Que los españoles con más ingresos esperan menos que los de menos renta para el ingreso hospitalario ordinario (no urgente) ya se demostró con datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2001. Y la de 2012 reveló que los funcionarios civiles (Muface), judiciales (Mugeju) y militares (Isfas) también esperan menos para dicho ingreso que los españoles cubiertos por el Sistema Nacional de Salud (SNS). Cobra así verosimilitud la hipótesis de que el tiempo de espera para el ingreso hospitalario por intervención quirúrgica programada (no urgente) pueda ser sustancialmente mayor en las clases sociales más bajas y en quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario.
Los datos más recientes de la Encuesta
Europea de Salud para España de 2014 confirman esta hipótesis. Esta encuesta informa si el sujeto
entrevistado ingresó en el último año para una intervención quirúrgica
programada, si estuvo o no en lista de espera antes de dicho ingreso y, en caso
afirmativo, el tiempo que esperó (en meses). Naturalmente, no incluye como
motivo de ingreso el parto o la cesárea. La encuesta también informa sobre la
clase social del sujeto (de la clase 1, la más alta, a la clase 6, la más baja)
y del tipo de aseguramiento sanitario que le cubre, lo que permite dividir la
muestra en tres grupos de aseguramiento. Un mayoritario primer grupo formado
por los cubiertos únicamente por el SNS (“Sólo
SNS”). Un segundo grupo integrado por los funcionarios mutualistas de
Muface, Isfas y Mugeju (“Mutualismo”).
Y un tercer grupo constituido por aquellos sujetos cubiertos por un seguro
médico privado (“Seguro Privado”), la inmensa mayoría de ellos cubiertos
además por el SNS por lo que a este tercer grupo se conoce también como el de
la “doble cobertura”.
Al determinar las
diferencias según la clase social, los resultados no ofrecen lugar a dudas. Ante una intervención quirúrgica programada (no urgente)
que requiera ingreso, las clases sociales más altas permanecen en lista de
espera en menor proporción que las clases sociales más bajas. Pero no sólo
ocurre eso, sino que además, cuando esperan, lo hacen durante menos tiempo
(pese a los 15 meses que dicen esperar los sujetos de la clase 2).
Al atender al tipo de
aseguramiento apreciamos también claras diferencias.
El 53,6% de los sujetos cubiertos únicamente por el SNS estuvo en lista de
espera antes del último ingreso motivado por intervención quirúrgica. Mientras
que en el mutualismo y en el grupo de los seguros privados esto ocurre solamente
en el 14,5% y el 17,9% de los casos respectivamente. Y si hay que esperar, los
cubiertos únicamente por el SNS esperan tres veces más que los mutualistas
(9,06 vs. 3,13 meses) y casi del doble que los que tienen seguros
privados (5,6 meses).
¿Y a cargo de quién corrieron los gastos de hospitalización? Por clases sociales,
se detecta un claro gradiente creciente en la respuesta "Sanidad Pública (seguridad social)"
y decreciente en la respuesta "Sociedad
médica privada". En las respuestas "Mutualidad obligatoria (Muface, Isfas, etc)" y “Sociedad Médica Privada” predominan
abrumadoramente las tres primeras clases sociales. Según tipo de aseguramiento,
el 96% de los que tienen al SNS como único asegurador sanitario responden
"Sanidad Pública (Seguridad social)",
el 76% de los mutualistas responden "Mutualidad
obligatoria (Muface, Isfas, etc)” y el 68% de los que tienen seguros
médicos privados responden "Sociedad
médica privada".
Que estas
desigualdades persistan en nuestra sanidad bajo financiación pública constituye
una de sus inequidades más intolerable por evitable. Con el mismo dinero
público que se financia el SNS, también se financia el mutualismo y se
incentiva fiscalmente el seguro médico privado. Se consigue así que ante una
intervención quirúrgica programada que requiera ingreso, las clases pudientes
se vean menos afectadas por la lista y el tiempo de espera, el cual se
convierte en tiempo de desespero en los más pobres. Y esta flagrante inequidad,
pagada con dinero público, ocurre en nuestra sanidad pública pagada por unos
impuestos que en su conjunto son, además, nada progresivos. Ante ella hay que
responder, al menos, con mecanismos de transparencia y de gestión independiente
como los que el propio Enrique
Costas propone en el artículo mencionado.
Hola Juan
ResponderEliminarFelicidades por un post mas excelente como el resto! Echo de menos la desagregación por clase dentro de los que solo usan el SNS, no se si es demasiado pedir... Para saber si la menor espera se debe exclusivamente al efecto de los seguros privados o tambien es importante dentro del SNS.
Abrazos
Ana
Hola Ana, cuando trabajé los datos hace muchos meses ya miré esto y no me llamó mucho la atención, no recuerdo que hubiera tanto gradiente. Pero tienes razón, es importante comparar los que tienen sólo SNS con el conjunto de la muestra. Lo miro despacio y creo que vale la pena hacer una entrada con ello. Muchas gracias por el comentario y la idea
EliminarUn abrazo
Juan