En los países desarrollados se ha demostrado que a
mayor densidad de especialistas mayor mortalidad de la población. Y al
contrario, a mayor densidad de médicos generalistas menor mortalidad (aquí). Lo mostró Barbara Starfield en 2005 (aquí, aquí).
Un trabajo canadiense más reciente también lo muestra (aquí). En España caminamos desde hace tiempo en sentido contrario como muestra la
figura adjunta de una entrada (aquí)
de este blog. Utilizando las mismas fuentes de datos que en dicha entrada es
posible actualizar la evolución de los mismos. Veámoslo.
Procedencia de los datos
Las fuentes de datos han sido las siguientes. Para
el número de Médicos de Familia de EAP, el Sistema de Información de Atención
Primaria (SIAP) (aquí).
Para Médicos de Urgencias Hospitalarias y Médicos de Atención Especializada, la
Estadística de Establecimientos Sanitarios con Régimen de Internado (ESCRI)
(para el periodo 2004-2009) (aquí)
y la Estadística de Centros Sanitarios
de Atención Especializada (para el periodo 2010-2015) (aquí).
La actualización muestra los siguientes resultados.
Evolución del número de médicos especialistas en el SNS,
del número de médicos de urgencias hospitalarias y del
número
de médico de familia de los centros de salud.
Resultados
La actualización de los datos al añadir los correspondientes a 2014 y 2015 muestra un empeoramiento de la situación de los médicos de familia de los EAP: su número se ha reducido respecto de 2013. Es decir, en plena recuperación económica se están amortizando plazas de cupos de médicos de adultos en los centros de salud. Sin embargo, y por el contrario, el número de médicos especialistas en el SNS sigue creciendo. Y sigue creciendo, sobre todo, el número de médicos en los servicios de urgencias de los hospitales del SNS. Respecto de 2004, el número de médicos especialistas crece más del doble (2,2 veces) que lo hace el número de médicos de familia; y el número de médicos de urgencias hospitalarias crece 5,8 veces más que el de médicos de familia.
Comentario
Parece mentira que los responsables sanitarios no se den cuenta de que mucha de la "demanda" en el sistema es oferta-dependiente. A más médicos en las urgencias hospitalarias más "demanda" tendrán estos servicios. Y a más médicos en especializada más consultas sucesivas habrá y más "purgatorio" (aquí), con pacientes dóciles y cumplidores ávidos de controles y recontroles que "okupan" la agenda de especializada alimentando la Ley de Cuidados Inversos.
Si en los servicios de urgencias hospitalarias se "derivan" cada vez más pacientes a las consultas de los especialistas, como a muchos nos da la impresión, se construye la "otra" atención primaria que se fortalece con más personal y, por tanto, con mayor capacidad de derivar (aquí). Se cierra así un círculo diabólico que se retroalimenta. Mientras tanto, la atención primaria "oficial" se debilita cada vez más. Un sinsentido, una locura, que ya estamos pagando muy caro.
Este diseño tan inflacionista aviva la medicina de excesos y la hiperactividad. Y estos efectos secundarios del hospitalocentrismo pierden progresivamente el contrapeso de una atención primaria que, por débil, ya no puede actuar de antídoto de la actividad hospitalaria innecesaria. Nuestro sistema sanitario sufre ya un claro pero silente Trastorno por Déficit de Atención (Primaria) con Hiperactividad (Hospitalaria).
Y mientras tanto, en boca de todos los políticos, los centros de salud son el bla-bla-bla del eje del sistema. Son los mismos políticos que fomentan el desarrollo (y por tanto, el uso) de las urgencias hospitalarias y de "estrategias de crónicos" que decididamente pivotan sobre los hospitales sin atender la evidencia científica que muestra que la mejor "estrategia de crónicos" se llama atención primaria (aquí). Si seguimos alimentado a Saturno, nos devorará, sólo es cuestión de tiempo, de no mucho tiempo. ¿Exagero? No, para nada. Huelgan más comentarios salvo, quizás, este tuit de Verónica Casado y la entrada de hoy mismo de Sergio Minué en su blog (aquí).
La actualización de los datos al añadir los correspondientes a 2014 y 2015 muestra un empeoramiento de la situación de los médicos de familia de los EAP: su número se ha reducido respecto de 2013. Es decir, en plena recuperación económica se están amortizando plazas de cupos de médicos de adultos en los centros de salud. Sin embargo, y por el contrario, el número de médicos especialistas en el SNS sigue creciendo. Y sigue creciendo, sobre todo, el número de médicos en los servicios de urgencias de los hospitales del SNS. Respecto de 2004, el número de médicos especialistas crece más del doble (2,2 veces) que lo hace el número de médicos de familia; y el número de médicos de urgencias hospitalarias crece 5,8 veces más que el de médicos de familia.
Comentario
Parece mentira que los responsables sanitarios no se den cuenta de que mucha de la "demanda" en el sistema es oferta-dependiente. A más médicos en las urgencias hospitalarias más "demanda" tendrán estos servicios. Y a más médicos en especializada más consultas sucesivas habrá y más "purgatorio" (aquí), con pacientes dóciles y cumplidores ávidos de controles y recontroles que "okupan" la agenda de especializada alimentando la Ley de Cuidados Inversos.
Si en los servicios de urgencias hospitalarias se "derivan" cada vez más pacientes a las consultas de los especialistas, como a muchos nos da la impresión, se construye la "otra" atención primaria que se fortalece con más personal y, por tanto, con mayor capacidad de derivar (aquí). Se cierra así un círculo diabólico que se retroalimenta. Mientras tanto, la atención primaria "oficial" se debilita cada vez más. Un sinsentido, una locura, que ya estamos pagando muy caro.
Este diseño tan inflacionista aviva la medicina de excesos y la hiperactividad. Y estos efectos secundarios del hospitalocentrismo pierden progresivamente el contrapeso de una atención primaria que, por débil, ya no puede actuar de antídoto de la actividad hospitalaria innecesaria. Nuestro sistema sanitario sufre ya un claro pero silente Trastorno por Déficit de Atención (Primaria) con Hiperactividad (Hospitalaria).
Y mientras tanto, en boca de todos los políticos, los centros de salud son el bla-bla-bla del eje del sistema. Son los mismos políticos que fomentan el desarrollo (y por tanto, el uso) de las urgencias hospitalarias y de "estrategias de crónicos" que decididamente pivotan sobre los hospitales sin atender la evidencia científica que muestra que la mejor "estrategia de crónicos" se llama atención primaria (aquí). Si seguimos alimentado a Saturno, nos devorará, sólo es cuestión de tiempo, de no mucho tiempo. ¿Exagero? No, para nada. Huelgan más comentarios salvo, quizás, este tuit de Verónica Casado y la entrada de hoy mismo de Sergio Minué en su blog (aquí).
El hospitalicentrismo, como forma de organización de un sistema, es caro e insostenible, con techos claros de eficiencia ¿porque no probamos a cumplir la Ley y hacemos que la atención primaria sea el eje central del sistema, con financiacion y poder de regulación?— Verónica Casado (@DoctoraVCasado) 9 de marzo de 2018
Por cierto, enhorabuena a Verónica Casado por el reconocimiento
Otro análisis certero de Juan Simó que continua dejando constancia del disparate. Nada que comentar mas allá de agradecer que se diga con fundamento.
ResponderEliminarMuy de acuerdo con el fondo del artículo. Un pequeño "pero" sobre la cuestión de que a mas médicos de urgencias mas pacientes que irían a urgencias. No lo creo. Cada nivel asistencial tiene que tener los medios necesarios y ahora mismo Urgencias en muchos lugares está infradotado. Igualmente pienso que reducir el número de médicos en urgencias tampoco disminuiría los pacientes que acuden a este nivel asistencial. Los pacientes tratan por todos los medios de no ir a Urgencias porque saben las largas colas y el sufrimiento que representa.... Por ello defiendo que se trata de un nivel asistencial muy penalizado, y que la demanda que hay es la que toca. Hay que tratar al paciente con dignidad y en ocasiones la falta de medios en Urgencias es lacerante.
ResponderEliminarPues yo estoy bastante de acuerdo con el autor. La hiperdemanda en urgencias en general es por motivos que no justifican el ir a urgencias. Lo que limita esa hiperdemanda es la hiperespera. No conozco hospitales que hagan esperar a nadie con patología banal 12 horas. Si la patología banal se atiende rápida, la afluencia aumenta. Está claro que en nuestro país no han aumentado la incidencia de la patología urgente "de verdad" sino lo que aumenta a pasos agigantados es la inadecuación de la consulta "urgente". NUNCA habrá suficientes urgenciólogos para atender la demanda inadecuada. Para atender la demanda adecuada hay de sobra. Siguiendo con el discurso de que no conozco hospital donde se haga esperar una picadura de mosquito más de 12 horas, he de decir que tampoco conozco ninguno en el que las paradas cardiorrespiratorias tengan que hacer cola en la puerta hasta que quede un box libre.
EliminarDr.Borrel,muy de acuerdo con Ud. Satanizar la atención en urgencias y en hospitales no es la salida. Cumplen su función . Son sitios de formación y tienen una responsabilidad social. Se debe apuntar a que los hospitales la cumplan y vayan más allá de la atención , necesaria , puntual y que contribuyan a la inserción del paciente y su familia a un sistema de salud. Quien dijo que no se puede hacer atención primaria en Hospitales?. Los médicos familiares y generales deben estar donde los pacientes y su familia los necesiten .
ResponderEliminarLa solución a la hiperdemanda en urgencias está en una Atención Primaria fuerte. No estoy de acuerdo con crear unas urgencias como tercer nivel asistencial. En cuanto un servicio de urgencias hospitalario se hipertrofia, acaba organizándose en especialidades a imagen del centro donde está ubicado. Es mi opinión.
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