Lleva mucho tiempo Fernando Simón contándonos las novedades de la epidemia en España exactamente igual que lo haría el hombre del tiempo. Su tocayo y difunto Fernando Medina lo haría igual; eso sí, con menos risitas. Hoy ha llovido aquí, ha hecho viento allí y ha granizado más allá. Esto no es casual. Es una premeditada manera de hacernos ver que la epidemia era y, sobre todo, sigue siendo, imprevisible. Nadie se esperaba esto, nada hacía prever; en definitiva, no se podía saber. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias nunca nos alertó de nada. Todo lo contrario: "España no va a tener como mucho más allá de algún caso diagnosticado". Es decir, la pandemia es una especie de fenómeno meteorológico del todo incontrolable ante el que no se puede hacer nada más que salir ante las cámaras a describirlo día si día también como haría el hombre del tiempo. Además, nos ha tenido entretenidos con cosas como: mascarillas sí, mascarillas no; PCR en aeropuertos sí, PCR en aeropuertos no; aerosoles sí, aerosoles no; segunda ola sí, segunda ola no; etc. Mientras tanto, el agua de la olla se iba poco a poco calentando y nosotros, cuando nos hemos querido dar cuenta, ya estábamos, como la rana, abrasados de coronavirus.