“Nadie es profeta en su tierra”. Este pasaje ilustra perfectamente la sorprendente invisibilidad conferida al artículo Impact of the COVID-19 Pandemic on Primary Health Care Disease Incidence Rates: 2017 to 2020, aceptado el 21 de junio de 2021 para ser publicado en la que posiblemente sea una de las mejores revistas de Medicina Familiar y Comunitaria del mundo. Invisibilidad conferida por propios y extraños.
La pandemia por SARS-CoV-2 ha supuesto un test de estrés para todos los sistemas de salud a nivel mundial. España ha experimentado un 20,3% de exceso de mortalidad en comparación con la media de la Unión Europea. Los centros de atención primaria han detectado alrededor del 90% de casos y han redirigido sus esfuerzos a la prevención, diagnóstico, seguimiento y trazabilidad de casos de COVID-19 (y sus contactos) cuando los servicios de salud pública colapsaron. Priorizar la atención de la COVID-19 nos ha cambiado la relación médico-paciente: teleconsultas, consultas por correo electrónico y telemonitoreo así lo reflejan. Y además durante el 2020 se ha incrementado la actividad global, incremento no observado en otros ámbitos como por ejemplo el ámbito hospitalario en Catalunya, y probablemente en toda España.
Ante este escenario desde nuestra unidad de investigación realizamos un estudio retrospectivo longitudinal sobre la incidencia anual de detección y diagnóstico de 30 problemas de salud prevalentes: factores de riesgo cardiovascular, enfermedades crónicas, trastornos de salud mental y neoplasias durante el periodo 2017-2020 sobre una población de 87.478 habitantes de la ciudad de Barcelona. En el año 2020 observamos reducciones significativas en comparación con la media de los años 2017-2019 en las ratios de tasas de incidencia (IRR) de hipertensión arterial (IRR=0,60; IC 95%, 0,52-0,68); hipercolesterolemia (IRR=0,64; IC 95%, 0,57-0,72); diabetes tipo 2 (IRR=0,61; IC 95%, 0,52-0,73); enfermedad renal crónica (IRR=0,57; IC 95%, 0,48-0,68); cardiopatía isquémica (IRR=0,52; IC 95%, 0,39-0,68); hipertrofia prostática benigna (IRR=0.62; IC 95%, 0,54-0,72); osteoporosis (IRR=0,60; IC 95%, 0,50-0,72); hipotiroidismo (IRR=0.54; 95% IC; 0,46-0,63); enfermedad pulmonar obstructiva crónica (IRR=0,50; IC 95%, 0,39-0,65); trastorno por consumo de alcohol (IRR=0,54; IC 95%, 0,38-0,77); pólipos de colon (IRR=0,58; IC 95%, 0,49-0,69) y melanoma (IRR=0.55; 95% IC, 0.32-0.92).
Las incidencias de los trastornos de ansiedad (IRR=1.16; 95% IC, 1.07-1.24) y en cáncer de pulmón (IRR=1.42; 95% IC, 0,88-2,32) aumentaron durante 2020: en el caso del cáncer del pulmón, atribuibles al considerable incremento de pruebas radiológicas pulmonares derivadas de la COVID-19. Dichos efectos también se han observado en otros países europeos. En conclusión, las disminuciones de diagnósticos oscilaron, globalmente, entre el 36% y el 50%, y se observaron reducciones en otras patologías adicionales, si bien no resultaron estadísticamente significativas respecto años anteriores.
Los cambios organizativos forzados y forzosos durante en el 2020 ante la consigna de priorizar la atención a la COVID-19 desplazaron de forma significativa un número relevante de problemas de salud, cuyas consecuencias en la calidad de vida, morbilidad y mortalidad deberemos analizar detenidamente a medio y largo plazo.
A pesar de todo, la atención primaria ha liderado la respuesta a la Pandemia
Así es. Por sorprendente o paradójica que parezca esta afirmación para algunos, ésta se sustenta en datos objetivos, publicados y verificables, y nuevamente invisibilizados tanto en algunos medios de comunicación, como por nosotros mismos (los profesionales de AP):
- Cuando todavía no disponíamos de equipos de protección individual, la atención primaria fue la primera en España en describir los factores de buen/mal pronóstico inmediato de la enfermedad.
- Sin herramientas de tratamiento, la atención primaria fue la primera en proponer estrategias de estadiaje clínico, incorporando innovación con la ecografía pulmonar, que gracias a su portabilidad se extendió por las consultas de médicos de familia y también en Residencias de mayores.
- Cuando el Ministerio no había finalizado su estudio de seroprevalencia (junio 2020), en atención primaria ya se había realizado el primero en toda España (con datos disponibles desde mayo de 2020), y sin presupuesto público alguno.
- Cuando en algunas comunidades autónomas se intentaba gestionar la respuesta ante el creciente problema del síndrome post-COVID-19, algunos ya publicábamos propuestas de manejo.
- Y qué decir del programa de Vacunación… y bajo quien ha recaído la responsabilidad del mismo.
Todavía queda camino por recorrer en esta Pandemia: esperemos que poco. En cambio, nos queda mucho más camino de Sindemia. Y por ello debemos seguir observando, analizar e investigar, pero no para apresurarnos hacia el fin de la excepcionalidad: quienes apelan a aquella realidad olvidan que la era pre-pandémica nos condujo a una de las huelgas más duras y de mayor impacto que se recuerdan en Cataluña a finales del 2018. Y que muchísimos secundamos. El SARS-CoV-2 es un virus; y el virus de la gripe es otro virus, distinto: por el momento SARS-CoV-2 con mayor capacidad mutagénica que la gripe y sin ciclo estacional. Asimilarlos como enfermedades idénticas no parece (todavía) lo más prudente, como tampoco cuestionar los indudables beneficios colectivos que ha supuesto el programa de vacunación.
El relato profesional deber pasar ahora por reivindicar hechos tangibles (que urgen), y planificar un modelo que ofrezca respuesta a profesionales y ciudadanos, valorando incluso la creación de una Ley de Atención Primaria y Salud Comunitaria (que hoy por hoy no existe). Una ley que permita abordarlo todo y que preserve la universalidad (para todo el mundo), la protección (de la salud) y la garantía (de financiación). La inercia actual nos está conduciendo a “americanizar” la Sanidad: una alternativa injusta, indeseable y que recorta esperanza de vida. El acceso a la sanidad y a la educación universal, pública, gratuita y de calidad son percibidos como los dos pilares en los que se sustenta el deseable ascensor social e igualdad de oportunidades (al menos, en las sociedades avanzadas). Y en el caso de la sanidad, la atención primaria debe ocupar la posición central: protejámosla por Ley.
Desde las sociedades científicas así lo pretendemos: cambiar la realidad en base a evidencias y consenso profesional, promover la revolución (bien entendida) para conseguir la transformación (deseada). Y así lo hemos puesto en conocimiento del Ministerio de Sanidad recientemente y a todas las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas a través del Documento Atención Primaria en la era post-COVID: Revolución para la Transformación, nuevamente y sorprendentemente invisibilizado incluso por algunos de los nuestros. Un documento representativo, surgido del conocimiento y opinión de más de un millar de médicos y médicas de familia y desde el cual también apelamos a la tan necesaria unidad de acción de la atención primaria.
Los lamentos preocupan. El peligroso hastío profesional y el negativismo persistente y prolongado en el tiempo provoca rechazo, nos aleja de todos y de todo lo que tenemos a nuestro alrededor, y sostenido en el tiempo acaban enfermándonos. Ante la incertidumbre reinante, actitud prudente y firmeza en nuestras convicciones y valores. Es momento de mirarnos, dialogar entre nosotros, ayudarnos mutuamente y reconocernos en lo positivo, porque tenemos una de las mejores profesiones del mundo.
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Antoni Sisó Almirall
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Director de Investigación en CAPSBE. Profesor titular de Medicina, Departament de Medicina, Universidad de Barcelona. Presidente de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitaria (CAMFiC).
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Director de Investigación en CAPSBE. Profesor titular de Medicina, Departament de Medicina, Universidad de Barcelona. Presidente de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitaria (CAMFiC).
Se agradece la salida de la cultura de la queja y sus pésimas consecuencias para los que estamos dentro y para la imagen que damos fuera.
ResponderEliminarLas Administraciones no ayudan (no saben, no quieren o no pueden) y nuestras acciones han de ser imaginativas e impactantes.
Muchas gracias Juan. No consigo descargar el documento de Revolución para la transformación y en Google tampoco lo encuentro. ¿Dónde se puede encontrar? Muchas gracias
ResponderEliminarGracias, Juan. Estos son los mensajes q interesa difundir para avanzar y no detenernos en la etapa previa y actual. Había carestía y ha quedado claro. Veamos de gestionar una nueva revolución en la AP como dice el profesor.
ResponderEliminarMuchas gracias por el artículo Juan. En cualquier caso, me gustaría añadir una reflexión en relación al tan conocido objetivo (que comparto) de que el acceso a la sanidad y educación debe ser público, gratuito y universal. Y es que público no necesariamente debe ser "estatal", no hay nada "gratuito" y el hecho de que decidamos hacerlo "universal" no debe significar "de caridad", y con ésto me refiero a "de mala calidad".
ResponderEliminarUna educación en la que se pasa de curso con suspensos penaliza claramente al más humilde. Lo mismo pasa con una sanidad universal pero que nadie elegiría si pudiera. No hay mejor forma de "Americanizar" la sanidad en España que manteniendo este modelo de gestión que hace sentir a la gente privilegiada cuando "no tiene que usarlo" porque ha contratado un seguro privado.
Como bién dice Paco Abal se agradecen reflexión y propuestas y que se abra un debate sobre el presente y sobre todo el futuro de la atención primaria que alcanze a la opinión pública.
ResponderEliminarGracias Antoni y Juan