La hipótesis de este trabajo descansa en la convicción de que para ganar el futuro, la Atención Primaria (AP) tiene que incrementar su prestigio y reducir las desigualdades sociosanitarias; que tiene que ejercer liderazgo en la persecución de la justicia social; que tiene que mejorar su eficiencia social y económica, contribuyendo a la equidad y a la sostenibilidad del gasto sanitario.
A lo largo del documento (aquí) esperamos proporcionar argumentos y líneas de desarrollo para favorecer la contribución de la AP a la reducción de las desigualdades, para adaptar sus estructuras a la flexibilidad que exigen los tiempos y las formas de relación social, y su funcionamiento a la diversidad de las demandas asistenciales, y para seguir obteniendo el reconocimiento de la población y cumpliendo con la proporcionalidad entre presupuesto y resultados asistenciales.
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