La figura que muestra la evolución del crecimiento del gasto en atención primaria y en especializada desde 1984 dibuja una serpiente con una boca que se agranda desde la crisis de 2008. Hay quien atribuye ese mayor incremento al coste de la tecnología sita en los hospitales. Es una explicación importante pero ni mucho menos la única. Otra gran explicación es el mayor crecimiento del gasto de personal de atención especializada respecto del de primaria ocurrido desde hace más de 30 años y también acentuado desde 2008. Lo veremos hoy en esta entrada que actualiza los últimos datos al respecto. Esta es la atención primaria que se ha tenido que enfrentar a la pandemia y cuyos profesionales, igual que los del hospital, se han dejado los cuernos y, algunos, mucho más (aquí). Una pandemia que ha dejado KO y tumbada en la lona a la atención primaria.
La "serpiente" del gasto sanitario público desde 1984 hasta 2020
La siguiente figura muestra la evolución del crecimiento del gasto en atención primaria y en atención especializada en términos nominales desde 1984 que se inició la reforma hasta 2020 (último años para el que se dispone de datos). Los datos proceden de la Estadística del Gasto Sanitario Público del Ministerio (aquí). En términos nominales el gasto en atención especializada (AES) crece un 47% más que el de primaria en el acumulado del periodo.
Cuando el crecimiento del gasto se deflacta mediante el IPC que proporciona el INE (aquí) obtenemos el crecimiento real. Entonces, las diferencias entre el crecimiento de un gasto y el otro se amplían. El resultado es que la serpiente abre aún más su boca, especialmente desde el inicio de la crisis de 2008. Así, en términos de gasto real (deflactado por el IPC) el gasto en atención especializada (AES) crece un 59% más que el de primaria en el acumulado del periodo. En términos reales, al gasto en atención especializada supera desde 2015 los niveles pre-crisis mientras que el gasto en atención primaria todavía está en 2019 por debajo del nivel pre-crisis.
La "serpiente" del gasto de personal también existe
La siguiente figura muestra la evolución del crecimiento del gasto en personal de atención primaria y en personal de atención especializada desde 1988 hasta 2020. Los datos también proceden de la Estadística del Gasto Sanitario Público (aquí). No se conocen datos anteriores a 1988. Se puede afirmar que, desde hace más de 30 años que se conocen datos, el gasto en personal de atención primaria siempre ha crecido menos que el gasto en personal de atención especializada, especialmente desde el inicio de la crisis de 2008. Por cierto, es totalmente imposible "localizar" en la figura el mayor gasto de personal que en teoría (en la práctica ya vemos que no) debió suponer el inicio y desarrollo de la reforma de la atención primaria que sembró España de centros de salud. En términos nominales el gasto en personal de atención especializada (AES) crece un 27% más que el de primaria en el acumulado del periodo.
Cuando el crecimiento del gasto se deflacta mediante el IPC que proporciona el INE (aquí) obtenemos el crecimiento real. La diferencia entre el crecimiento de un gasto y el otro también se amplía. El resultado es que la serpiente del gasto de personal abre más su boca, especialmente desde el inicio de la crisis. El IPC es un deflactor adecuado especialmente para el gasto de personal pues estamos hablando de salarios, de masa salarial. En términos de gasto real (deflactando por el IPC) el gasto en personal de atención especializada (AES) crece un 39% más que el de atención primaria (APS) en el acumulado del periodo. En términos reales, el gasto de personal en atención especializada supera ya en 2020 los niveles previos a la crisis financiera, algo que no ocurre con el gasto de personal en atención primaria que se queda prácticamente al mismo nivel que cuando se iniciaron los recortes de las crisis.
¿Por qué se agrandan las diferencias al deflactar?
El ejemplo siguiente es ilustrativo. En términos nominales (sin ajustar por el IPC) el empleado A incrementa su salario un 67% (5/3 x 100) más que el empleado B en 2018. Pero como el IPC de 2018 es del 2%, el empleado A realmente aumenta su salario un 3% mientras que el B lo ve aumentado un 1%. En términos reales, pues, el empleado A ve aumentado su salario un 300% (3/1 x 100) más que el empleado B. En realidad, el salario del empleado A crece 3 veces más que el salario del empleado B.
Evolución de la distribución del gasto
La siguiente figura muestra la evolución de la distribución del gasto sanitario público desde que se conocen datos, los cuales provienen también de la Estadística del Gasto Sanitario Público (aquí). Lo que muestra la figura no necesita mayor explicación.
Comentario
Cuando deflactamos con el IPC las diferencias entre el crecimiento del gasto en atención primaria y el gasto en atención especializada se agrandan en perjuicio de la primera. Y eso es especialmente notable desde el inicio de la crisis de 2008 y en el gasto de personal. Por lo tanto, por supuesto que la tecnología influye en el diferente crecimiento del gasto entre ambos niveles asistenciales. Pero también es cierto que el mayor incremento del gasto de personal en atención especializada respecto del habido en atención primaria también contribuye, y mucho, a la explicación de tales diferencias durante las últimas tres décadas, y muy especialmente desde 2008. Y dado el creciente hospitalocentrismo del sistema, el primer año pandémico el crecimiento del gasto de personal en AES mayor que en APS como muestran las figuras tanto en términos nominales como reales.
Conclusión
El empeoramiento empeora: la atención primaria sigue desahuciada en la UCI. Pero es importante tener en cuenta que la serpiente no es causa sino consecuencia del descremado sociológico de la atención primaria. La verdadera causa del descremado sociológico es el deterioro institucional (aquí). Urgen medidas institucionales que miren por el bien común y no por el de privilegiados colectivos. Las instituciones políticas, académicas y sanitarias, que no han hecho prácticamente nada por potenciar la atención primaria en las últimas décadas, deben establecer con urgencia medidas que hagan individualmente atractivo este nivel de atención. No sólo para los ciudadanos también para los profesionales, pues la atención primaria ha mostrado sobradamente su conveniencia en términos de equidad, resultados en salud y en eficiencia. La atención primaria ha de ser para todos o nunca será. Y cada año que pasa está dejando de ser. Con la pandemia, de forma acelerada: deja de ser cada mes que pasa sin que se haga nada.
Adenda: la 8ª ola que "no se podía saber"
Nos encontramos en la subida de casos, prácticamente en vertical, de la octava ola pandémica en el ámbito nacional. Algunos la llaman la séptima, pero no, no es la séptima es la octava en el ámbito nacional y en todas las CCAA menos en Madrid, donde el inicio de la octava se ha producido sin que la séptima decline lo más mínimo, y en Canarias y Baleares, donde apenas ha habido séptima ola. En marzo de este año escribía en este blog (aquí) lo siguiente:
No puede ser que sigamos viendo como una cosa "normal" que urgencias y centros de salud se colapsen durante esas 8-10 semanas invernales. Y todavía menos "normal" que se colapse las primeras semanas del verano con las presumibles olas que vayan a ocurrir entonces. ¿Es eso "gripalizar" la covid19? Se puede aceptar que "no se podía saber" que en julio de 2021 íbamos a tener una ola importante. Se puede aceptar que "no se podía saber" que el pasado diciembre se iniciaría una ola gigantesca. Pero ya está, ya no más: a partir de ahora, "ya se puede ir sabiendo".
Hace muchos meses que ya se podía saber que en julio de 2022 íbamos a tener otra ola por exactamente los mismos motivos que la tuvimos en julio de 2021. Es más, era de sospechar que la ola de este verano iba a ser mayor que la del verano pasado pues ahora no hay medida restrictiva alguna. Y lo será pese al evidente contexto de infradiagnóstico en el que nos encontramos. Y no será ninguna broma pues es probable que, incluso, supere a la sexta ola de las pasadas navidades pues, probablemente, alcancemos o superemos, y ojalá me equivoque, los más de 20.000 ingresos en los días de su pico. Y en pleno verano. Le queda mucho, pues, a este nuevo coronavirus para que sus olas sean sólo estacionales (si por estacional nos referimos al invierno).
Y como "no se podía saber" que esta octava ola empezaría con el verano, nos encontramos por tercer año consecutivo con el sistema funcionando como si aquí no pasara nada, con los profesionales de vacaciones sin reforzar nada, especialmente en atención primaria, y con las urgencias hospitalarias sufriendo las consecuencias de una atención primaria asolada desde hace muchos meses. Por supuesto que "no se podía saber", es evidente que con estos políticos "no se podrá saber" nunca nada en la vida de dios. Sólo saben decir que "faltan médicos" y que la universidad ha de "fabricar" más. Son insufribles, impresentables, unos bocachanclas indocumentados.
Por fin empiezan a reconocer en esta noticia del Faro de Vigo (aquí) que lo que falta es ese "petróleo barato" que nutría esas "bolsas de contratación" a las que han recurrido siempre los gestores de atención primaria y que "están a cero" desde hace ya muchos años. Dicen ahora que "no hay para sustituir ni las vacaciones" cuando llevan sin sustituir vacaciones desde hace muchísimos años (incluso cuando las "bolsas no estaban a cero"). Ahora resulta que cuando ya no hay ni un gramo de "petróleo barato" se dan cuenta de que el "sistema ya no da más de sí". Y lo más grave, afirman que "no tenemos herramientas para resolverlo porque hay cero médicos para contratar". Y como esto es un "problema nacional" pues que lo solucione Sánchez. ¿Y qué piensan hacer con los miles de médicos especialistas, no sólo en medicina de familia, que han emigrado a otros países en las últimas dos décadas porque aquí les ofrecían precariedad + precariedad mientras se agotaba una "bolsa de petróleo barato" que creían inagotable? ¿Un manifiesto?
Populistas y nacionalistas coinciden en no respetar la constituciòn. Alguna responsabilidad tendràn el Conselleiro y su pacto sindical. Seguramente intereses comunes en el negocio de sembrar enfermedad pública (ruido, contaminaciòn atmosfèrica, fuegos de artificio) y cosechar beneficios privados creando empleos de cuidadores de los afectados. Menudo cohecho polìtico-sindical de interes para el negocio de la iatrogenia por excesivos beneficios multinacionales en el bolsillo de algunos, a costa de la salud de la mayorìa. La mafia gallega, mitad fascista, mitad estalinista.
ResponderEliminar“...la atención primaria sigue desahuciada en la UCI.”
ResponderEliminarY, cuando no está para UCI, parte de la AP está en Urgencias hospitalarias, a fe nuestra.
Después de todo, y al menos hasta cierto punto, quizás SÍ esté justificado el gasto “hospitalario”.
Cuando yo empecé a trabajar allá por el año 1995 en Escocia, los pacientes sólo acudían a urgencias con una derivación telefónica de su médico de cabecera, o con un cuadro grave evidente. No hace falta decir que todo funcionaba mejor. Se debería seleccionar a los pacientes en el triaje ,y derivar a primaria a los que no cumplen criterios de urgencia. Si no se hace así es por que hay que justificar ese aumento de gasto en hospitalaria del que habla el artículo.
EliminarGracias, Juan, no rebles.
ResponderEliminarContinua con la imagen de la serpiente a ver si la pillan de una vez
No faltan médicos, falta inversión ( y reconocimiento y cariño a la AP y desburocratización....)
Sólo una pega…. La Atención Primaria TAMBIÉN ES ESPECIALIZADA.
ResponderEliminarNuestros médicos ya no son “Médicos de cabecera”, son Médicos de Familia; Los ambulatorios ya no existen, son Centros de Salud. Algunas enfermeras somos Enfermeras especialistas también, en Familiar y Comunitaria, aunque ni siquiera existimos como categoría profesional en la mayoría de las CCAA, ni siquiera podemos optar a que se nos desprestigie, ya que nunca se nos prestigió.
Se puede legislar mucho, esgrimir objetivos, pero si no se ponen los medios necesarios y oportunos para lograr cumplir todo ello, son cuentos de la lechera para algunos, y simplemente cuentos para otros… o quizá cuentos chinos.
Gracias Juan Simó por este magnífico artículo.
📩 Uy… No soy Anónima 😄.
ResponderEliminarLaura Sobrino Jular, enfermera Familiar y Comunitaria.