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sábado, 9 de noviembre de 2019

Mutualistas: influyentes camuflados entre insignificantes que se parten la cara por los influyentes

Igual que ocurría con el colectivo de médicos que reciben pagos de los laboratorios (aquí), en el colectivo mutualista se camuflan, entre poco más de dos millones de insignificantes, las élites de la Administración, de la Judicatura y del Ejército de este país que han influido durante décadas para que el colectivo mutualista, a efectos de atención sanitaria, no se incluyera en el Sistema Nacional de Salud (SNS) en contra del mandato de la Ley General de Sanidad (LGS) de 1986. Lo curioso en ambos casos es que, cuando parece que vienen mal dadas, son los insignificantes quienes se parten la cara por los influyentes.




Colectivo mutualista
El SNS mejoraría si las élites que deciden sobre el mismo tuvieran asistencia sanitaria directa por el propio SNS, especialmente en el caso de la Atención Primaria. La Sanidad en España tiene poco peso en la agenda política, no tenemos más que acordarnos del asunto de "la caseta del perro" (aquí), y esto tiene que ver con que las élites que condicionan el discurso político e influyen en la toma de decisiones tiene una asistencia diferente a la del común de los mortales. Gran parte de estos sectores influyentes reciben su asistencia sanitaria mediante el modelo mutualista. El mutualismo cubría en 2018 a 2.157.461 personas según las memorias de las tres mutualidades (MufaceMugeju e Isfas).

El SNS nació de la LGS de 1986. La norma mandaba integrar en el SNS la asistencia sanitaria de todos los ciudadanos bajo cobertura sanitaria de los diversos subsistemas de financiación pública hasta entonces existentes. El SNS se concibe, como la propia LGS define (aquí), como "el conjunto de los servicios de salud de las Comunidades Autónomas convenientemente coordinados". Pero la LGS se incumple desde entonces por la inacción de unas instituciones demasiado sensibles al interés de determinadas élites influyentes. Parte de esas élites influyentes son altos funcionarios de las distintas administraciones del Estado cubiertos por el mutualismo.

Muface presume de tener un Gobierno de funcionarios (aquí).  Gran parte (e in crescendo) de los diputados del Congreso son funcionarios (aquí y aquí). También en los parlamentos autonómicos (aquí). No es casualidad que de todos los subsistemas financiados públicamente  existentes en 1986 persistan todavía hoy, en contra del mandato de la LGS, aquellos que gozan de provisión privada sin un nivel de atención primaria en su esquema de provisión. ¿Se puede sorprender alguien de que el mutualismo no haya sufrido recorte alguno durante la crisis (aquí)?

Naturalmente, que esto sea así no significa que el grueso del colectivo mutualista esté constituido por "élites influyentes". Como en el caso de los KOL, las élites influyentes mutualistas necesitan rodearse un grupo relativamente numeroso de insignificantes entre los que camuflarse y diluirse. Este colectivo lo proporciona básicamente Muface por ser la mutualidad más numerosa. Las memorias de Muface clasifican su colectivo mutualista atendiendo al cuerpo de funcionarios al que pertenecen los titulares. Si nos ceñimos a la más reciente de 2018 (aquí), y más en concreto al anuario de dicho año (aquí), vemos como profesores de primaria, secundaria, formación profesional, policías nacionales, administrativos y auxiliares significan más del 80% del colectivo de titulares. Evidentemente, no son estas las "élites influyentes" del mutualismo.



La Marea Verde pide coherencia al profesorado público
Errejón celebraba la entrada de la primavera de tal guisa el pasado 23 de marzo (aquí). Lo hizo ataviado con la camiseta de la marea verde que muchos docentes de la enseñanza pública lucieron en manifestaciones durante los peores años de crisis. La marea verde proponía por entonces (aquí) a los funcionarios, incluidos los propios docentes, que fueran coherentes y eligieran sanidad pública y dejaran Muface. Todavía hoy lo propone (aquí). Está claro que no han tenido demasiado éxito. Por cierto, Más País, la formación política de Errejón, es el único partido que se presenta a las elecciones de mañana, que yo sepa, que lleva en su programa la inclusión de los mutualistas en el SNS a efectos de atención sanitaria, que se acabe la desgravación fiscal por la compra de seguros médicos privados y se acabe también con determinadas "regalías sanitarias" como aquellas en las que algunos ayuntamientos "regalan" estos seguros a sus empleados o concejales (aquí y aquí), aunque nada dice de las demás "regalías" (TVE; Banco de España, Parlamentos, Diputaciones y Cabildos, etc.) (aquí).




Finura ideológica







Influyentes camuflados entre insignificantes
El colectivo mutualista constituye un nicho ecológico perfecto para que una minoría de influyentes se camuflen-diluyan en una relativa mayoría de insignificantes. Igual que ocurría con los médicos, aquellos miles que reciben pequeños pagos de la industria para la inscripción a un curso o un congreso, constituyen la comparsa insignificante en la que se diluyen los KOL, aquel pequeño porcentaje de médicos que reciben generosísimos pagos de los laboratorios (aquí). En el ámbito del mutualismo ocurre lo mismo. Las "élites influyentes" del mutualismo precisan, como ocurre con los KOL, de una comparsa de cientos de miles de insignificantes entre los que camuflarse-diluirse. ¿Para cuándo los docentes de la enseñanza pública, desde la primaria a la universitaria, dejarán de ser comparsa sanitaria de las élites más influyentes de este país? ¿Para cuándo los casi 5.500 jueces españoles, mayoritariamente mujeres (aquí), harán cumplir la Ley (General de Sanidad) incluyéndose a ellos mismos y al resto de mutualistas de Mugeju en el SNS?




Quizá la foto de la cúpula mejor así:




De los militares (Isfas) mejor no hablar, ellos tienen línea directa con Dña. Irene Domínguez, Subsecretaria de Defensa (Querida Irene, para el Jefe de la Armada en la carta que le escribe) (aquí).





Los insignificantes se parten la cara por los influyentes
Cuando en algún momento se ha rumoreado el posible final del mutualismo han sido los sindicatos, aquellos que dicen defender la sanidad pública, los que más han protestado (aquí y aquí). ¿Acaso necesitan las élites influyentes del mutualismo de esos sindicatos para que no se finiquite el mutualismo? No, de ninguna manera, pero les viene bien. A las "élites" les basta con ser (por eso son "élites influyentes") y, probablemente, con una carta o descolgando el teléfono consigan más que todos los sindicatos juntos con todas sus protestas. Quienes sí necesitan de esos sindicatos, tan defensores de lo público, son los insignificantes del mutualismo, la inmensa mayoría. Nuevamente, los insignificantes se parten la cara por los influyentes.
UGT, CCOO y CSIF manifestándose en Madrid en contra de la intención de la lideresa de privatizar la gestión y provisión (no la financiación, 
que seguiría siendo pública) de unos cuantos hospitales públicos: no quieren sanidad privada pagada con dinero público para los demás, 
la sanidad privada pagada con dinero público (mutualismo) la quieren sólo para ellos. 



Una de dos: o llevamos los mutualistas a la Atención Primaria o llevamos la Atención Primaria a los mutualistas.
Si se persiste en hacer caso omiso al mandato de la LGS y seguimos sin integrar a los mutualistas en el SNS a efectos de atención sanitaria, convendría realizar el camino inverso: llevar la atención primaria al modelo mutualista, algo que ya se propuso en este blog (aquí). Por razones de equidad, de eficiencia y de seguridad del paciente, se debería introducir un verdadero nivel de atención primaria en el modelo mutualista pues disponer de un médico de familia, personal y de referencia como primer contacto con el sistema reduce la iatrogenia y proporciona eficiencia y equidad al propio sistema (aquí, aquí y aquí). Introduzcamos de verdad servicios de atención primaria en el modelo mutualista. Introduzcamos la figura del médico personal, de cabecera, de familia en el modelo mutualista. Introduzcamos una cartera de servicios de atención primaria de base poblacional en el modelo mutualista. Es decir, introduzcamos el médico de familia personal con su lista de pacientes perfectamente identificados en el mutualismo. Tenemos unos médicos de familia de los mejor formados del mundo desarrollado. Ejercen médicos de familia españoles, formados vía MIR, en la mayoría de los países europeos. ¿Es que no tienen suficiente formación para desempeñar su profesión en el modelo mutualista?




Y una última posibilidad: Muface para todos
Si como algunos dicen, el modelo mutualista es lo mejor ["Más allá de ideologías, el de Muface es el modelo sanitario más eficiente" (aquí)] pues entonces lo ponemos para todos y asunto solucionado.  La pega es que la selección de riesgos opera en Muface. La selección de riesgos farmacéuticos se describió en este blog hace cuatro años en una serie de 6 entradas (aquí). Pero la selección de riesgos médicos se conoce desde hace más tiempo (aquí). Por otra parte, como vimos en la explotación de la Encuesta de Salud de 2014 (aquí), la población mutualista es poco comparable con la del SNS, especialmente con aquella población que tiene al SNS como único asegurador sanitario. Un modelo sanitario tipo Muface con acceso directo e indiscriminado, tantas veces como se quiera, a los médicos especialistas a quienes se paga por acto, sin descremado poblacional y sin selección de riesgos, ya no sería tan "eficiente". Lo resume a la perfección José Ramón Repullo en este tuit.









Igual que defiendes la educación pública para la que trabajas, elige 
sanidad pública para no formar parte de los cientos de miles 
de insignificantes entre los que se camuflan los influyentes








3 comentarios:

  1. Como siempre certero. Las elites no están por la labor.Se equivocan con mantener este modelo.
    Salut desde Elx.

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  2. Se sabe cuanto se paga per capita por los asegurados por las mutuas con respecto a los asegurados por el SNS?

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    Respuestas
    1. Se puede saber pero las cifras no son comparables, pues va de suyo que no gasta lo mismo un mutualista que se cambia al SNS tras enfermar de gravedad (y se cambian de un día para otro) que antes de enfermar. Y lo mismo sucede con el mutualista que dobla cobertura pública (no es legalmente incompatible tener 1 tarjeta sns y otra de Muface\privada) y usar ambas a conveniencia. Obviamente no Dan datos que permitan realizar ambos ajustes

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