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lunes, 12 de marzo de 2012

Gasto sanitario y riqueza de las comunidades autónomas

 
¿Gastan más en sanidad pública las comunidades autónomas más ricas?
---- Periodo 2002-2008 ----

La riqueza (PIB per cápita) es la variable con mayor poder explicativo de las diferencias encontradas en el gasto sanitario per cápita entre los países. ¿Ocurrirá lo mismo en nuestra sanidad pública cuando desagregamos hasta el nivel del ámbito de las Comunidades Autónomas? ¿Está asociada la riqueza de las Comunidades a las diferencias en el gasto sanitario público per cápita que pudieran existir entre ellas?

Hay que recordar que durante las últimas décadas el poblacional ha sido el criterio utilizado para el reparto de los fondos públicos sanitarios entre las comunidades autónomas (CC.AA.). A partir de 2002 se incluye el envejecimiento poblacional (porcentaje de población con 65 o más años) como criterio de reparto. El peso del criterio poblacional se marcó a partir de entonces en el 75% y el del envejecimiento en el 24,5%. La insularidad fue el tercer criterio introducido con un peso muchísimo menor, del 0,5%. Las Cuentas Satélite ofrecen datos desagregados por CC.AA. desde 1995. Los datos de gasto sanitario utilizados en esta entrada se refieren al promedio del periodo 2002-2008,  y son los mismos que utilicé en un trabajo recientemente publicado en la revista Atención Primaria.

GASTO SANITARIO Y RIQUEZA
Si correlacionamos el gasto sanitario público per cápita y el PIB per cápita de cada comunidad obtenemos una correlación positiva pero muy débil (r = 0,12). La conclusión es clara: no hay asociación.


GASTO SANITARIO Y ENVEJECIMIENTO
Si el gasto sanitario lo correlacionamos con el envejecimiento poblacional obtenemos una correlación positiva e importante (r=0,51) que nos permite afirmar que el gasto sanitario público per cápita de las comunidades autónomas se asocia positivamente con el envejecimiento poblacional de las mismas.



PERO...
La correlación débil, sí, pero POSITIVA (r=0,12) entre gasto sanitario público per cápita y PIB per cápita no es tranquilizadora salvo que exista una correlación lo suficientemente intensa y también positiva entre el PIB per cápita y el envejecimiento poblacional. ¿Lo comprobamos?

RIQUEZA Y ENVEJECIMIENTO
La siguiente figura describe dicha correlación. Se detecta una débil pero NEGATIVA correlación entre riqueza y envejecimiento poblacional (r = - 0,15). Lo contrario de lo que podríamos esperar dados los resultados previos. ¿Qué ocurre, pues? Un modo de averiguarlo es determinar la relación del gasto per cápita en cada uno de los principales sectores funcionales (atención especializada, primaria, farmacia de receta,...) con la riqueza (PIB per cápita) y con el  envejecimiento (% de población con 65 o más años) de las regiones.



RELACIÓN DEL GASTO EN ATENCIÓN PRIMARIA, ESPECIALIZADA Y FARMACIA DE RECETA CON LA RIQUEZA Y EL ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL

A continuación se muestran las correlaciones con la riqueza (PIB per cápita) de las siguientes variables:
- Gasto per cápita en atención especializada
- Gasto en atención especializada como porcentaje del gasto sanitario público
- Gasto per cápita en farmacia de receta
- Gasto en farmacia de receta como porcentaje del gasto sanitario público
- Gasto per cápita en atención primaria
- Gasto en atención primaria como porcentaje del gasto sanitario público


A continuación, las mismas 6 variables correlacionadas con el envejecimiento poblacional.



Lo llamativo: el gasto per cápita en atención especializada y el gasto en atención especializada como parte del gasto sanitario público muestran correlaciones positivas y altas con la riqueza de las comunidades autónomas pese a que no son, precisamente, las comunidades más ricas las más envejecidas.

En la siguiente tabla procedente del artículo arriba referido podemos comparar todo lo anterior con lo ocurrido durante el periodo 1995-2002.
 
(clicar en imagen para ampliarla)


De la comparación se concluye:

GASTO SANITARIO Y ENVEJECIMIENTO: Aunque el envejecimiento poblacional no regía como criterio de reparto entre 1995 y 2002, algunos gastos (atención primaria y farmacia de receta) ya se asociaban positivamente con el envejecimiento en ese periodo. Posteriormente, durante el periodo 2002-2008, dichos gastos (atención primaria y farmacia de receta) intensifican las correlaciones positivas que mostraban con el envejecimiento durante el periodo anterior. En cambio, el gasto per cápita en atención especializada muestra una débil (casi nula) correlación positiva con el envejecimiento poblacional en ambos periodos. Por lo tanto, el gasto hospitalario contribuye muy escasamente a la consecución del criterio de reparto del presupuesto sanitario público entre comunidades autónomas que atiende al envejecimiento poblacional.

GASTO SANITARIO Y RIQUEZA: El gasto per cápita en atención especializada y el gasto en atención especializada como parte del sanitario intensifican entre 2002 y 2008 las correlaciones positivas (no precisamente débiles) que mostraban con el PIB per cápita durante el periodo 1995-2002; todo ello con una correlación negativa, aunque débil, entre riqueza y envejecimiento en ambos periodos. Persiste y se acentúa, pues, la preferencia por la inversión hospitalaria en las regiones más ricas. En contraste, el gasto per cápita en atención primaria y el gasto en atención primaria como parte del gasto sanitario mantienen correlaciones nulas o debilmente negativas con la riqueza de las regiones.


Para más información:
Simó Miñana J. El gasto sanitario en España, 1995-2002. La atención primaria, Cenicienta del Sistema Nacional de Salud. Aten Primaria 2007; 39: 127-132.



2 comentarios:

  1. Me parece que en estas aproximaciones es preciso hacer estudio más detallados, estratificados - metes en el mismo saco a CCAA muy diferentes - contabilizando el efecto de varias variantes para poder sacar conclusiones adecuadas - correlaciones multivariantes o ajustadas. Federico Relimpio, Sevilla.

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    1. Gracias Federico por el comentario que me permite aclarar algunas cosas. La primera es que no prentendo "predecir" ni el gasto sanitario ni el de ninguna de sus partidas funcionales. El objetivo no es diseñar un multivariante para encontrar un modelo que ajustando por otras variables "prediga", por ejemplo, el gasto sanitario público. Tampoco es averiguar si la relación encontrada en el bivariante, por ejemplo, la positiva correlación entre gasto sanitario hospitalario y renta, es confundida por otras variables. Ninguno de ellos es el objetivo. Aunque todo ello ha sido probado en el SPSS y he "jugado" con los datos un buen rato. El objetivo es sencillamente mostrar las relaciones pues en si mismas son muy ilustrativas de cómo está el patio. Tras jugar la regresión con el SPSS, por ejemplo, puedo comprobar como la relación entre renta y gasto hospitalario, se mantiene cuando se ajusta por el envejecimiento, el gasto farmaceutico y el de AP. Pero bueno, no es importante. Otra relación que se mantiene tras ajustar por PIBpc, gasto en AP y gasto en hospital es la del gasto farmaceutico y envejecimiento. Pero tampoco es importante esto. De todos modos, esta entrada se complementa con la próxima que ofrece otra parte del paisaje: ¿en que otras cosas gastan más las CCAA más ricas además de en hospital? Lo veremos.
      Un abrazo Federico, y gracias por tu comentario.
      Juan

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