La endogamia en la política es un problema, en la sanidad también y lo es mucho más en la explosiva mezcla de ambas. Los políticos se han dedicado a su juego endogámico sin tomar decisiones sanitarias relevantes que no fueran recortar con motosierra en la sanidad de la gente corriente (el SNS), ampliar la desgravación a la compra de seguros médicos (la gente corriente no puede comprarlos) y reforzar con dinero público la sanidad de los más influyentes (Muface, Mugeju e Isfas). La política, incluida la sanitaria, se ha convertido en un mercadeo de intercambio de cromos-votos en el que suele ganar el más listo, no el que procura el bien común. Y parece ahora que de un SNS por encima de nuestras posibilidades estamos pasando a una sanidad happy flower, casi una SalouFest con barra libre y tarifa plana como la de la foto adjunta.
La endogamia es un mal asunto porque produce aislamiento: una especie de gueto intelectual y profesional que, por un temor enfermizo, dificulta la confrontación e intercambio de ideas y favorece la uniformidad del pensamiento único. De la endogamia en la sanidad pública se lleva hablando muchos años (aquí). Con muchísimo retraso, y como mal menor, se prepara ahora otra gran OPE que a buen seguro superará todos los requisitos endogámicos. Pero el asunto no queda limitado a la casera selección del personal sanitario ni a la más endocrina elección de los cuadros directivos. Todo esto no es nuevo: hace 35 años ya se señalaba el riesgo de endogamia y de casta políticas (aquí). Desde entonces, la cosa ha ido a más. Los políticos cada vez se han mirado más a sí mismos, al ombligo de su bando y al del bando contrario, su particular universo, y han perdido poco a poco el sentido de lo que pasaba a su alrededor. Ya sólo discuten sobre sí mismos, sobre sus cuitas y estratagemas para mantener o conquistar el poder y repartirse la okupación de las instituciones públicas. Si es que alguna vez la tuvieron, los partidos han perdido la meritocracia, se han vuelto casi impermeables al talento y no consienten que destaquen críticos con las élites internas. Si despunta alguna cabeza que piense por sí misma, se corta y punto pelota. De un tiempo a esta parte es este el juego endogámico de la política. Así es su particular universo, cada vez más alejado del mundo real, donde prosperan acólitos de poca talla intelectual y política que convierten en catedráticos a aquellos PNNs de los gobiernos de Suárez.
El País Vasco homologará títulos de Medicina a extracomunitarios
Hasta ahora, dos reductos quedaban a salvo de esta endogamia por el simple hecho de no estar transferidos a las CCAA: el MIR y la homologación y reconocimiento de títulos extranjeros. Por lo visto, hace meses que el Lendakari Urkullu y el Presidente Sánchez acordaron que dentro de pocas semanas el Gobierno del País Vasco empezará a homologar títulos a médicos extracomunitarios (aquí). Una muestra más de endogamia sanitaria y de juego endogámico político: intercambio de cromos-votos. Gana el listo y pierde el bien común. De momento, la página web de la UPV remite al Ministerio de Educación del Gobierno de España la cuestión de la homologación de títulos (aquí). Esto es así porque el artículo 149.1.30 de la Constitución establece la competencia exclusiva del Estado en materia de "regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos académicos y profesionales" (aquí). Pero claro, no hay nada que se oponga a la endogamia sanitaria ni a la endogamia política, ni el sentido común ni siquiera la Constitución.
Curiosamente, la Ministra de Sanidad (y no la de Educación) ha sido la requerida en el Congreso para dar explicaciones de esta "transferencia" (aquí). Porque, claro, ¿por qué sólo al País Vasco? Los médicos homologados por el Gobierno vasco, ¿podrán hacer valer su título fuera del País Vasco pero dentro de España? ¿Podrán hacerlo valer en la Unión Europea? Después de esta "transferencia", ¿vendrá la del MIR? ¿Tendremos pronto un MIR vasco, otro catalán, otro gallego, otro riojano, etc.? ¿O sólo tendremos tantos MIR autonómicos -o Autonomías "homologadoras"- como cromos-votos se necesiten para aprobar unos presupuestos? Como la estupidez, la endogamia sanitaria y la endogamia política no conocen límites. Desde Cipolla (aquí) sabemos que el estúpido es más peligroso que el malvado, pues es capaz de producir mucho daño sin ganar nada a cambio o incluso perdiendo. Después de esto, ya ningún político en el País Vasco se podrá quejar de la "falta de médicos"... A partir de ahora ya podrán "fabricar" todo el "petróleo barato" que precisen. Y precarizarlo lo que haga falta pues ya sabemos que los médicos extracomunitarios sufren mucha más precariedad laboral que los nacionales (aquí). Mientras tanto, continuarán emigrando los nacionales incluidos los vascos (aquí).
Beatríz González, víctima colateral del endogámico juego político
Beatríz González, gallega afincada en Las Palmas, economista, catedrática, experta en economía de la salud, magnifica profesional y mejor persona (aquí), va a su tierra con toda su buena voluntad el pasado 28 de noviembre a desasnar un poco a nuestros queridos políticos participando como experta en una comisión del Parlamento gallego. Y no dice nada del otro mundo pues confirma lo que muchos sospechábamos desde hacía tiempo. Beatríz puso sobre la mesa el hecho de que gastamos muchísimo dinero en determinados medicamentos oncológicos que poco o nada aportan a la esperanza y calidad de vida del paciente (aquí). "Se están dando tratamientos oncológicos a pacientes que no tienen más perspectiva que un par de meses por delante, y estamos gastando medio millón de euros por ganar el equivalente a un año de vida ajustada por calidad". Dice esta obviedad y se arma la de Dios es Cristo (aquí, aquí, aquí y aquí) y Beatríz ha tenido que cerrar su cuenta de twitter (aquí) porque, tras el rifi-rafe político en los periódicos, le estaba cayendo la del pulpo en la red social.
La endogamia es un mal asunto porque produce aislamiento: una especie de gueto intelectual y profesional que, por un temor enfermizo, dificulta la confrontación e intercambio de ideas y favorece la uniformidad del pensamiento único. De la endogamia en la sanidad pública se lleva hablando muchos años (aquí). Con muchísimo retraso, y como mal menor, se prepara ahora otra gran OPE que a buen seguro superará todos los requisitos endogámicos. Pero el asunto no queda limitado a la casera selección del personal sanitario ni a la más endocrina elección de los cuadros directivos. Todo esto no es nuevo: hace 35 años ya se señalaba el riesgo de endogamia y de casta políticas (aquí). Desde entonces, la cosa ha ido a más. Los políticos cada vez se han mirado más a sí mismos, al ombligo de su bando y al del bando contrario, su particular universo, y han perdido poco a poco el sentido de lo que pasaba a su alrededor. Ya sólo discuten sobre sí mismos, sobre sus cuitas y estratagemas para mantener o conquistar el poder y repartirse la okupación de las instituciones públicas. Si es que alguna vez la tuvieron, los partidos han perdido la meritocracia, se han vuelto casi impermeables al talento y no consienten que destaquen críticos con las élites internas. Si despunta alguna cabeza que piense por sí misma, se corta y punto pelota. De un tiempo a esta parte es este el juego endogámico de la política. Así es su particular universo, cada vez más alejado del mundo real, donde prosperan acólitos de poca talla intelectual y política que convierten en catedráticos a aquellos PNNs de los gobiernos de Suárez.
El País Vasco homologará títulos de Medicina a extracomunitarios
Hasta ahora, dos reductos quedaban a salvo de esta endogamia por el simple hecho de no estar transferidos a las CCAA: el MIR y la homologación y reconocimiento de títulos extranjeros. Por lo visto, hace meses que el Lendakari Urkullu y el Presidente Sánchez acordaron que dentro de pocas semanas el Gobierno del País Vasco empezará a homologar títulos a médicos extracomunitarios (aquí). Una muestra más de endogamia sanitaria y de juego endogámico político: intercambio de cromos-votos. Gana el listo y pierde el bien común. De momento, la página web de la UPV remite al Ministerio de Educación del Gobierno de España la cuestión de la homologación de títulos (aquí). Esto es así porque el artículo 149.1.30 de la Constitución establece la competencia exclusiva del Estado en materia de "regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos académicos y profesionales" (aquí). Pero claro, no hay nada que se oponga a la endogamia sanitaria ni a la endogamia política, ni el sentido común ni siquiera la Constitución.
Curiosamente, la Ministra de Sanidad (y no la de Educación) ha sido la requerida en el Congreso para dar explicaciones de esta "transferencia" (aquí). Porque, claro, ¿por qué sólo al País Vasco? Los médicos homologados por el Gobierno vasco, ¿podrán hacer valer su título fuera del País Vasco pero dentro de España? ¿Podrán hacerlo valer en la Unión Europea? Después de esta "transferencia", ¿vendrá la del MIR? ¿Tendremos pronto un MIR vasco, otro catalán, otro gallego, otro riojano, etc.? ¿O sólo tendremos tantos MIR autonómicos -o Autonomías "homologadoras"- como cromos-votos se necesiten para aprobar unos presupuestos? Como la estupidez, la endogamia sanitaria y la endogamia política no conocen límites. Desde Cipolla (aquí) sabemos que el estúpido es más peligroso que el malvado, pues es capaz de producir mucho daño sin ganar nada a cambio o incluso perdiendo. Después de esto, ya ningún político en el País Vasco se podrá quejar de la "falta de médicos"... A partir de ahora ya podrán "fabricar" todo el "petróleo barato" que precisen. Y precarizarlo lo que haga falta pues ya sabemos que los médicos extracomunitarios sufren mucha más precariedad laboral que los nacionales (aquí). Mientras tanto, continuarán emigrando los nacionales incluidos los vascos (aquí).
Los médicos vascos alertan de la fuga de titulados al extranjero por la precariedad laboral https://t.co/Xs6eOGbM8D— El Correo Álava (@elcorreo_alava) 5 de diciembre de 2018
”Médicos vascos alertan de la fuga de mil especialistas por precariedad laboral”, comparecencia en el Parlamento Vasco del Presidente del @cmbizkaia vía @elcorreo_com pic.twitter.com/1kmYRRjni5— Osatzen (@osatzen) 6 de diciembre de 2018
Beatríz González, víctima colateral del endogámico juego político
Beatríz González, gallega afincada en Las Palmas, economista, catedrática, experta en economía de la salud, magnifica profesional y mejor persona (aquí), va a su tierra con toda su buena voluntad el pasado 28 de noviembre a desasnar un poco a nuestros queridos políticos participando como experta en una comisión del Parlamento gallego. Y no dice nada del otro mundo pues confirma lo que muchos sospechábamos desde hacía tiempo. Beatríz puso sobre la mesa el hecho de que gastamos muchísimo dinero en determinados medicamentos oncológicos que poco o nada aportan a la esperanza y calidad de vida del paciente (aquí). "Se están dando tratamientos oncológicos a pacientes que no tienen más perspectiva que un par de meses por delante, y estamos gastando medio millón de euros por ganar el equivalente a un año de vida ajustada por calidad". Dice esta obviedad y se arma la de Dios es Cristo (aquí, aquí, aquí y aquí) y Beatríz ha tenido que cerrar su cuenta de twitter (aquí) porque, tras el rifi-rafe político en los periódicos, le estaba cayendo la del pulpo en la red social.
Comentando lo sucedido, José Ramón Repullo dice en su blog: "Escandalizarse ante cualquier dilema de decisión es el camino más efectivo para enterrar la racionalidad y coherencia, y entronizar la tempestad de movimientos al hilo de titulares de medios de comunicación, como modelo de funcionamiento" (aquí). Repullo tiene mucha razón pero creo que se ha quedado un poco corto, quizá por su exquisita educación.
Como mi educación no es tan exquisita, me permito alguna licencia al respecto. Algún diccionario define "cogérsela con papel de fumar" como "ser excesivamente formalista, puntilloso y exquisito; dícese también del legalista o pseudopuritano que hila muy fino porque tiene excesivos remilgos en comprometerse o arriesgarse" (aquí). Pues esto es lo que les pasa a nuestros políticos. Nos han dicho, incluso, que en sanidad ya no falta dinero; que si faltan médicos no es por dinero... ¡sólo faltaría! (aquí). Y por supuesto, no va a ser por dinero que no pongamos todos los venenos oncológicos necesarios, y más que los necesarios, hasta el último día y suspiro. ¡Qué inhumanidad hablar de dinero y de medicina en la misma frase!
Todo esto tiene que ver con la epidemia de lo "políticamente correcto". Los políticos ya no soportan que les digan la verdad, y menos a la cara y con luz y taquígrafos. Sobre todo si esa verdad no insufla el happy flower del "no será por dinero en el mejor sistema sanitario del mundo". No lo soportan y en vez de afrontar la incómoda verdad del barquero que cuenta Beatríz, montan un histriónico rifi-rafe que les permite practicar su endogámico juego favorito: lanzarse entre sí los trastos sanitarios a la cabeza. Es decir, lo suyo, lo único que saben hacer, la comedia de siempre, el "caca-culo-pedo-pis" y el "y tu más" del que ya estamos muchos hasta los mismísimos. Y claro, la prensa les sigue el rollo y la ardiente mecha pasa del periódico en papel al digital y acaba incendiando el twitter. Y a Beatríz le explota en la cara una insultante embestida de tirios y troyanos que le obliga a cerrar su cuenta. Imagino que los más tarados la habrán seguido insultando por mail. La próxima vez que los políticos llamen a alguna persona de la academia, solvente experta como Beatríz, a una comisión parlamentaria ya sabe lo que le espera si canta La Traviata en vez de la tonadilla que los políticos esperan oír: el ya clásico tema del "mejor sistema sanitario del mundo" y el recién estrenado "no será por dinero" del género happy flower.
Nietzsche se preguntaba "¿Qué dosis de verdad puede soportar un hombre?" (aquí). Quizá cada uno conozca la verdad que sea capaz de soportar. Y hay algunos que soportan poca. ¡Qué decepción tener que aceptar que tenemos muchos políticos ñoños que se la cogen con papel de fumar y montan un pifostio cuando se les cuenta una verdad que no soportan! ¿Alguien se extraña de que un VOX cualquiera venga a "solucionar" por las bravas lo que ellos han sido incapaces de arreglar con sus recortes, su intercambio de cromos-votos y su ignorante ñoñez?
Como mi educación no es tan exquisita, me permito alguna licencia al respecto. Algún diccionario define "cogérsela con papel de fumar" como "ser excesivamente formalista, puntilloso y exquisito; dícese también del legalista o pseudopuritano que hila muy fino porque tiene excesivos remilgos en comprometerse o arriesgarse" (aquí). Pues esto es lo que les pasa a nuestros políticos. Nos han dicho, incluso, que en sanidad ya no falta dinero; que si faltan médicos no es por dinero... ¡sólo faltaría! (aquí). Y por supuesto, no va a ser por dinero que no pongamos todos los venenos oncológicos necesarios, y más que los necesarios, hasta el último día y suspiro. ¡Qué inhumanidad hablar de dinero y de medicina en la misma frase!
Todo esto tiene que ver con la epidemia de lo "políticamente correcto". Los políticos ya no soportan que les digan la verdad, y menos a la cara y con luz y taquígrafos. Sobre todo si esa verdad no insufla el happy flower del "no será por dinero en el mejor sistema sanitario del mundo". No lo soportan y en vez de afrontar la incómoda verdad del barquero que cuenta Beatríz, montan un histriónico rifi-rafe que les permite practicar su endogámico juego favorito: lanzarse entre sí los trastos sanitarios a la cabeza. Es decir, lo suyo, lo único que saben hacer, la comedia de siempre, el "caca-culo-pedo-pis" y el "y tu más" del que ya estamos muchos hasta los mismísimos. Y claro, la prensa les sigue el rollo y la ardiente mecha pasa del periódico en papel al digital y acaba incendiando el twitter. Y a Beatríz le explota en la cara una insultante embestida de tirios y troyanos que le obliga a cerrar su cuenta. Imagino que los más tarados la habrán seguido insultando por mail. La próxima vez que los políticos llamen a alguna persona de la academia, solvente experta como Beatríz, a una comisión parlamentaria ya sabe lo que le espera si canta La Traviata en vez de la tonadilla que los políticos esperan oír: el ya clásico tema del "mejor sistema sanitario del mundo" y el recién estrenado "no será por dinero" del género happy flower.
Nietzsche se preguntaba "¿Qué dosis de verdad puede soportar un hombre?" (aquí). Quizá cada uno conozca la verdad que sea capaz de soportar. Y hay algunos que soportan poca. ¡Qué decepción tener que aceptar que tenemos muchos políticos ñoños que se la cogen con papel de fumar y montan un pifostio cuando se les cuenta una verdad que no soportan! ¿Alguien se extraña de que un VOX cualquiera venga a "solucionar" por las bravas lo que ellos han sido incapaces de arreglar con sus recortes, su intercambio de cromos-votos y su ignorante ñoñez?
Beatriz González López-Valcárcel hace tiempo que demuestra y expone públicamente lo que dijo en la Comision Gallega. Como también demuestra y expone la eficiencia que supone una Primaria fuerte y de calidad para la viabilidad de la Sanidad Pública.
ResponderEliminarLos politicxs, con su mediocridad, escasa preparación y nula sensibilidad hacia la Sanidad Pública -nada sorprendente pues no la utilizan y si lo hacen se saltan todas las normas y filtros de orden-, lxs politicxs son absolutamente previsibles en su cinismo incapaz y sin líneas rojas (Una Line a roja es un principio interno con el que te compromete públicamente que no vas a traspasar, cuya alternativa es dimitir, perder elecciones, para luego trabajar y quizás poder ganarlas después, con coherencia e renovada ilusión, pasando el testigo a otras personas y equipos).
En mitad de todo esto (esto=crecimiento galopante de la desigualdad, y este "todo vale" para ganar), el populismo político crece por doquier, en todos los partidos políticos, viejos y emergentes, ya por omisión ya por acción.
En estos momentos, con las obsoletas reglas de juego que jugamos, sólo podemos leer programas y votar con coherencia, pero esa actitud y acción es claramente insuficiente.
Durante tooooda la crisis, unxs pocxs hemos pedido una y otra vez creatividad, coherencia, valentía y rigor a gestorexs y politicxs. Su sordera e insensibilidad, su incapacidad y mirada de corto alcance les hace responsables.
Veremos qué ocurre.
Seguimos a pesar de todas las dificultades.
Salud (e inconformismo).
Carolina Morcillo Ródenas
Médica de Familia
esa x innecesaria(aunque progre) dificulta la lectura
EliminarDesde luego Juan, se te nota cabreado y no es para menos. Este intercambio de cromos abre un melón que no sabemos que nos deparará, cuando están ciegos y sordos ante la acuciante realidad que nos espera sino se toman medidas.
ResponderEliminarMientras tanto, Beatriz, que dice verdades como puños, la pagana...
No se que mas nos tiene que pasar para que despertemos de esta anestesia profunda con la que dormimos conformadamente de espaldas a nuestro futuro como Atención Primaria