Federico de Montalvo
Presidente del Comité de Bioética de España
Instituto de Salud Carlos III
Avda. Monforte de Lemos, 5. Pabellón 5.
28029 Madrid
Distinguido Sr.:
Le escribo por el siguiente motivo. Por intereses ilegítimos, se está generando un estado de opinión en nuestro país que da por cierta la afirmación de que “faltan médicos” en España. Una afirmación que no se ajusta a la realidad y que, avivada por responsables sanitarios de todo signo político, se difunde crecientemente en los medios de modo que está calando, de manera interesada, un mensaje incierto que puede tener graves consecuencias profesionales y sociales.
Hay datos objetivos y oficiales que muestran que nunca antes hemos tenido tantos médicos en España como los que tenemos ahora, incluso en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Todos los años salen muchos médicos jóvenes de España a buscar trabajo en otros países donde se les ofrece unas condiciones mucho más dignas para ejercer la medicina. El número de médicos que solicitan el certificado de idoneidad para salir del país ha sido creciente en los últimos 10 años. El pasado año 2018 se alcanzó un total de 3.525 solicitudes, el mayor número desde que se conocen datos al respecto, y todo ello pese a la recuperación del crecimiento económico. La mayoría de los solicitantes son de nacionalidad española, proporcionalmente cada año más jóvenes y el laboral es el motivo predominante.
El verdadero problema es que una parte creciente de los médicos en España, especialmente jóvenes y mujeres, trabajan en unas condiciones de precariedad en la sanidad pública que contrasta con las condiciones que ofrecen los países de nuestro entorno, los cuales están encantados de recibir a nuestros jóvenes especialistas magníficamente formados. Mientras tanto, en nuestra sanidad pública es cada vez más frecuente la contratación de recién licenciados sin la especialidad o de médicos extracomunitarios sin la homologación requerida.
No deja de sorprender que una organización sanitaria de carácter público (no regida por las “leyes del mercado”) precarice el empleo de sus profesionales más que lo hace el sector sanitario privado. Si se dieran condiciones de trabajo dignas y, sobre todo, unos mejores modelos de gestión del personal en la sanidad pública, se minimizaría el actual éxodo de nuestros jóvenes médicos especialistas. Pero parece que se pretende, precisamente, todo lo contrario.
Detrás del mensaje sobre la “falta de médicos” lanzado reiteradamente por los responsables de nuestra sanidad pública hay un interés oculto que busca, por un lado, justificar ante la opinión pública determinadas carencias del sistema y, por otro, volver a una “proletarización” del colectivo médico a semejanza de la de los años 80 y 90 del siglo pasado que se acompaña indefectiblemente de un deterioro de la calidad asistencial. Un círculo vicioso que debilita la moral agregada del colectivo profesional más cualificado del sistema y que sumerge en la desesperanza las expectativas de mejora del sistema de aquellos pacientes que no tienen otro aseguramiento sanitario que el ofrecido por el SNS. Es decir, médicos “proletarios” para pacientes “proletarios”.
Lejos de un interés corporativo o gremial, mi carta pretende desenmascarar un falso discurso que envenena y daña seriamente el SNS. Estamos ante un grave problema de ética social, de ética de la organización sanitaria, que afecta a toda España, a todo nuestro SNS. Es un problema que trasciende el ámbito sindical y laboral. Es por ello que solicito al Comité de Bioética de España (CBE) que someta a estudio esta cuestión que tiene un indiscutible calado ético y moral y que afecta seriamente a quienes tienen alguna responsabilidad al respecto. Un pronunciamiento del CBE podría tener un enorme efecto en la opinión pública que ahora acepta crédulamente el sofisma de la “falta de médicos”.
Si el CBE lo estima oportuno puedo poner a su disposición documentación con datos que confirman estos hechos y por supuesto estaría encantado en ampliar o aclarar personalmente cualquier información al respecto.
Atentamente
Juan Simó Miñana
Médico de familia del Centro de Salud Rochapea
Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea
Enhorabuena Juan. Gracias por tu compromiso con la defensa de la atención primaria y por tus rigurosos análisis sobre el desmantelamiento de la sanidad pública.
ResponderEliminarComparto, Desde REAP y SESPAS estamos preparando un comunicado también
ResponderEliminarGracias compi....se puede hablar más alto pero no más claro
ResponderEliminarEnhorabuena por su excelente análisis
ResponderEliminarLa verdad jode pero curte
Veo que lo que acaba de hacer Juan Simó, es de una trascendencia extraordinaria. Una acción de un antes y un después. Una destrucción y rearme de un nuevo paradigma.
ResponderEliminarHa abierto el melón.
Hasta hoy, la AtP ha protestado, se ha manifestado, ha hecho huelgas, victimizada. Me agreden, me ningunean, me maltratan, me infrafinancian, me ..., al grito de !maaaamáaa dame ya el bocadillo!
La siguiente dimensión, la más íntima, se centró en la solitaria querella individual contra la administración, en base a la justicia más injusta de las creadas desde el derecho romano. La contencioso administrativa. Una justicia autotutelada, en la que la administración siempre es juez y parte e impera el principio de culpabilidad. Yo te impongo las penas, sanciones, expedientes con su cumplimiento directo e irrevocable, y, tú, ya te encargarás de demostrar tu inocencia, a tu costa.
En su inmensa capacidad seductora, el asalariado se creyó seguro antela sibilina promesa de inviolabilidad del puesto de trabajo, como funcionario o estatutario, a cambio, claro, de renunciar al derecho de defensa y al derecho de presunción de inocencia, asumiendo que, cuando llegare el caso de conflicto, aceptaría la presunción de culpabilidad, cumpliendo, dócilmente, las penas impuestas y teniendo que demostrar su inocencia, no ella demostrar su culpabilidad.
En la legislación general del trabajador normal, en el contrato laboral, estará sujeto a la jurisdicción ordinaria: laboral, civil, penal, mercantil en la que tú, siempre serás inocente, mientras no se demuestre lo contrario y la otra parte tendrá que demostrar la culpabilidad. Ambas partes serán parte y parte. Ninguna juez y parte, como la administración, con su tramposa contencioso-administrativa.
Queja colectiva ¡maaaaamáaa! o individual ¡Ud es culpable, búsquese un abogado!
En las dos a la defensiva.
¡Ah! pero Simó acaba de abrir el melón.
¡¡Está atacando!!
Tiene la iniciativa, al haberla sacado de la órbita manipulable y autotutelada de la siempre deleznable contencioso-administrativa, el parapeto para siempre evitar entrar en el fondo de nada se desvanece.
Ya no implora, inculpa. Y se carga de razón y de oportunidad de centrarse en el fondo de la cuestión por centrarse en la dimensión esencial, en la dimensión ética.
Porque, realmente, es un problema ético el que plantea.
Porque, realmente, es un problema ético construir un software que mata, que mata el tiempo, el conocimiento, la relación médico paciente.
Porque, realmente, es un problema ético, el secuestro de información, la ceguera con la que se ha apagado la iniciativa, la duda, la revisión, la reflexión, el análisis.
Porque, realmente, es un problema ético imponer una clasificación hospitalaria CIE9,10,10CM, a sabiendas de que el profesional perderá y perderá información, en favor de 4, en su chiringuito, a precio de oro.
Juan Simó ha abierto un melón, frente al que la autotutelada justicia contencioso-administrativa es humo.
Hoy 4 de febrero de 2019, comienza la cuenta atrás.
Bravo Juan.
Bravo
ART
Gracias por la iniciativa, muy acertada
ResponderEliminarAporta un poco de ilusión al triste panorama actual
Un saludo,
Excelentes tus análisis y aún más valiosos cuando van a contracorriente.
ResponderEliminar#APsemueve por fin una primera iniciativa disrruptiva, fuera de los cauces administrativos, estatutarios y sindicales del neoliberalismo soviético. El profesionalismo y la autogestión es el camino sino #APsemuere
ResponderEliminar"Entre la sanidad pública asediada por los recortes y la privada que va avanzando para crear más valor para el capital se va haciendo hueco un tercer espacio, PROFESIONAL, con vocación pública pero en manos de los propios médicos y, en ocasiones, también de los usuarios."
PROFESIONALISMO "Me he esforzado para servir a unas ideas que son justas y también muy simples: que el enfermo hable con confianza con el médico, que el médico quiera al enfermo y que entre los dos no se interponga nada ni nadie." Josep Espríu.
Excelente comentario, Sergio, por ahí va la guerra que hemos de librar.
ResponderEliminarART
Alto, claro e incisivo. Qué grande Juan Simó Miñana ¡¡¡ Buscando alternativas y más conocimiento a los hechos: "faltan médicos" . Cuando la ceguera y la sordera se instalan en el sentir colectivo, hay que romper la dinámica y ser radical, e ir a las raíces. Abrir el melón...la mente, el corazón y los intestinos ¡¡¡
ResponderEliminarSolamante por la ética nos sostenemos algunos, la ética ante nuestros pacientes. No faltan médicos, pero muchos rechazan trabajos indignos, muy importane no perder la dignidad. Lo malo es que estas noticias no trascenderan a la sociedad hasta que un organismo importante se haga eco de ellos. Ojala el Comité de Bioética de España sea capaz de enarbolar esa bandera.
ResponderEliminarExcelente Juan, lo difundiré en Linkedin! Un abrazo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con los argumentos planteados y queda claro que " es una falacia que falta médicos en España", pero por contra es una realidad que excelentes y jóvenes profesionales médicos se marchan fuera de España por las mejores condiciones de contratación y de futuro profesional. Hay una responsabilidad política en las Diferentes administraciones del Estado incluidos los Gobiernos, para hacer un plan de mejora y regulación ,que evite la " emigración de profesionales", que hacen falta en España.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Lo difundo
ResponderEliminar¿Le respondieron?
ResponderEliminar¿ Cómo està el tema?
No hubo ninguna respuesta más allá de la del 12 de febrero, acusando recibo de la carta, y que figura en esta misma entrada. Nunca más se supo. Así está el patio.
EliminarJuan Simó