La intervención
esta misma mañana de José Ignacio Echániz,
Secretario de Sanidad del Partido Popular y Consejero de Sanidad de
Castilla-La Mancha, en una entrevista televisada en el programa Los Desayunos
de RTVE ha producido dos evacuaciones dignas de subrayar. En total, casi 120
segundos evacuativos que podrían cambiar nuestra sanidad pública hasta el
punto de que ni la conozca la madre que la parió.
Primera evacuación [minutos 7´02”–7´36” de la
entrevista]
Según José
Ignacio Echániz, el nuevo modelo de
copago introducido en julio de 2012 ha permitido “ahorrar nada más y nada menos que un 25% del gasto farmacéutico total
de nuestro país”. Y para que lo entiendan los televidentes lo traduce: “eso significa que hasta un 25% de los
fármacos que se utilizaban no se utilizaban correctamente, digamos que se
prescribían y dispensaban en las farmacias, muchas veces de forma gratuita para
los ciudadanos, y luego no se tomaban”.
Está
claro que Echániz no lee “Salud, dinero y… atención primaria”. Si lo leyera
sabría que el supuesto ahorro atribuible al nuevo modelo de copago rondaría
el 14,5%, bastante lejos del 25% que afirma. Pero también está claro que
Echániz, en un ejercicio de malabarismo demagógico y ruin, hace equivaler ese supuesto
ahorro del 25% a una reducción del consumo de medicamentos también del 25% y,
además, toda esa reducción de consumo la entiende ocurrida en medicamentos que
no se deberían haber prescrito ni dispensado por inadecuados. Maravillosos
resultados del nuevo modelo de copago español dignos de difusión internacional.
¿Por qué no lo publica en el New England?
En la
misma evacuación, Echániz califica el nuevo modelo de copago de medida “feliz” y de “justicia social” y de “redistribución
de la justicia”. El señor Echániz debería saber que en ocasiones las
palabras las carga el diablo y que no existen modelos “felices” de copago, pues debería tener claro que no es el ansia de
felicidad lo que impele a un gobernante a obligar a los viejos enfermos a
copagar fármacos sino el ansia de eficiencia en el gasto. También debería saber
que una medida de justicia social, y un copago bien diseñado podría llegar algún
día a serlo (evidentemente no el que tenemos y menos el que teníamos), es
redistribuir la riqueza y no la justicia. De todos modos, a mí personalmente me
bastaría con que un copago
bien diseñado –evitable– desincentivara la utilización de los medicamentos
más ineficientes y se preocupara menos de redistribuir la riqueza.
Segunda evacuación [minutos 11´26”–12´47” de
la entrevista]
Echániz
nos desvela, por fin, los motivos de porqué la gestión privada es más mejor que
la pública: la ley. “¿Por qué muchas veces la sanidad pública no
puede llegar a gestionar bien el último céntimo de euro?” – se pregunta
Echániz. Y se responde: “Pues,
fundamentalmente, por la legislación que tenemos. La legislación de carácter administrativo
impide, por ejemplo, retribuir mejor al médico que lo hace mejor. Claro, cuando
yo como director de un hospital no puedo retribuir mejor al médico que va a las
seis de la mañana, que ve a todos sus pacientes, que opera a todos sus
pacientes, que se queda por la tarde, que luego investiga y que por la noche en
su casa sigue leyendo revistas internacionales para estar a la última en su
especialidad… no le puedo pagar mejor que a la persona que llega tarde al hospital,
que alguna vez los hay, que se marcha justo cumpliendo estrictamente su horario
sin ceder un solo minuto y que por la tarde se dedica a otras aficiones
relacionadas con su ocio. Claro, eso la administración pública, la sanidad
pública no lo puede diferenciar, no lo puede discriminar en torno en su forma
de retribuir, de pagar productividad o de pagar pluses a quien lo hace mejor.
Afortunadamente, el ámbito del sector privado lo hace mejor y por eso también
funciona de una forma mucho más operativa y eficiente. Por eso, por eso, muchas
veces en la sanidad pública derivamos pacientes a la privada porque hacen más
cirugías en menos tiempo, fruto esencialmente, no de que los médicos públicos
sean peores, que son excelentes y ninguna pega respecto de su capacitación, sino
porque los instrumentos con los que gestionan son más operativos y permiten
hacer más, ser más productivo”.
Esta
segunda evacuación no merece ni el menor comentario que resultaría sin duda
insultante para los inteligentes lectores de este blog. Sólo
una cosa, este va a ser el próximo mantra que se va a repetir hasta convertirlo
en verdad absoluta: la legislación que
rige la administración pública, incluida la sanidad, no nos permite ser buenos
gestores… nosotros ya querríamos… pero no podemos. Por ejemplo, en su momento ya demostramos cuando gestionábamos bankios
que, sin legislación administrativa, fuimos buenísimos gestores, lo hicimos de cine. Pero claro,
esto de gestionar la sanidad no es lo mismo que gestionar bankios pues no tenemos los instrumentos que nos permitieron hacer
lo que nos vino en gana con los bankios
y utilizarlos a nuestro antojo. Por eso no nos queda más remedio que
externalizar la gestión de la sanidad pública: para que otros o nosotros mismos
mediante puertas giratorias puedan (o podamos) hacer lo mismo que hicimos en y
con los bankios. Y por supuesto,… lo
haremos por el bien de los buenos profesionales, por el bien de esos médicos que
llegan a la 6 de la mañana, ven a todos sus pacientes, operan a todos sus
pacientes, que se quedan por la tarde, que luego investigan y que por la noche
en su casa siguen leyendo revistas internacionales para estar a la última en su
especialidad…
PD.- Ojo con creerse estas evacuaciones... el riesgo de acabar como el de la foto es altísimo (flecha).
Como no se escapa, es el mantra que cada día, velis nolis, reitera su colega de Madrid, Fernández Lasquetty. Lamentable
ResponderEliminarEn Catalunya el actual gobierno, madrugador en los recortes, lo primero que recortó a los sanitarios fueron las DPOs (dirección por objetivos) que es precisamente lo que diferencia entre los que más trabajan y los que menos.
ResponderEliminarCuando hablan de estos incentivos no saben que hace años que una parte importante de nuestro salario va ligado a productividad.
En estas defecaciones no busques nunca un análisis objetivo de la situación, solo ruido y demagogia.
Pero hace tiempo que se les ve demasiado el plumero.