitario PCR+), da una cifra de 52 sanitarios fallecidos hasta el 11 de mayo de 2020, que está muy por debajo de la tuya, lo que obliga a pensar que para el ministerio de los contagios no todo el personal que trabaja en recintos sanitarios es "personal sanitario" (sobre todo si lo hace en contratas privadas,o cuenta con más de 70 años : ninguno figura en la cifra oficial) o bien que el personal sanitario, en contra de lo que se afirma, no siempre pudo acceder a PCR antes de fallecer) . https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Documents/INFORMES/Informes%20COVID-19/COVID-19%20en%20personal%20sanitario%2029%20de%20mayo%20de%202020.pdf
ResponderEliminarEs muy admirable la intención y además haber puesto tanto de tus recursos mentales y materiales para llevarla a cabo.
ResponderEliminarQué generosidad la tuya, Juan.
Muchísimas gracias,
Galo Sánchez
Cuanto dolor ! No hay excusa posible para estar bien preparados y protegidos ante la posibilidad de un nuevo brote. Si la Atención Primaria ahora no dispone de todos los medios de protección y diagnóstico que se necesitan no podrá haber disculpas
ResponderEliminarGracias por tu enorme trabajo de recopilar todos y cada uno de los casos en esta tragedia que se ha cebado con los sanitarios, en especial con los médicos.
ResponderEliminarLo que encuentro extraño es que el colectivo de enfermería, que es el más numeroso con diferencia, y siempre está mucho tiempo al lado del paciente en UCIS, en urgencias, etc, y en primaria también, aquí quizás con menor presión asistencial, en general, por una mejor organización de sus agendas, no ha sufrido el zarpazo de la COVID-19 con tanta intensidad, pues no llega al 4%, siendo el del colectivo médico casi 10 veces más. ¿Quizás el colectivo médico está muy envejecido? ¿Quizás el colectivo enfermero se protegió mejor? No sé, son cifras que invitan a la reflexión para que no vuelva a suceder y ningún colectivo tenga que contar con fallecimientos en los posibles rebrotes que vengan.
Probablemente pese que es un colectivo mayoritariamente femenino, además de que es raro que siga trabajando después de los 65 años.
EliminarSer varón y la mayor edad son claros factores de riesgo para enfermedad severa y muerte.
Mi más profundo agradecimiento, Juan, por tu enorme dedicación a la verdad y la luz.
ResponderEliminarLa cifra aún ha de ser mayor, pues yo ya conozco a algún otro trabajador sanitario victima del Covid19, que no aparece en la lista.
Sin duda terrible y del dolor a la ira es fácil pasar y buscar culpables a los que linchar. Sin embargo,pienso, y esto es una reflexión general y no, Juan, dirigida a tu valiosa aportación, pienso, digo, que la orientación sistémica es más apropiada que la del "enfoque de la persona", del último de la cadena que propició el último error. J Reason, en el 90, publicó un atinado modelo de análisis de seguridad (Seguridad del paciente y profesional, en este caso), que denominó como "Modelo del Queso Suizo (Gruyere)", para ilustrar que un caso grave como el accidente del Ave de la curva de Andraix, es la coincidencia catastrófica de un buen montón de errores concatenados y coincidentes (la alineación de los agujeros del queso) en todos los niveles de contención o de protección. No fue así el resultado final del proceso que se solventó culpabilizando y encarcelando al maquinista Sr.Aznar, como exclusivo responsable. Por tanto, nada aprendió Adif, con lo que el error se repetirá. Creo que no es nada edificante la orientación de búsqueda de razones de la catástrofe en el "Enfoque de la persona", pues, aparte de ser bastante inútil, nos pareceríamos a nuestros más deleznables convecinos con rol político en su indecente y esperpentico espectáculo retrasmitido al segundo por el infotaintment de los plumillas traidores a su oficio informativo. Culpar a los individuos es emocionalmente más cómodo y más satisfactorio que cuestionar a las instituciones. Aquí los errores son las causas de los problemas. Sin embargo, el Enfoque Sistémico, parte de la premisa de que los humanos son falibles y de que se darán errores, incluso en las mejores organizaciones. Los errores son contemplados como consecuencias, no como causas, comprendiendo que el origen de estos errores no parten tanto de la “condición humana” de los individuos como de factores sistémicos “aguas arriba”. Solo el Enfoque sistémico nos permitirá aprender y modificar las causas que provocan los fallos de concepto, supervisión, información, formación, comunicación, organizacón, relación ... Nos permitirá reconocer que ésto se ha ido larvando desde hace decádas, en el modelo de "Entorno-Relación" actual. En "La Sanidad Eludida", tienes 400 páginas de las razones que han provocado, permitido, propiciado y casi han hecho imposible evitar esta catástrofe. Sin el análisis sistémico, como con el AVE, nos volverá a pasar, pues, habremos "castigado a alguien", en los tribunales o en las urnas, pero el Sistema seguirá provocando "agujeros en las lonchas de queso", hasta la siguente coincidencia catastrófica.
D.E.P. nuestras víctimas de la irresponsabilidad y la estupidez, que este virus nos ha mostrado, que, ya, podemos ser todos. ¿No será mejor forzar, presionar a los cambios, a las revisiones del modelo sanitario de Entorno-Relación, que buscar cabezas de turco?
ART
Descansen en paz todos ellos.
ResponderEliminarTenemos 40 sanitarios fallecidos en España de un total de 37.584 contagiados por COVID-19: tasa de letalidad de 0,1% para personal sanitario. Si tomamos la cifra de 95 profesionales más amplia, incluyendo a más colectivos profesionales dentro de lo sanitario también necesitaríamos conocer el número de contagiados. Muchos de los casos de sanitarios han sido, como en el resto de la población, debidos a los protocolos negligentes en los que se animaba a la gente a aislarse en una habitación con paracetamol. Lo que sorprende es que los propios sanitarios cayeran en ese error, de no buscar atención médica presencial porque a lo mejor necesitaban unos simples antibióticos que nunca fueron recetados. La hija de Luis Pérez Suárez lo cuenta en una carta muy emotiva, espero que se atrevan a denunciar en los juzgados. Se está echando la culpa a un virus de lo que es mala gestión, medicina de guerra y protocolos del pánico. A veces pienso que si no se hubiese hablado de pandemia y se hubiese seguido tratando a la gente como en diciembre habría habido muchísimas menos muertes. De hecho, el virus estaba por Europa muchísimo antes y no hubo exceso de mortalidad. Se lió en cuanto se cerró la atención primaria, se pusieron protocolos locos de aislamiento sin atención médica presencial, diagnósticos por tests que dan positivos hasta las papayas en Tanzania, pero que dejan a las residencias sin personal porque aunque sean asintomáticos tienen que irse...
Un post muy emocionante e interesante. Muchas gracias Juan por tu trabajo. Y esperemos no volver a tener catástrofes y dramas como esta situacion que reflejas de forma tan bien documentada.
ResponderEliminarFalta en tu lista un enfermero del Summa 061 de Madrid que se llamaba Sergio y que creo se apellida a Martinez
ResponderEliminarme he emocionado, y lo lamento enormemente
ResponderEliminarGracias por el esfuerzo y trabajo en hacer este homenaje
Rafael Gómez
C.S. Calesas en Madrid