If you think
you are too small to have an impact,
try going to
bed with a mosquito in the room
Anita Roddick
Cuando en 2010 la revista Medical Economics
me pidió que escribiera un artículo
sobre el trabajo del médicode familia en el Reino Unido, comencé
respondiendo con una frase muy resumida a la pregunta
de por qué a mí y a otros compañeros
españoles nos gustaba
trabajar allí:
“porque nos sentimos más libres, más valorados, y sobre todo, más médicos.”
“No
todo es mejor en el sistema de salud británico, pero sí
muchas cosas importantes”.
En esta serie de artículos durante los próximos
meses voy a detenerme en algunas de esas diferencias importantes que encontré entre mi trabajo en
España y mi trabajo en
el Reino Unido. Creo que es mucho lo que podemos aprender de ellas y lo que nos pueden
ayudar a cambiar esta situación
de la APS española que tan poco
nos satisface.
El sistema británico de salud es a la vez parecido y distinto al nuestro: es en las diferencias en las que me voy a centrar porque es de lo que creo que debemos aprender, especialmente de aquello que no solo es diferente sino que creemos que es mejor. Pero no hablaré desde la perspectiva de un experto en gestión (que no lo soy), sino desde la de una profesional que ha trabajado 9 años en este sistema y ha encontrado diferencias muy interesantes que quiero que conozcáis. Porque en el papel todos los sistemas pueden parecer buenos, o malos, según se cuenten, pero lo que queremos saber de verdad es cuáles son sus efectos, cómo funciona un sistema en la práctica diaria. El sistema español queda muy bonito contado, pero ya sabéis cómo funciona en la realidad.
Mucho se ha hablado y escrito, y con mucha razón y solvencia, de lo que hay que cambiar en la APS española. Yo quisiera aportar un enfoque más personal y cotidiano. Mi invitación es a centrarnos sobre todo en nuestro cuarto de consulta e imaginar cómo las cosas podrían cambiar allí. Cómo nuestro trabajo diario podría ser mucho más gratificante. De ahí se podrán derivar las propuestas de reforma que cada uno considere oportunas.
Ciertamente, una idea deberemos tener de cómo se organizan las cosas a nivel “macro” para comprender lo que ocurre a nivel “micro”, por lo que algo de eso contaré en mi próxima entrega. Pero aún entonces, hablaré siempre desde mi perspectiva de profesional, incidiendo en cómo se viven las diferencias en el día a día.
El NHS tiene unas virtudes que lo hacen atractivo y una estructura que lo hace interesante y que es a la vez producto y causa de sus virtudes.
El sistema británico de salud es a la vez parecido y distinto al nuestro: es en las diferencias en las que me voy a centrar porque es de lo que creo que debemos aprender, especialmente de aquello que no solo es diferente sino que creemos que es mejor. Pero no hablaré desde la perspectiva de un experto en gestión (que no lo soy), sino desde la de una profesional que ha trabajado 9 años en este sistema y ha encontrado diferencias muy interesantes que quiero que conozcáis. Porque en el papel todos los sistemas pueden parecer buenos, o malos, según se cuenten, pero lo que queremos saber de verdad es cuáles son sus efectos, cómo funciona un sistema en la práctica diaria. El sistema español queda muy bonito contado, pero ya sabéis cómo funciona en la realidad.
Mucho se ha hablado y escrito, y con mucha razón y solvencia, de lo que hay que cambiar en la APS española. Yo quisiera aportar un enfoque más personal y cotidiano. Mi invitación es a centrarnos sobre todo en nuestro cuarto de consulta e imaginar cómo las cosas podrían cambiar allí. Cómo nuestro trabajo diario podría ser mucho más gratificante. De ahí se podrán derivar las propuestas de reforma que cada uno considere oportunas.
Ciertamente, una idea deberemos tener de cómo se organizan las cosas a nivel “macro” para comprender lo que ocurre a nivel “micro”, por lo que algo de eso contaré en mi próxima entrega. Pero aún entonces, hablaré siempre desde mi perspectiva de profesional, incidiendo en cómo se viven las diferencias en el día a día.
El NHS tiene unas virtudes que lo hacen atractivo y una estructura que lo hace interesante y que es a la vez producto y causa de sus virtudes.
¿Cuáles son las virtudes principales que a mi juicio tiene el
NHS?
Desde el punto de vista que os decía (el del profesional, el de la experiencia de trabajo) esencialmente el NHS, comparado con el español, es un sistema más complejo, más autónomo (entidades y profesionales más autónomos), más dinámico, más transparente y más responsable (se rinden cuentas), en el cual los médicos son más libres, más valorados (y escuchados) y más exigidos (en calidad profesional), y donde el ambiente de trabajo es más creativo, más cortés, más exigente, más estimulante (donde la excelencia se incentiva) y más reflexivo (menos prisas y más pensar).
Diría que el NHS está plagado de incentivos positivos, que hace que los buenos prosperen, mientras que el SNS está plagado de incentivos negativos, que hacen que los buenos se quemen.
Desde el punto de vista que os decía (el del profesional, el de la experiencia de trabajo) esencialmente el NHS, comparado con el español, es un sistema más complejo, más autónomo (entidades y profesionales más autónomos), más dinámico, más transparente y más responsable (se rinden cuentas), en el cual los médicos son más libres, más valorados (y escuchados) y más exigidos (en calidad profesional), y donde el ambiente de trabajo es más creativo, más cortés, más exigente, más estimulante (donde la excelencia se incentiva) y más reflexivo (menos prisas y más pensar).
Diría que el NHS está plagado de incentivos positivos, que hace que los buenos prosperen, mientras que el SNS está plagado de incentivos negativos, que hacen que los buenos se quemen.
La experiencia del paciente no es demasiado
diferente, al menos no hay diferencias escandalosas. Sin embargo la experiencia
de los profesionales que trabajan en el sistema sí tiene diferencias que yo considero
escandalosas.
Quiero contaros las cosas que más me llamaron la atención, y quiero hacerlo porque confío en que los lectores de este blog sean
de los que no se conforman con lo que hay y buscan mejorarlo. Mi objetivo es
que el contacto con otros sistemas produzca un cambio a mejor en el nuestro.
Esto no ocurrirá de un día
para otro, obviamente; hablamos más
de una evolución que de una revolución. O quizás un poco de ambas.
¿Qué necesitamos para
producir en la APS española
los cambios deseados?
- Primero, estar convencidos de que el status quo no es aceptable. Si estás leyendo este artículo probablemente ya lo estés, pero sabes que muchos compañeros no lo ven tan claro, pues solo han nadado en este océano, y piensan que “así es la vida”. Muchos necesitan ver algo mejor para creer que algo mejor existe y así desear un cambio. De ahí mi interés en que conozcan, por ejemplo, el sistema británico.
- Segundo, tener una referencia real donde encontrar razón e inspiración; una fuente, un modelo vivo. De ahí mi interés en que conozcas, por ejemplo, el NHS.
- Tercero, contagiar la nueva visión adquirida a una mayoría suficiente de compañeros.
- Cuarto, siendo ya numerosos, ir “derritiendo” la cultura de rigidez arraigada para que lo inaceptable se vea como tal y lo deseable como necesario, de manera generalizada.
- Quinto, siendo ya numerosos, elevar la voz hasta ser escuchados por el estamento dirigente.
- Sexto, siendo ya reconocidos e influyentes, liderar los cambios en todos los niveles del sistema sanitario.
- Séptimo, cómo no, evaluación y mejora continua.
Lo que muchas veces nos pierde es pensar solo
en los pasos finales, en obtener resultados. Mi invitación es a centrarnos en los primeros pasos,
y a disfrutar del camino. Ya sabéis
aquello de que hasta un viaje de 10.000 km empieza por un solo paso. En nuestro
caso, ese primer paso es la toma de conciencia y su “contagio masivo”,
y aún nos queda mucho
por hacer a este respecto.
Por mi parte, os invito a ver. Ver para creer.
Hasta pronto.
Por mi parte, os invito a ver. Ver para creer.
Hasta pronto.
Isabel García Gimeno
isabel@spandoc.com
Querido
médico de familia español…
Seguiré esta serie.
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