«En atención primaria no tenemos un generador de energía profesional»
1. Dr. Simó: En una de las últimas entradas de su blog se lamentaba de que 30 años después de la reforma de la atención primaria nadie se haya acordado de ella.
Es cierto, en enero del pasado 2014 se cumplieron 30 años del inicio de la reforma. Nuestra atención primaria (APS) ha pasado su infancia, su adolescencia y llegado a su madurez. Si se tratará de un médico, a esa edad estaría ejerciendo sus primeros años de especialidad con el máximo potencial de ilusión y de capacitación clínica para enfrentar todo el recorrido profesional que le queda por delante. Sin embargo, nuestra APS padece progeria. A sus 30 años de vida, está agotada, se mueve torpemente, en un estado todavía vigil pero prácticamente arreactivo, con escaso músculo para influir en el sistema por la progresiva atrofia del empoderamiento sus profesionales y del propio modelo como tal. La sarcopenia es también intelectual en el debate, plagado de prejuicios neurotóxicos paralizantes. Algunos piensan que todavía le queda un largo camino por recorrer. Al parecer, no ven suficientes los 30 años recorridos y quizá piensen que tal y como están las cosas es posible mejorar sustancialmente en poco tiempo. No es así, lamentablemente. Quizá por ello, ninguna institución ni profesional ni científica ni de la Administración haya propuesto a lo largo del pasado año ningún evento conmemorativo de estos 30 años de reforma… a lo mejor es que ya queda poco que celebrar.
Es cierto, en enero del pasado 2014 se cumplieron 30 años del inicio de la reforma. Nuestra atención primaria (APS) ha pasado su infancia, su adolescencia y llegado a su madurez. Si se tratará de un médico, a esa edad estaría ejerciendo sus primeros años de especialidad con el máximo potencial de ilusión y de capacitación clínica para enfrentar todo el recorrido profesional que le queda por delante. Sin embargo, nuestra APS padece progeria. A sus 30 años de vida, está agotada, se mueve torpemente, en un estado todavía vigil pero prácticamente arreactivo, con escaso músculo para influir en el sistema por la progresiva atrofia del empoderamiento sus profesionales y del propio modelo como tal. La sarcopenia es también intelectual en el debate, plagado de prejuicios neurotóxicos paralizantes. Algunos piensan que todavía le queda un largo camino por recorrer. Al parecer, no ven suficientes los 30 años recorridos y quizá piensen que tal y como están las cosas es posible mejorar sustancialmente en poco tiempo. No es así, lamentablemente. Quizá por ello, ninguna institución ni profesional ni científica ni de la Administración haya propuesto a lo largo del pasado año ningún evento conmemorativo de estos 30 años de reforma… a lo mejor es que ya queda poco que celebrar.
2. Durante semanas nos ha proporcionado
entrevistas con informadores clave de la atención primaria española, ¿podría
darnos los diagnósticos más frecuentes de estos expertos sobre el estado de la
atención primaria y las soluciones que proponen?
Es muy difícil resumir en pocas palabras lo vertido
semana tras semana mediante casi 30 entrevistas a estos expertos. Aprovecho
cada ocasión, y esta es una de ellas, para agradecerles su participación. Mejor
que un resumen es acudir al blog para leer y re-leer cada una de ellas pues
tienen sus matices. Mi impresión de conjunto es que no se han alcanzado algunas
de las importantes expectativas iniciales pese a la inmensa y evidente mejoría
global ocurrida. Pero es que partíamos de un muy bajo nivel y pensábamos que la
inercia del impulso de los primeros años sería suficiente y no lo ha sido. El
problema es que no tenemos un generador de energía profesional propio. No nos
hemos preocupado de tenerlo pues se confió en que los responsables políticos se
encargarían de hacerlo “desde arriba” y hemos visto que no ha sido así. Un
primer pecado original fue la no aglutinación profesional desde el inicio de la
reforma. Sin ella, es muy difícil construir un generador de energía
profesional, de profesionalismo. La crisis actual, por ejemplo, debería haber
motivado un empoderamiento “desde arriba” del modelo y sus profesionales. Sin
embargo, desde el punto de vista de la financiación, el centro de salud ha
sufrido más que el hospital la reducción del presupuesto. Por otro lado, el
Proyecto AP21 y sus respectivos reflejos autonómicos están más que enterrados,
pese a que muchas de sus propuestas no precisan de inyección presupuestaria
alguna. Parece claro que ya no podemos confiar en un cambio “desde arriba”. El
poder en el sistema ni se crea ni se destruye, sólo puede cambiar de manos. Hay
poco que hacer mientras los políticos no decidan poner los medios organizativos
y legales para otorgar mayor poder a la primaria. Una potente palanca de cambio
sería otorgar mayor poder de autogestión para promover “desde abajo” la
diversidad microorganizativa y una financiación capitativa en base
epidemiológica y poblacional que girara alrededor de la capacidad gestora,
ahora bajo mínimos, de la atención primaria, del médico de familia. Todo lo que
se aleje de ello (financiación en base al histórico, pagos por proceso, por
acto, peonadas, incremento de plantillas hospitalarias por encima de las de
primaria, etc.) es inflacionista, hace al sistema hiperactivo, iatrogénico e
insostenible y sitúa a la atención primaria en la vía muerta de la extinción.
3. La atención primaria ha recibido mucha
menos atención política y económica que la atención hospitalaria, ¿es así?
Ha sido peor que eso. Lo que en realidad ha ocurrido
ha sido una tomadura de pelo. Cuando los más altos responsables de una
organización hacen per-ma-nen-te-men-te lo contrario de lo que proclaman
convierten a la misma en una organización hipócrita en la que, entre la mayoría
normal y silenciosa, prosperan maleantes, francotiradores y, sobre todo,
mercenarios. Es un caldo de cultivo propicio para el entretenimiento, la
apariencia, la intoxicación, la confusión, el prejuicio… en definitiva, para el
mantenimiento del statu quo. Así, no
extraña que tras 30 años de reforma y desde el punto de vista del desarrollo y
autonomía profesional, nos encontremos igual que al principio... y por tanto
peor. Pero también, y sorprendentemente, para el desarrollo de
micro-ecosistemas de excelencia y buen hacer, inextensibles por su propia
naturaleza de origen, basada en la alineación de los astros y el voluntarismo.
Aunque la consecuencia más común es el acomodamiento de los profesionales en
zonas de confort de diverso tamaño, en donde se sienten cómodos y seguros por
moverse en un entorno que dominan resulte agradable o no. Una zona de confort
que, por lo general, es cada vez menos agradable y menos motivadora desde el
punto de vista del desarrollo profesional. Salir de la zona de confort y pasar
a la de aprendizaje supone aceptar el riesgo de que las cosas no sean tal y
como uno piensa que son. Además, la endogamia del sistema dificulta darse
cuenta de que el vecino puede hacer mejor que nosotros algunas cosas y que
nosotros podemos aportar mejoras al vecino.
4. ¿El gasto farmacéutico en atención
primaria ha recibido más atención y críticas que el gasto farmacéutico
hospitalario?
El gasto en farmacia de receta no podemos llamarle “de
atención primaria” pues tiene una parte importante inducida por especializada.
El medicamento es un insumo más y como tal hay que considerarlo. No hay que
olvidar el carácter sustitutivo del medicamento en relación con el uso de otros
bienes o servicios médicos. El fármaco puede sustituir a hospitalizaciones y la
mejor la gestión hospitalaria y de atención primaria puede significar un menor
consumo en medicamentos. Por ejemplo, no hay más que pensar en la reducción de
hospitalizaciones relacionadas con la enfermedad ulcerosa péptica ligada a la
erradicación del H. Pylori, y la potencial reducción del consumo de analgésicos
si se redujera el tiempo en lista de espera quirúrgica para, por ejemplo, el
re-emplazo articular. Pero, efectivamente, el gasto público en farmacia de
receta ha sido considerado por políticos, prensa general y especializada la
“bestia negra” del sistema normalmente por significar una parte importante del
gasto sanitario público. Y ello ha sido posible, entre otras cosas, porque se
ha conocido su cuantía al milímetro. Ha habido transparencia en los datos: mes
a mes el Ministerio los publica. Datos que desconocemos respecto del gasto en
farmacia hospitalaria. Tras las últimas intervenciones para reducir su cuantía,
aplicadas con mayor intensidad desde 2010, el gasto en farmacia de receta se
situó en 2013 al mismo nivel de 2003. Sin embargo, las estimaciones más fiables
muestran que el gasto en farmacia hospitalaria en 2013 duplicaba el que
teníamos en 2003. Pese a ello, no se conocen críticas ni de políticos ni de
prensa respecto del gasto en farmacia hospitalaria como sí las han hecho, y
todavía las siguen haciendo pese a la reducción habida, respecto del gasto en
farmacia de receta.
5. ¿Cómo es nuestro gasto público y privado
en medicamentos de prescripción en comparación con Europa?
Desde 1995 que se conocen datos al respecto, nuestro
gasto farmacéutico privado en medicamentos de prescripción (los que precisan
receta médica) ha sido siempre inferior al promedio de los países europeos de
la OCDE, en mayor o menor medida dependiendo del año y de la forma de medición
(per cápita, como parte del gasto sanitario privado, como parte del gasto
farmacéutico total y como parte del PIB). Sin embargo, al público le ha
ocurrido siempre lo contrario. Sólo a partir de la mitad de la década de los
90, nuestro gasto total en medicamentos (público + privado) en términos per
cápita ($PPC) supera la media europea, pero vuelve a situarse por debajo de la
misma a partir de 2011. Con la intensificación de las actuaciones para su
reducción durante la crisis, el gasto público per cápita español en
medicamentos de prescripción se reduce mucho y es en 2012 un 16% superior al
promedio de la Europa de la OCDE (llegó a ser casi un 40% superior en 2007).
Sin embargo, el gasto per cápita privado español en medicamentos de
prescripción es muy inferior al promedio europeo, concretamente apenas alcanza
el 32% del promedio europeo en 2012 (último año para el que la OCDE ofrece
datos).
6.
¿Qué lagunas informativas encuentra a la
hora de analizar la sanidad?
Muchas. Especialmente indicadores elementales de
resultados, de listas de espera, de gasto en farmacia hospitalaria, de
profesionales en el sistema, de longitudinalidad, de población protegida
(información desaparecida de la web ministerial precisamente desde la entrada
en vigor del RD 16/2912), etc. Algunos de los recogidos en la Estadística del
Gasto Sanitario Público están empezando a no servir para mucho. Por ejemplo, el
gasto de personal sólo se clasifica así cuando se trata de personal propio y no
cuando se trata de personal de proveedores privados. De esta forma, resulta que
el gasto de personal en atención especializada en Cataluña es especialmente
bajo pues mucho del personal perteneciente a la red hospitalaria de utilización
pública no es propio del SNS. Esto que sólo ocurría en Cataluña, está empezando
a ocurrir en aquellas Comunidades que están privatizando la gestión como la
Valenciana en la que cerca de un 20% de la población ya es atendida por
hospitales tipo Modelo Alzira con personal no propio del SNS. Todo ello dificulta
la comparación del gasto de personal entre Comunidades. Más que “lagunas”
informativas, son auténticos “océanos” cuando pretendemos conocer información
evaluativa precisamente sobre estas nuevas formas de gestión privatizada. La
única excepción honrosa es la información relativa a las EBAs catalanas.
7.
Si usted fuera Ministro del ramo, ¿qué
reformas introduciría en la atención primaria?
Me ceñiré a una única medida. Necesitamos una atención
primaria para todos pero no la tenemos. España tiene una dualización sanitaria
que atenta con la equidad y la eficiencia. Tenemos un doble sistema (a two
tier system) consecuencia de la multiplicidad de “regímenes” o
“subsistemas” de aseguramiento, formas de provisión y acceso a las prestaciones
sanitarias financiadas públicamente. Se trata de una dualización consustancial
a la propia organización que se encuentra en el genoma del sistema. La
consecuencia es una desigualdad no relacionada con la necesidad sanitaria en la
provisión, aseguramiento, cartera de servicios, copago, acceso y utilización de
los servicios sanitarios financiados públicamente, según grupos
socioeconómicos. Y significa, especialmente, que determinados grupos poderosos
e influyentes no cuentan con un médico de familia (con cupo identificable,
agente del paciente y su familia, que atienda de inicio todo tipo de problema
de salud de forma longitudinal) dentro de su esquema de atención sanitaria
financiada públicamente (y habitualmente de provisión privada). Así, se
mantiene desde hace muchos años lo que he llamado el “descremado sociológico”
de la APS española, principal causa de que no tengamos una APS fuerte desde el
principio. Si la APS no es utilizada por aquellos sectores sociales con mayor
capacidad de influencia sobre la opinión y el poder públicos pierde uno de los
más potentes estímulos permanentes de mejora representado por los ciudadanos
más informados, formados, exigentes e influyentes. La atención primaria ha de
ser para todos o nunca será.
Por cierto, no contento con difamar una vez, tres días después Burgueño vuelve a señalar a la atención primaria como uno de los culpables de muriera tanto anciano en las residencias y lo hace en una columna de opinión en una revista (65ymas.com) dirigida a las personas mayores (aquí).
Gracias, siempre, Simó. No te canses, por favor.
ResponderEliminarExcelente,como siempre.Gracias.
ResponderEliminarIgnoro las declaraciones primeras de Burgueño.He ido al enlace y leo:"Y han sido razones del Modelo socio sanitario que España ha diseñado. Razones del diseño del sistema sanitario de Primaria de España. Razones de abastecimiento de insumos. Razones d e perdida d e eficacia en los traslados por prescripciones de desinfección d e ambulancias. Y, sobre todo la gran agresividad del germen sobre este grupo tan vulnerable. "
Veo una critica a la AP.Si.¿Pero no quedamos que esta AP que tenemos es imperfecta y mejorable?.No me parece una critica a los profesionales.
La verdad-si existe- es aunque la diga Agamenon...o su porquero.
Juan, de acuerdo contigo, lo que pasa es que las sociedades decidimos hacer una propuesta conjunta (https://www.semg.es/index.php/noticias/item/555-noticia-20200630) y eso nos ha retrasado, ya que aprovechamos para mas cosas, que la AP necesita muchas cosas y mejor ir todos juntos, que lo de "divide y vencerás" es desgraciadamente muy usado.
ResponderEliminarNo puede ser. No se puede acusar a la AP de forma genérica y de esa manera tan cruda y falsa. No basta un comunicado. Es una calumnia y la OMC y las Sociedades (qué pena tener tres sociedades que van cada una por su lado) deben ir "a saco" contra el tal Burgueño. Nos hemos enfrentado sin medios, nos hemos arriesgado, han muerto muchos profesionales de la AP... no, esto no puede quedar así. (perdón por la eliminación previa, publiqué antes de tiempo).
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