La avalancha de la APS parece controlada por los políticos pero no es así. No saben lo que hacen, ni saben qué hacer. El crecimiento del gasto en APS y AES dibuja una serpiente con la boca más abierta cada año, en especial desde 2009. Se demuestran ya siete años consecutivos de injustificado castigo presupuestario de la APS respecto de la AES. Siete explosivos que han iniciado una avalancha de imprevisibles consecuencias para la primaria y para el sistema. ¿Como la paramos? ¿Qué tal una huelga nacional de atención primaria después del verano? ¿Alguien se atreve a convocarla? ¡Houston! ¡Houston! ¿me recibe? ¿hay alguien ahí?




