De “eternamente femenina” a “eternamente sana” (con la terapia hormonal sustitutiva). Una historia médica para no dormir.
Mercedes
Pérez-Fernández, especialista en Medicina Interna, jubilada, Equipo CESCA,
Madrid, España mpf1945@gmail.com
Juan
Gérvas, médico general jubilado, Doctor en Medicina, Equipo CESCA, Madrid,
España jjgervas@gmail.com @JuanGrvas www.equipocesca.org
¿“Eternamente femenina”?
Sí,
es el título de un libro de inmenso éxito, publicado en 1966 en Estados Unidos.
“Feminine Forever,” del Dr. Robert A. Wilson. Se vendieron millones de
ejemplares e hizo rico a su autor, ginecólogo.
¿Qué decía en el libro el Dr. Robert A. Wilson?
Planteaba
crudamente la imperiosa necesidad de considerar la menopausia una enfermedad
que había que tratar con hormonas sexuales femeninas.
En
sus propias palabras:
“Many
physicians, simply refuse to recognize menopause for what it is — a serious,
painful and often crippling disease.”
Es
decir, “Muchos médicos simplemente rechazan reconocer la menopausia como lo que
es, una enfermedad grave, dolorosa y a menudo incapacitante”.
“All
post-menopausal women are castrates. But, with HRT (hormone replacement
therapy), a woman’s breasts and genital organs will not shrivel. She will be
much more pleasant to live with and will not become dull and unattractive.”
Es
decir, “Todas las mujeres postmenopaúsicas están castradas. Pero con el
tratamiento hormonal sustitutivo-de reemplazo (THS) los pechos y los genitales
no se marchitarán. Será mucho más agradable vivir con ellas pues no se volverán
aburridas ni les faltará atractivo”[i].
¿Cómo pudo tener éxito un libro tan machista?
El
libro era machista pero el autor contaba con el respaldo de la industria
farmacéutica que producía las hormonas, que incluso corrigió el original del
libro, y que pagó sus conferencias promoviendo el tratamiento por el mundo
entero. Prometía, casi, la juventud eterna al mantener la sexualidad juvenil y
la piel de niña. Hubo intereses industriales, pues, y profesionales, de
ginecólogos pero también de cardiólogos y gerontólogos que convencían a las
mujeres de los efectos casi milagrosos de la terapia hormonal sustitutiva, que
“re-emplazaba” las hormonas perdidas.
El contexto científico y médico
El
terreno era propicio a la transformación de la menopausia en enfermedad cuando
la sociedad estaba deslumbrada por el desarrollo científico y la síntesis de
medicamentos como la aspirina, las sulfamidas y los antibióticos. Todo se
esperaba de la ciencia, que había desarrollado
vacunas, el psicoanálisis, la higiene frente a las bacterias, la
anestesia y las radiografías en el siglo XIX y que había logrado sintetizar las
hormonas sexuales en los años treinta del siglo XX. En 1942 se aprobó el uso de
la terapia hormonal sustitutiva en Estados Unidos, como tratamiento para los
síntomas de la menopausia.
Cuando
se descubrieron, se aceptó que las hormonas eran “sexuales” pero su efecto es
sobre los receptores de células de todo el cuerpo, también las del aparato
genital, en lo que implica una función de síntesis de proteinas y de
maduración. De ahí su efecto en la inducción de cáncer. La sexualización
refleja una ideología tanto en lo que respecta a las mujeres, cuanto a su
aplicación como tratamiento “preventivo” individual pues, en efecto, pronto se
transformó el efecto “eternamente femenina” en el más moderno de “eternamente
sana” (sin osteoporosis, sin fracturas, sin infartos de miocardio, sin Alzheimer,
sin caída del pelo, con dientes, sin hipertensión, sin diabetes, sin artrosis,
sin infarto de miocardio, etc).
¿Fue un error?
En
2002 se demostró sin duda el efecto perjudicial del tratamiento hormonal
sustitutivo (THS)[ii].
En España se calculó por la Fundación Instituto Catalán de Farmacología que
había provocado cada año unos 16.000 casos de cáncer de mama, 6.000 casos de
ictus y 8.000 casos de tromboembolismo pulmonar. Según Joan Ramon Laporte,
entonces jefe de farmacología del Hospital de Vall d´Hebron de Barcelona y
coautor del estudio, la gravedad del daño de estos fármacos se incrementa al
tener en cuenta que se emplearon en general en mujeres sanas[iii].
Se
pretendió ocultar el error que había dañado a cientos de millones de mujeres
del mundo entero con la idea de que “no se podía saber”, “los descubrimientos
médicos cambian el conocimiento previo”, y explicaciones similares.
Así,
en un medio de comunicación en 2002:
“Los
médicos, y el público también, tienen que ser conscientes de que, a la luz de los
conocimientos actuales, lo que ayer fue verdad en biomedicina hoy no lo es y
que es posible, incluso, que lo que ahora se tiene por paradigma indiscutible
mañana sea una falacia clara. Un ejemplo
tajante de lo mucho que cambian las cosas en esta disciplina, y lo poco
dogmático que se tiene que ser con casi todo, es lo que está ocurriendo con la
terapia hormonal sustitutoria. Durante
varios años, médicos, industria farmacéutica y medios de comunicación hemos
estado empeñados en fomentar la importancia de que todas las mujeres, llegada
cierta edad —y para protegerse de sofocos, depresiones, infartos de miocardio,
demencias preocupantes y fracturas de caderas gravísimas—, sustituyeran la
bajada natural de estrógenos con píldoras y parches de hormonas femeninas”[iv].
Nunca hubo dudas sobre la falta de fundamento científico para utilizar
masivamente el tratamiento hormonal sustitutivo
La
historia y las publicaciones científicas demuestran que “sí se sabía”[v],
y que la colusión de intereses mantuvo en el mercado durante casi setenta años
un tratamiento que se basaba en la conceptualización de la menopausia como
enfermedad y que provocaba cáncer de mama, infartos de miocardio, ictus y
embolias pulmonares.
Hubo
advertencias de los daños esperables desde casi el momento de su síntesis y más
tras su comercialización (sostenida por estudios de baja calidad que se
hicieron sobre muestras seleccionadas de mujeres, más sanas y más ricas que la
media). Otra alarma la dio la suspensión por el aumento de infartos de miocardio
y de muertes del ensayo clínico iniciado en los años sesenta del siglo XX, con
varones tras infarto de miocardio, a los que se les trató con hormonas sexuales
femeninas[vi].
En
España es de destacar el trabajo de José Ramón Rueda que, primero con el
Instituto de la Mujer (en 1995[vii])
y después con la Agència d'Avaluació de Tecnologia Mèdica de Catalunya (AATMC), y con Carmen Valls-Llovera y el CAPS (Centro de Análisis y Programas
Sanitarios) (en 1998[viii]), demostró el error de promover el tratamiento universal de la menopausia como
enfermedad. El informe de la AATMC acababa con:
“Se
concluye pues, que no hay evidencia de buena calidad que avale las propuestas
de uso masivo y prolongado de diversos compuestos hormonales estrogénicos solos
o con progestágenos en mujeres postmenopaúsicas sanas”.
En
el mismo año José Ramón Rueda publicó en la revista Atención Primaria:
“Menopausia, frente a los nuevos mitos y la medicalización injustificada”[ix].
La presión insoportable
En
1999, cuando la presión era insoportable y el estado del arte aceptado (la lex
artis de los jueces) era que "la menopausia es una enfermedad” (“y los
médicos generales-de familia españoles no la tratan como debieran") y se
incluía en la Cartera de Servicios la “detección” y etiquetado de todas las
mujeres en la menopausia, algunos publicamos advirtiendo en contra del uso
indiscriminados de "los parches" de la terapia hormonal sustitutiva
(TSH).
Nuestro
trabajo “Encarnizamiento diagnóstico y terapéutico con las mujeres” fue un
texto admitido en Medicina Clínica (la revista de mayor impacto, en España)
pero había que cambiar lo de "encarnizamiento", y me negué [MPF],
siendo publicado al final en la revista SEMERGEN[x].
Luego
ya en 2004, cuando no había dudas de los daños y se seguía insistiendo en los
beneficios publiqué [MPF] textualmente "Los errores médicos son
inevitables, pero algunos errores médicos no son tales, sino empecinamiento y
“malicia”. Este es el caso de la terapia hormonal en la menopausia, que se
implantó en contra de toda prudencia"[xi].
En
2019 se publicó una evaluación final del impacto de la terapia hormonal
sustitutiva sobre el cáncer de mama: 1 cáncer más por cada 50 mujeres tratadas
durante 5 años[xii].
Como hubo cientos de millones de mujeres tratadas por décadas, el daño es
incalculable ¡Los ginecólogos y salubristas preocupados con el cáncer de mama,
promoviendo los cribados con mamografía y al tiempo provocando una epidemia
mundial de dichos cánceres!
¿Cómo pudo pasar?
Este
caso, la menopausia convertida en enfermedad y la terapia hormonal sustitutiva
como tratamiento para
"prevenir" los daños de
tal enfermedad, hizo escribir a David Sackett (el canadiense de la Medicina
Basada en Pruebas”) sobre "la arrogancia de la medicina preventiva".
Es un texto de obligada lectura que comienza así:
“La
medicina preventiva presenta los tres elementos de la arrogancia. El primero es
que es agresivamente asertiva, persiguiendo a las personas sin síntomas y
diciéndoles lo que tiene que hacer para permanecer sanos. En ocasiones y
apoyándose en el valor de la Ley (vacunas, cinturones de seguridad), prohíbe y
prescribe a los pacientes y al público en general de cualquier edad y
condición. Segundo, la medicina preventiva es presuntuosa, confiada en que las
intervenciones que adopta, en promedio, beneficiarán más que dañarán a quienes
aceptan seguirlas. Finamente, la medicina preventiva es arrogante, arremetiendo
contra los que cuestionan el valor de sus recomendaciones”[xiii].
Lección a no olvidar
En
el caso de la mujer, llueve sobre mojado respecto a los daños de la
intervenciones médicas innecesarias y sin ningún fundamento científico. Son
torres de arrogancia sobre cimientos de ignorancia[xiv].
Así,
la historia de la talidomida, del dietil-estilbestrol, del Essure®, de la
episiotomía, de las mallas vaginales y todo un museo de horrores que ha creado
una medicina arrogante que logra hacer olvidar sus errores y daños en base al
razonamiento muchas veces falso de “no se podía saber”, “los descubrimientos
médicos cambian el conocimiento previo”, etc.
Estudiantes
y residentes ignoran tales intervenciones y daños, o consideran que son “cosas
antiguas” “del pasado” como si en el momento actual no se siguiera con las
imprudencias, tipo el uso del denosumab (Prolia®), un anticuerpo monoclonal
utilizado en el tratamiento de la osteoporosis por más que nunca haya tenido
fundamento científico y siempre haya sido “no recomendado” por la mejor revista
farmacoterapéutica del mundo, Precrire[xv].
Dicen
que “si ignoramos la historia estaremos condenados a repetirla” y, respecto a
la medicalización de la vida de las mujeres, su repetición dañará gravemente
las vidas de dichas mujeres.
En el caso de la terapia hormonal sustitutiva ni se ha perdido pedido perdón, ni se ha compensado por los daños, ni se han tomado medidas para que algo así no vuelva a suceder. No es un “error médico” es una Medicina sin Límites, en este caso una Ginecología Comercial que antepone el hábito autoritario médico y el negocio a la salud de las mujeres.
En el caso de la terapia hormonal sustitutiva ni se ha perdido pedido perdón, ni se ha compensado por los daños, ni se han tomado medidas para que algo así no vuelva a suceder. No es un “error médico” es una Medicina sin Límites, en este caso una Ginecología Comercial que antepone el hábito autoritario médico y el negocio a la salud de las mujeres.
Referencias bibliográficas
[i] The cruel irony of tryin to be “feminine for ever”. http://www.nbcnews.com/id/16397237/ns/health-second_opinion/t/cruel-irony-trying-be-feminine-forever/#.XY484Gax_IU
[i] The cruel irony of tryin to be “feminine for ever”. http://www.nbcnews.com/id/16397237/ns/health-second_opinion/t/cruel-irony-trying-be-feminine-forever/#.XY484Gax_IU
[ii] Risks and Benefits of Estrogen Plus
Progestin in Healthy Postmenopausal WomenPrincipal Results From the Women's
Health Initiative Randomized Controlled Trial. https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/195120
[iii] La terapia hormonal provoca unos 16.000
cánceres cada año. https://www.elperiodicodearagon.com/noticias/sociedad/terapia-hormonal-provoca-16-000-canceres-ano_156547.html
[iv] José Luís de la Serna (El Mundo 20 de abril
de 2002). https://matriz.net/mys-09/bailando/bai_09.html
[v] Hormone replacement therapy, cancer,
controversies, and women’s health: historical, epidemiological, biological,
clinical, and advocacy perspectives. https://jech.bmj.com/content/59/9/740
[vi] The Coronary Drug Project. Findings leading
to discontinuation of the 2.5-mg day estrogen group. The coronary Drug Project
Research Group. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/4356847?dopt=Abstract
[vii] Rueda
JR. Aproximación a
la introducción y
difusión de la THS
en mujeres postmenopáusicas en
España. Evolución en el uso y prescripción. Madrid: Instituto
de la Mujer, 1995
[viii] THS (tratamiento hormonal sustitutivo):
por fin nos van dando la razón. Revista MYS (Mujeres y Salud), 2012, 9. https://matriz.net/mys-09/bailando/bai_09.html
[ix] Menopausia, frente a los nuevos mitos y la
medicalización injustificada.. Aten Primaria,. 1998;22:205-7.
[x] Encarnizamiento diagnóstico y terapéutico
con las mujeres. http://equipocesca.org/encarnizamiento-diagnostico-y-terapeutico-con-las-mujeres/
[xi] Ética y encarnizamiento médico con las
mujeres. La terapia hormonal en la menopausia y el climaterio. http://equipocesca.org/etica-y-encabezamiento-medico-con-las-mujeres-la-terapia-hormonal-en-la-menopausia-y-el-climaterio/
[xii] Type and timing of menopausal hormone therapy
and breast cancer risk: individual participant meta-analysis of the worldwide
epidemiological evidence. https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2819%2931709-X
[xiii] La arrogancia de la medicina
preventiva. https://rafabravo.blog/2019/08/08/la-arrogancia-de-la-medicina-preventiva/
[xiv] Torres de arrogancia sobre cimientos de
ignorancia. http://saludineroap.blogspot.com/2019/02/torres-de-arrogancia-sobre-cimientos-de.html
[xv] Prescrire 2019 – El listado de medicamentos a
evitar. https://www.lachuletadelfir.com/prescrire-2019-el-listado-de-medicamentos-a-evitar/
Buenas
ResponderEliminarAsí como la historia de la terapia de sustitución hormonal, otra similar es "el tratamiento de la Osteoporosis postmenopaúsica". Esta se inicia en el "diagnóstico", al ponerlo como "prueba de despistaje" a la Densitometría ósea a toda mujer en el momento de iniciar su periodo fisiológico de la Menopaúsia, el no saber interpretar esta considerando "la gradiente del riesgo de fractura medido en el cuello femoral" (Kanis, J.A. on behalf of the WHO Scientific Group (2008). Assessment of osteoporosis at the primary health-care level. Technical Report. Sheffield, WHO Collaborating Centre, University
of Sheffield, UK. (www.shef.ac.uk/FRAX)) y no "en cualquier lugar" (OMS:https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/37205/WHO_TRS_843_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y). Para a reglón seguido, iniciar tratamientos con bifosfonatos, Paratohormona o medicamento biológico (como el Denosumab)...todo esto sin considerar en la evaluación la Reducción del Riego Absoluto (en la mayoría, poco significativo) de fractura. Bibliografía: 1.https://www.iofbonehealth.org/sites/default/files/PDFs/WOD%20Reports/FRAX_report_09_es.pdf.
Elard Walter Quispe Mena
Médico Reumatólogo
Líma - Perú
Excelente reflexión Juanes y Mercedes!
ResponderEliminarSe puede decir mas alto, y de debería, pero no mas claro
Impresionante!!! y con todo esto no aprendemos. En el mundo de la medicina tendría que haber muchos más Juanes y muchas más Mercedes!!!
ResponderEliminarmuchos de los síntomas comunes de la menopausia como los sudores nocturnos, las palpitaciones, la falta de sueño, las jaquecas y la sequedad vaginal propias de este proceso hormonal, pueden ser tratadas con la planta Cimicífuga o Actaea reacemosa conocido como un tratamiento menopausia exelente y natural
ResponderEliminarSalvia y milenrama hacen milagros
ResponderEliminarEstupendo artículo, no viene mal recordar el pasado para enmendar el presente. Lo grave: eso no es sólo el pasado, me trae a la cabeza la medicalización del malestar emocional y la forma en la que hemos empastillado a la población sana a la primera que lloran en una consulta. Gracias Juan y Mercedes.
ResponderEliminarI, ingènues com som, ens vam creure que l'Agència d'Avaluació de Tecnologia Mèdica de Catalunya (AATMC), i Carmen Valls-Llovera i el CAPS (Centro de Análisis y Programas Sanitarios) assolirien més autoritat. I que canviarien les indicacions de molts altres tractaments...però es va deixar d'invertir en eixes institucions i la IF ens segueix guanyant la partida. Y colorín colorado...Feliç 8 de Març
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