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miércoles, 2 de mayo de 2012

El gasto farmacéutico y no farmacéutico en Europa: el pan y las gambas rojas.

En relación con la riqueza de los países, pudimos comprobar que en la Europa de la OCDE el gasto en farmacia de receta [en adelante, gasto farmacéutico] muestra un comportamiento distinto al del resto del gasto sanitario  (gasto sanitario no farmacéutico). Lo publiqué con Juan Gérvas en un artículo en 2007 en la extinta Revista de Administración Sanitaria. Cuando ambos gastos se expresaron como parte del PIB o del gasto sanitario total, el gasto farmacéutico se correlaciona negativamente con la riqueza de los países mientras que su complementario, el gasto sanitario no farmacéutico, lo hacía de forma positiva. Además, el gasto sanitario no farmacéutico per cápita mostraba con la renta una correlación positiva mucho mayor que la positiva exhibida por el gasto farmacéutico. En esta entrada se actualizan estas dispares relaciones, se describe su evolución en los últimos años y se propone una explicación.

Corto y pego a continuación parte de una tabla del artículo referido en la que se aprecian perfectamente las relaciones comentadas.





¿Qué indica esto?
Estos resultados indican que el peso de la farmacia de receta dentro del gasto sanitario y dentro del PIB son menores en los países más ricos de la Europa de la OCDE y mayores en los más pobres del grupo. Lo que induce a pensar que el comportamiento del gasto farmacéutico se aproximaría más al de un bien necesario mientras que el de su complementario, el gasto sanitario no farmacéutico, se acercaría más al de un bien de lujo. Algo parecido a lo que ocurriría con los gastos básicos (de primera necesidad) de comida y vestido de dos familias de idéntico número de miembros pero una más rica que la otra.



¿Cambia la cosa cuando aumenta la riqueza promedio del grupo de países?
Los economistas nos enseñan que los bienes necesarios pueden dejar de serlo y convertirse en "inferiores" cuando la renta de los consumidores aumenta. Lo descrito anteriormente ocurría entre 1995 y 2002 y para el grupo de los 22 países europeos miembros de la OCDE en 2007 cuando se publicó el trabajo. Se describe a continuación la evolución año a año. desde 1990 a 2007, de la relación de ambos gastos (farmacéutico y sanitario no farmacéutico) per cápita con la riqueza (PIB per cápita) en el grupo de los 18 países más ricos de Europa (Unión Europea de los 15 + Islandia, Noruega y Suiza).

Correlaciones entre gasto per cápita en farmacia de receta
y PIB per cápita entre los países más ricos de Europa.


Correlaciones entre gasto per cápita en farmacia de receta
y PIB per cápita entre los países más ricos de Europa.





Conclusión

La relación positiva y fuerte que el gasto sanitario no farmacéutico per cápita muestra con la riqueza se mantiene más o menos constante a lo largo de los años durante todo el periodo. Sin embargo, la relación moderadamente positiva que el gasto farmacéutico per cápita mostraba con la riqueza al principio del periodo disminuye hasta anularse a mitad del mismo y posteriormente negativizarse al final del periodo. Curiosa evolución que apunta a que el gasto en farmacia de receta pueda estar convirtiendose en un bien inferior en el grupo de países europeos más ricos. Es decir, a medida que me hago más rico, gasto menos en pan pero más en gambas rojas.


No hace falta precisar cuál de los dos gastos es el pan y cuál las gambas rojas, ¿a que no?

Nota.- Los datos proceden de la base Healt Data OCDE 2009. El gasto sanitario per cápita y el PIB per cápita están expresados en unidades monetarias por paridad de poder adquisitivo ($PPA), lo que permite la comparación entre países.






2 comentarios:

  1. Juan,

    Gracias por tus entradas, siempre enriquecedoras. Simplificando el gasto farmacéutico al producto entre precio y cantidades , me queda la duda de si las políticas de precios en farmacia , a la baja, pueden estar influyendo en la evolución del gasto en farmacia de receta. Me refiero en concreto a España que con años de políticas de rebajas en precios, las recetas per cápita aumentan (de 764 millones de recetas de 2005 a 1000 millones en 2010), incluso con menor población, con un gasto en farmacia creciente, aunque las cifras actuales nos sitúan con gasto en farmacia de niveles de 2005. Veo posible consumir más pan (más barato y consecuentemente con un gasto menor que no refleja la prescripción), lo que traduciría ausencia de políticas de calidad en la prescripción, y a su vez más gambas.

    Pudiera ser que el aumento de renta por la bonanza económica de estos años no haya producido una disminución de la demanda del bien(fármaco) sino una mayor proporción de compra del mismo sin receta (coste de oportunidad de acudir al médico).Contabilizando estas, podría ser que volviéramos a correlaciones positivas. Será interesante observar el comportamiento en el periodo crisis –recesión 2007-2011.

    Si como médicos hablamos de la necesaria alfabetización sanitaria de nuestros pacientes, con tu blog ayudas a la necesaria alfabetización en economía de los médicos.

    Un abrazo,

    Paco.

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    1. Gracias Paco por el comentario. Con lo de las gambas rojas y el pan no pretendo sino hacer más comprensible el comportamiento de un bien, la farmacia de receta, entre los países más ricos de Europa; y su comparación con otro (el resto del gasto sanitario), muy relacionados (incluso, a veces, sustitutivos). La imagen de ambas familias también tiene esa pretensión. En la España de 1946, el gasto en farmacia de receta representaba el 40% del gasto sanitario público. En 1997, el gasto farmacéutico de receta representaba el 35% del gasto sanitario en Bulgaria, el 30% en Hungría, (también era muy alto como parte del PIB en ambos países). Es decir, se comporta como bien necesario. Los pobres destinan una mayor parte de su riqueza (PIB) o del gasto sanitario a farmacia de receta. Y con el paso de los años, parece que transita hacia bien inferior entre los países más ricos de Europa. Lo que no entiendo es cómo no estudian esto los economistas de la salud, que saben mucho más que yo como es natural. El comportamiento de un gasto es tan distinto al del otro en relación con la riqueza que la cosa llama mucho la atención y el tránsito es progresivo (por eso el interés de poner las correlaciones año a año) como si fuera cine.

      Por lo que comentas en el ámbito más hispano-doméstico, la devaluación “psicológica” de un bien va ligada a su precio. Véase lo que ha pasado con lo del omeprazol. Todavía recordarás como yo lo que nos costaba arrancarnos hace 15 años por una receta de omeprazol de 20 (28 cap.). El famoso omapren o parizac a mil durillos la caja de 28, en vez de ranitidina (toriol, zantac, etc.) en el brote ulceroso. Por cierto, erradicados los brotes tras erradicar Pylori. Cambio en la historia natural de una enfermedad como pocas veces he conocido. ¿Cuánto gasto hospitalario y sufrimiento en perforaciones y hemorragias se ha evitado erradicando Pylori? Intercambiabilidad (intersustituibilidad) de los gastos (gasto en farmacia que ahorra hospitalario). Poner la cápsula de omeprazol a pocos céntimos ha contribuido a devaluarle. Si le añades el resto de prazoles presumiendo de ser lo que no son (mucho mejores que omeprazol) pero que muchos médicos sí lo creen y también muchos pacientes cuando se enteran de su precio (que influye en la capacidad de curar), la medicina defensiva y el furor preventivo (“me dé un protector que mi estómago es muy delicao” “tome, tome, no será por no gastarse unos centimicos más que no protejamos su estómago”. Con todo ello se alcanza en España el primer lugar mundial en consumo DHD de omeprazol. ¡quien nos lo iba a decir hace 15 años a los que nos pensábamos muchísimo dar el omapren en vez de toriol! Es lo que tiene hacerse mayor: que ves de todo.
      Respecto a precios, el de los fármacos en España es en su conjunto menor que el de otros países europeos. Pero eso es una cosa y otra que el precio de los medicamentos que realmente se prescriben (no el del promedio del vademcum) sea cada vez más europeo, o incluso mayor que el de algunos países más ricos que nosotros. Es lo que tiene la globalización: las farmacéuticas tampoco iban a consentirle a la que hasta no hace mucho era la 7ª economía mundial unos precios mucho más bajos que los que le consentían a Italia o a Francia o a Finlandia. Otra cosa será lo que pueda ocurrir a partir de ahora producto de las bajadas de los últimos y próximos años, la introducción del nuevo modelo de copago y la necesaria limpieza del vademécum público que hay que hacer para no seguir financiando lo que otros países mucho más ricos que nosotros ya hace tiempo que retiraron de su financiación pública.
      Pero bueno, Paco, todo se andará y lo veremos… si hay suerte y salud.
      Un fuerte abrazo
      Juan

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