En esta entrada se verá si el último médico consultado, entre aquellos que consultaron con un médico durante las últimas 4 semanas, fue médico general/de familia o médico especialista y la dependencia funcional del mismo. La información se ofrecerá según clase social y según tipo de aseguramiento. También se ofrecerá la misma información según clase social en el grupo que tiene al SNS como único asegurador sanitario. Todo ello a partir de los microdatos anonimizados de la Encuesta Europea de Salud en España 2014.
LAS PREGUNTAS
ÚLTIMO MEDICO CONSULTADO
Es necesario construir una variable derivada a partir de las respuestas a las preguntas nº 48, nº 50 y nº 52 del cuestionario. Para más información al respecto consultar aquí.
DEPENDENCIA FUNCIONAL DEL MISMO
RESULTADOS SEGÚN CLASE SOCIAL EN EL GRUPO QUE
COMENTARIO
Clase social
Conforme se desciende en la escala social se produce un mayor uso del médico general/de familia y un menor uso del especialista. El gradiente es evidente. La dependencia funcional del médico es mayoritariamente pública en todas las clases sociales pero existe también un claro gradiente creciente en la dependencia funcional pública (sanidad pública) del médico consultado conforme se desciende en la escala social, mientras que las tres clases sociales más altas son las que muestran un mayor porcentaje de proveedor médico privado (sociedad médica o consulta privada).
Aseguramiento
El último médico consultado es mayoritariamente médico general/de familia (74%) en el caso de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario. Sin embargo, en el caso de los mutualistas y de quienes tienen un seguro sanitario privado este porcentaje se reduce mucho (54 y 52% respectivamente). En la práctica, en estos dos últimos casos se puede decir que la probabilidad de que el último médico consultado sea médico general/de familia o médico especialista se reparte al 50%. La dependencia funcional del médico es mayoritariamente pública (97%) en el grupo de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario, mientras que es en su mayor parte privada (sociedad médica + consulta privada) en quienes tienen un seguro privado (52%) y, especialmente, en los mutualistas (78%).
¿Qué ocurre cuando estudiamos aquellos que tienen al SNS como único asegurador sanitario según clase social?
Vemos que, igual que ocurre en el conjunto de la muestra, también existe un gradiente creciente en la utilización del médico general/de familia conforme se desciende en la escala social (decreciente, por contra, en la utilización del médico especialista). La dependencia funcional del médico es, en este caso, de una mayoría pública aplastante en todas las clases sociales aunque en las más altas se detecta un mayor porcentaje de dependencia funcional privada del médico (consulta privada). Por tanto, incluso en quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario se detecta un mayor acceso al especialista entre las clases sociales más altas. El mayor acceso de estas clases al médico especialista podría en parte deberse al mayor uso que hacen las mismas de los médicos privados (consultas privadas). Pero en parte también podría deberse a una mayor tendencia de los médicos de familia de los centros de salud a derivar a especializada más al paciente de clase alta que al paciente de inferior clase social ante un mismo problema de salud.
Conforme se desciende en la escala social se produce un mayor uso del médico general/de familia y un menor uso del especialista. El gradiente es evidente. La dependencia funcional del médico es mayoritariamente pública en todas las clases sociales pero existe también un claro gradiente creciente en la dependencia funcional pública (sanidad pública) del médico consultado conforme se desciende en la escala social, mientras que las tres clases sociales más altas son las que muestran un mayor porcentaje de proveedor médico privado (sociedad médica o consulta privada).
Aseguramiento
El último médico consultado es mayoritariamente médico general/de familia (74%) en el caso de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario. Sin embargo, en el caso de los mutualistas y de quienes tienen un seguro sanitario privado este porcentaje se reduce mucho (54 y 52% respectivamente). En la práctica, en estos dos últimos casos se puede decir que la probabilidad de que el último médico consultado sea médico general/de familia o médico especialista se reparte al 50%. La dependencia funcional del médico es mayoritariamente pública (97%) en el grupo de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario, mientras que es en su mayor parte privada (sociedad médica + consulta privada) en quienes tienen un seguro privado (52%) y, especialmente, en los mutualistas (78%).
¿Qué ocurre cuando estudiamos aquellos que tienen al SNS como único asegurador sanitario según clase social?
Vemos que, igual que ocurre en el conjunto de la muestra, también existe un gradiente creciente en la utilización del médico general/de familia conforme se desciende en la escala social (decreciente, por contra, en la utilización del médico especialista). La dependencia funcional del médico es, en este caso, de una mayoría pública aplastante en todas las clases sociales aunque en las más altas se detecta un mayor porcentaje de dependencia funcional privada del médico (consulta privada). Por tanto, incluso en quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario se detecta un mayor acceso al especialista entre las clases sociales más altas. El mayor acceso de estas clases al médico especialista podría en parte deberse al mayor uso que hacen las mismas de los médicos privados (consultas privadas). Pero en parte también podría deberse a una mayor tendencia de los médicos de familia de los centros de salud a derivar a especializada más al paciente de clase alta que al paciente de inferior clase social ante un mismo problema de salud.
CONCLUSIÓN
- Se detecta una clara mayor utilización del médico especialista en los mutualistas y en los que tienen un seguro médico privado, respecto de los que tienen al SNS como único asegurador sanitario.
- Se detecta una clara mayor utilización del médico especialista conforme se asciende en la escala social (en toda la muestra y también en el caso de aquellos que tienen al SNS como único asegurador sanitario).
- Esta mayor utilización del médico especialista sería en gran parte inadecuada si tenemos en cuenta que son precisamente las clases más altas, mutualistas y el grupo que dispone de seguros médicos privados quienes declaran un mejor estado de salud. Es decir, en muchos casos ocurre, y esta es la inadecuación, que a más salud mayor utilización del médico especialista.
- Es decir, son los grupos sociales con mayor nivel educativo (relacionado directamente con el nivel de renta), mejor estado de salud percibido, menor prevalencia de factores de riesgo, enfermedad crónica y mental y más jóvenes, los que más utilizan las consultas del médico especialista y menos las del médico general/de familia.
- Son estos mismos grupos sociales (más sanos, más educados y, probablemente, más ricos e influyentes) los que más se benefician del acceso a una provisión médica privada ambulatoria pagada con fondos públicos (caso del mutualismo) o subvencionada fiscalmente (seguros médicos privados). Según la EGSP, el mutualismo administrativo significó un gasto de 2.103 millones de € en 2014. Por otro lado, el coste fiscal anual debido a la subvención de los seguros médicos privados puede estimarse en unos 1.000 millones de €. Es decir, estamos gastando más de 3.000 millones de € anuales en financiar de nuestros bolsillos unos subsistemas que promueven un mayor uso inadecuado del médico especialista (con toda probabilidad, privado) y el descremado sociológico de la atención primaria pública.
- Por otra parte, no deja de ser curioso que la subvención fiscal de los seguros médicos privados signifique una pérdida de ingresos estimada en unos 1.000 millones de € al tiempo que la instauración del copago farmacéutico a los pensionistas en su primer año de vigencia haya extraído de los bolsillos de éstos más de 500 millones de €. Esto se parece al chiste del Robin Hood español, que actúa al revés: robando dinero a los pobres para dárselo a los ricos.
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