DIEZ PROPUESTAS PARA CORREGIR EL RUMBO DE LA PANDEMIA COVID19
Seminario de Innovación en Atención Primaria “Del estado de alarma al estado de solidaridad” (aquí). @siapcovid19
Ante la deriva sin control de la pandemia covid19, el grupo de más de 350 profesionales y legos que participa desde marzo de 2020 en el Seminario covid19 “Del estado de alarma al estado de solidaridad”, exige:
1. Suspensión
de los llamados pasaportes covid19, por ir contra la ciencia, la ética y la
solidaridad, y por fomentar la discriminación, estigmatización y marginación de
no vacunados, especialmente dolorosa en infancia-adolescencia.
2.
Mantener
el principio básico del primum non nocere (primero, no dañar) y por ello
exigir una moratoria de la vacunación a la población infantil sana.
3.
Suspensión
de la obligación del uso de mascarilla en exteriores.
4. Adaptar
el rastreo de casos a la situación epidemiológica, valorando su oportunidad en
cada situación y paciente (según el cuadro clínico y la capacidad de contagio).
5. Alejarse
de “la vacuna es la solución» promoviendo vacunas “sociales”, como disminución
de la pobreza.
6. Salir
de la “niebla pandémica” revitalizando la salud pública para tener datos,
información y conocimiento.
7. Promover
una atención primaria fuerte, dotada de personal y medios suficientes, en que
cada persona encuentre profesionales “de cabecera”, conocidos y polivalentes.
8.
Facilitar
y fomentar el debate público científico, ciudadano y ético sobre la pandemia y
las medidas tomadas y a tomar, en que pesen tanto los argumentos de eficacia
como los de eficiencia (valoración del bien social general), y tanto las
opiniones de expertos como las de quienes se ven afectados.
9. Desarrollar
políticas generales, sociales y médicas que contrarresten la Ley de Cuidados
Inversos (reciben más cuidados quienes menos los precisan, y esto se cumple con
mayor rigor donde los servicios se orientan más al mercado).
10. Promover
la integración armoniosa y solidaria de todos los miembros de la sociedad siguiendo
el lema: “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad.
“Se me han suicidado tres pacientes en lo que va de pandemia. Todos con antecedentes psiquiátricos, lo cual tampoco significa mucho porque lo importante no es esto, lo importante es que son los únicos tres suicidios que recuerdo desde que estoy en este cupo, 2011. No recuerdo ninguno más. No podemos seguir así”, relata en diciembre de 2021 un médico de familia de un centro de salud español.
El germen (SARS-CoV-2) se encontró a una sociedad enferma y con grandes sectores indefensos, de ahí la altísima mortalidad. Bien lo demuestra que la mortalidad es más elevada en la población con peores condiciones sociales (pobreza, malas viviendas, hacinamiento, trabajos precarios, etc), condiciones que también se reproducen en las residencias de ancianos, donde el fallecimiento se produjo a veces por covid19 en sí, pero otras veces porque se agravaron morbilidades previas, o porque el aislamiento impuesto y la carencia de cuidados (deshidratación, malnutrición, etc…), debido a la saturación asistencial, precipitaron el deterioro físico. Concentramos en los asilos a personas frágiles, y las tratamos con muchos medicamentos, a veces innecesarios, que incrementan la probabilidad de muerte por neumonía y por covid19 (neurolépticos/antipsicóticos, psicofármacos, opiáceos, «protectores del estómago», etc), para controlarlos. Además, gran parte de las residencias de ancianos son negocios que basan su lucro en el coste de las plazas y en la reducción de plantillas, lo cual penaliza la calidad de los cuidados. También se ha comprobado que a mayor sindicación de sus trabajadores, menor mortalidad de ancianos.
https://www.healthaffairs.org/doi/10.1377/hlthaff.2020.01011
https://www.msf.es/sites/default/files/documents/medicossinfronteras-informe-covid19-residencias.pdf
https://collateralglobal.org/article/effects-of-covid-19-in-care-homes/
No es tanto el virus como la patológica sociedad que hemos construido. La mezcla es explosiva, y el virus la prendió. Tal sociedad seguirá expuesta a pandemias similares si centramos toda la respuesta en «las vacunas biológicas». Por ello deberíamos aplicar «vacunas sociales», como una reforma alternativa a los actuales asilos, estilo reforma psiquiátrica que desmanteló los manicomios; y alternativas al capitalismo depredador que engendra desigualdad creciente y pobreza y destruye el medio ambiente. Los niveles de incompetencia en la respuesta institucional a la pandemia no dejan de crecer, en la misma medida que se repiten las consignas aireadas por el establishment científico, político y mediático, pero crecen todavía más el hastío profesional y el pánico colectivo inducido. Y no hay respuesta científica ni profesional organizada. Cada vez se superan los políticos y expertos, como con la triste propuesta del Consejo Interterritorial para la Atención Primaria, el Plan de acción para Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023
¿Qué decir de la decisión de obligar a llevar
la mascarilla en el exterior, incluso en una calle solitaria?
No hay ninguna estrategia para recuperar la
normalidad, la solidaridad y la resistencia social frente a la pandemia. Nos
estamos instalando en el egoísmo y la discriminación de la solución fácil de un
“Estado vacunal”, de tercera dosis generalizada y vacunación desde la más
tierna infancia, y la siguiente etapa será la cuarta y repetidas dosis, para
“combatir” las sucesivas nuevas variantes, y así seguir llenando los bolsillos
de los accionistas de las industrias farmacéuticas al tiempo que se incrementa
el individualismo, el control social, la desigualdad y la pobreza. El mensaje
que recibe la población es contradictorio, confuso y alarmista y el que reciben
los profesionales, similar y a veces insultante.
Dada la gravedad de la situación, el nulo debate, los ataques a derechos fundamentales y el daño que se produce con medidas sin evidencia o directamente en contra de la misma, EXIGIMOS:
1.
Suspensión
de los llamados pasaportes covid19 pues ni siquiera cumplen el fin con el que
se pretenden justificar (disminución de contagios). Y en ningún caso el fin
justificaría los medios, una premisa que se ha ignorado con frecuencia durante
la pandemia. Los certificados covid19 carecen de ciencia y de ética. Y menos si
con ellos se pretende discriminar y dificultar la vida social y laboral de
quienes no se hayan vacunado, para forzarlos, pues la duda vacunal merece
respuestas más científicas, humanas y respetuosas. El colmo es la
discriminación, estigmatización y marginación de la infancia-adolescencia no
vacunada. En todo caso, además, detener la promoción
de la vacunación obligatoria, una medida violenta que no tiene que ver con la
salud sino con la política ya que pretende ocultar el fracaso institucional en la gestión de la
pandemia, tanto nacional como internacional. Es una violación de tratados
internacionales que protegen a las personas de recibir tratamientos médicos en
contra de su voluntad y un precedente absolutamente inaceptable hacia una
deriva totalitaria con la excusa de la salud.
2. Moratoria
de la vacunación a la población infantil sana, por razones científicas y éticas
(y para evitar efectos adversos como miocarditis, más frecuentes con las
vacunas que con la propia covid19). En esto, como en todo, conviene no
abandonar el primum non nocere, principio que se ha ignorado
frecuentamente en la pandemia, con el consecuente exceso de muertes (por
covid19 y por no covid19). Además, conviene fomentar la declaración de las
sospechas de reacciones adversas, por profesionales y legos.
3. Suspensión
de la obligación del uso de mascarilla en exteriores, medida puramente teatral,
y absurda donde las haya. Respecto a su uso en interior, y dado el contagio por
aerosoles quizá mejor la FFP2 y abaratar su precio hasta la gratuidad cuando
sea prudente. En todo caso, recomendar evitar los lugares mal ventilados y el
hacinamiento.
4. Adaptar
el rastreo de casos a la situación epidemiológica, valorando su oportunidad en
cada situación y paciente (según el cuadro clínico y la capacidad de contagio),
como en brotes de supercontagiadores. Abaratar las pruebas de auto-diagnóstico
y propiciar que se puedan cumplir aislamientos y cuarentenas mediante apoyo
económico y habitacional digno (y en su caso auto-justificación de ausencia al
trabajo, sin precisar visita médica administrativa), independientemente del
estado de vacunación (los vacunados se contagian y contagian). Propiciar que,
si hay covid19 en la infancia y se requiere aislamiento y/o cuarentena, puedan
ser sus progenitores quienes los cuiden, activando un permiso especial.
5. Alejarse
«de la vacuna es la solución» promoviendo vacunas “sociales”, como disminución
de la pobreza, especialmente infantil, apoyo a las comunidades y sus
organizaciones, a la juventud y sus propuestas alternativas, etc para paliar el
especial impacto de la covid19 en distintos grupos sociales. También, promover
la sindicación de los trabajadores socio-sanitarios y sanitarios de las
residencias de ancianos. Así mismo, apoyar iniciativas que disminuyan como
“solución final” la reclusión en tales residencias ofreciendo alternativas
incluso de auto-organización.
6. Salir
de la “niebla pandémica” revitalizando la salud pública para poder tener
siquiera datos comparables en series oficiales, y conseguir que se genere
información y conocimiento. Valorar y aprender de los aciertos y errores en la
respuesta pandémica, nacionales e internacionales. Evaluar la efectividad de la
vacunación con estudios semi-experimentales. Analizar cuestiones tan simples
como «comparar vacunados con no vacunados según hayan pasado antes la covid19»
y «comparar vacunados con no vacunados según la medicación a que estén
sometidos». También, acceso completo a los contratos firmados con las
industrias y a los datos brutos de los ensayos clínicos de las vacunas covid19.
En general, promover el abandono de la polimedicación innecesaria y “popular”,
como la que incluye neurolépticos/ antipsicóticos, psicofármacos, opiáceos,
«protectores del estómago», etc.
7. Promover
una atención primaria fuerte, dotada de personal y medios suficientes, en que
cada persona encuentre profesionales “de cabecera”, conocidos y polivalentes.
Con agendas que aseguren el contacto con los mismos en 24 horas, virtual o
presencial. Una atención primaria fuerte abierta a la innovación y la
auto-gestión que ofrezca la mejor calidad con seguridad.
8. Facilitar
y fomentar el debate público científico, ciudadano y ético sobre la pandemia y
las medidas tomadas y a tomar, en que pesen tanto los argumentos de eficacia
como los de eficiencia (valoración del bien social general), y tanto las
opiniones de expertos como las de quienes se ven afectados. Generar espacios de
diálogo con la ciudadanía, ya que los puntos de vista distintos al relato
oficial son habitualmente excluidos de las medidas políticas y censurados en
los medios de comunicación.
9. Desarrollar
políticas generales, sociales y médicas que contrarresten la Ley de Cuidados
Inversos (reciben más cuidados quienes menos los precisan, y esto se cumple con
mayor rigor donde los servicios se orientan más al mercado). Por ejemplo,
dotando de presupuestos suficientes la Ley de Dependencia. Cuidar especialmente
las necesidades de las personas institucionalizadas como los pacientes crónicos
de centros psiquiátricos (unidades de rehabilitación psiquiátrica) y privadas
de libertad como prisiones, donde persisten grandes restricciones para las
comunicaciones y las actividades generales.
10. Promover
la integración armoniosa y solidaria de todos los miembros de la sociedad,
buscando colectivamente formas sociales que puedan dar respuesta a nuestros
desafíos: “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”.
La ideología de la salud a toda costa es una
fuerza motriz dominante en las sociedades desarrolladas, por eso al poder le es
tan fácil imponer medidas coercitivas, de manera que se acepta, incluso se
agradece, cualquier medida aparentemente orientada a controlar la pandemia, a
salvarnos. Tan es así que se anula la capacidad social de reflexionar sobre
otras amenazas; o de analizar la efectividad y las consecuencias sociales de
las medidas adoptadas.
Tampoco se reflexiona sobre las consecuencias
sociales de nuestro modelo de desarrollo, de los abusos que se comenten en los
países pobres y de la falta de comprensión de su cultura y de sus prioridades.
Cuando gran parte de la población sufre pobreza, hambre o guerras, las personas
prefieren resolver el hambre u otras amenazas ciertas de muerte antes que la
improbable debida a un virus.
Para el establishment es más fácil demonizar
toda duda sobre las medidas propuestas para afrontar la pandemia, incluida la
vacunación, etiquetándolas de negacionismo. Pues bien, parece llegado el
momento de poner en evidencia tanto los aciertos como las incompetencias;
discriminar entre tanta medida contradictoria; permitir y estimular el debate
social y científico sobre las medidas a adoptar, por encima de la inercia de
los políticos, cuya lógica les impele a hacer algo, aunque sea erróneo, con tal
de mostrar firmeza y mantener el poder.
Hay que incorporar al debate qué medias queremos, qué modelo de vida y salud queremos, qué solidaridad estamos dispuestos a otorgar y qué libertades estamos dispuestos a perder.
Autoría colectiva: SIAPCOVID19
"Se me olvidó otra vez que tú nunca me quisiste! Se me olvidó otra vez que solo yo te quise! Se me olvidó.." Mana
ResponderEliminarTres virus hay que erradicar del planeta tierra, y según mis recientes estudios en medicina serían 5 el total de los virus mandados a la papelera de la historia.
El primero a erradicar es el ciudadanismo, o como se diga, este más que un virus es un cáncer.
El segundo y el tercero se llaman Estado y capital.
Claro, se me olvidó otra vez que la fracción de clase conocida como aristocracia obrera, (vendidos hasta el tuétano y cómplices colaboradores de todas las miserias, también de esta última que nos ocupa) hasta en sus más lúcidos momentos! no pueden ir más allá sino de apuntalar tanto el ciudadanismo, como el Estado y el capital.
Entonces la obra a realizar, ese gran regalo a toda la humanidad, es trabajo de los de siempre, de los sucios y piojosos vagabundos.
Que tengan un buen dormir, y ánimo y suerte, ustedes también la van a necesitar. Nosotr@s a desmontar el edificio, caiga quien caiga, para que realmente lo nuevo pueda florecer.
Salud y Libertad!
MIL GRACIAS POR TU TRABAJO Y ARTÍCULOS.
ResponderEliminarEres un profesional de los piés a la cabeza.
Gracias de corazón.
salut i solidaritat, ja prou de negociar amb la salut, prou de cures inverses
ResponderEliminarTotalment d'acord! Estem agafant "elrabano por las hojas". Els interessos del pocs amos d'un sistema assassí (fams, migracions, guerra, precarietat laboral, atur) ens tenen embaladits i, sense voler, contribuïm a la desraó dominant.....
ResponderEliminarPara los tratamientos erroneos de la neumonitis habria que sacar a la luz los resultados de las autopsias que hicieron los medicos italianos a escondidas...Ahi esta la clave de la fisiopatologia del cuadro grave de Covid19 y , lo mas importante y necesario de acallar, SU TRATAMIENTO , pues ya no estaria justificada la vacunacion autorizad de emergencia e indiscriminada y coactiva a la poblacion informada.
ResponderEliminarExcelente. ¿Dónde hay que firmar?
ResponderEliminarBuen trabajo.
Como, a fecha de hoy, poco más cabe añadir en defensa de la racionalidad, ¿tiempo para el relajo?
Sobre los “datos”, ese fetiche de nuevo cuño, sin cuya invocación parece que nada puede ser verdad:
DATAMANIACS:
- La ministra: Un dato no hace granero, pero me contenta al reportero
- La analista: Dame datos, que donde hay datos hay apaño
- La experta: Con la de datos que hay, quién necesita pensar
- Los sociópatas: Dato a dato hasta la datadominación total
- La ciudadana: Y a mí qué, mientras no se me quede el móvil sin datos...
- El prudente: Yo simplemente evito lo que me da tos
- La escritora: ¡Qué datartazgo!, me traslado a la postdata
- (...)
Una sociedad abrumada con datos que no puede abarcar, comprender ni manejar, superDATADA pues, no es necesariamente más inteligente. Pero abre el camino para su sustitución (de ambas: la inteligencia y la sociedad) por la “inteligencia” artificial.
¡Y no pasa ná!, quicir.
MR
También agradezco todas estas reflexiones q ponen en evidencia las diferentes expresiones de falta de solidaridad, humanidad, rigor cientifico, nula visión de las verdaderas necesidades en salud etc.
ResponderEliminarQ toda esta situación nos haga reflexionar a todxs y consigamos una libertad de acción y pensamiento.
Muchas gracias por el este trabajo
Alivia lee con sentido común al menos algunas personas de la sanidad, porque me he estado preguntando desde el principio si se han creído todo con decenas de cambios en protocolos, sin respaldo ninguno de la administración, ni personal, ni dinero, constante aumento de la carga de trabajo, creo que no querian que pararais mucho a reflexionar. Y no se ve un duro, bueno sí 500 millones para test que siguen sin ser un diagnóstico sin clínica. Respecto a estas vacunas de la farmamafia no me las creo en absoluto,cuanto dicen que están ganando por minuto? otra cosa es que hubieran liberalizado las patentes, entonces y sin dejar de observar resultados podria ser. Enfin ojalá y salgamos a oponernos en masa o cada cual en su quehacer a este sinsentido que tanto daño nos está haciendo como sociedad e incluso a la concepción de salud externalizada y superdependiente. Un abrazo
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