Sin remedio. Al menos, con los mimbres actuales. Atención Primaria no tiene arreglo y, sin
ella, se nos desmorona el Servicio Nacional de Salud. Que de nacional le
queda poco, dicho sea de paso. Pero vayamos por partes.
El problema no es la pandemia, vaya eso por
delante. El COVID19 ha sido la puntilla para un toro estoqueado que
agonizaba desde hace décadas, buscando las tablas. Entiendo que, en estos
tiempos, esta metáfora taurina no sea del agrado de muchos, pero me sirve.
Porque vi a Atención Primaria ponerse de moda en los 80, conseguir ilusión,
autoestima, energía, «Salud para todos en el año 2000», ¿recuerdan…?
Parafraseando a Vargas Llosa en «Conversación en la Catedral» — la llevo
avanzada —: «¿Cuándo se nos jodió el invento?».
A estas
alturas, sirve de poco rastrearlo. Es más útil, sin embargo, poner de
manifiesto la cuadratura del círculo. Por ejemplo, la gratuidad de acceso al
servicio. Y no quiero perderme en ese debate, solo subrayar el hecho. Servicio esencial sin más coste que lo ya
pagado vía impuestos. Segundo, lo inmediato; demora cero. La población y,
más arriba, los responsables políticos y de gestión no van a tolerar retrasos en
el primer nivel de atención. Lo que nos lleva a la gran ventaja de nuestro sistema: enorme accesibilidad, puerta
abierta de par en par. Pero una vez dentro… ¿qué?
Los
responsables políticos y de gestión anduvieron finos con la adaptación de lo
anterior a los cambios demográficos de las últimas décadas. De la población y
del personal sanitario, especialmente el facultativo. Una población cada vez más añosa es sinónimo de progresivamente más
enferma, más necesitada de cuidados. Un conjunto de pacientes crónicos
polimedicados que precisan de actos médicos complejos y más duraderos y,
especialmente, muchos más cuidados de enfermería.
Los cambios
de gestión en los hospitales tendieron a hacerlos más eficaces, más rentables.
Por tanto, una buena parte de las cohortes de pacientes crónicos fueron
descargados a Atención Primaria, complicando aún más sus agendas y sus
recursos.
Atención Primaria tuvo que recibirlo todo,
sin que cambiaran un ápice sus sempiternas exigencias de accesibilidad. Con
una presión siempre creciente desde los organismos centrales, que le trasladaron
una informatización hipercontroladora y sofocante, y una carga burocrática nada
desdeñable.
Cuadratura
del círculo, pues: atención inmediata a coste cero, asumir pacientes
envejecidos, crónicos y complejos, y adaptarse a la nuevas exigencias de
gestión y control informático. Actos
médicos de cinco o seis minutos para pacientes ancianos de escasa capacidad de
reacción y comprensión, en un entorno cargado de clics y pantallazos — si no se
cae el sistema —.
A ello le
añadimos problemas específicamente laborales: una conspiración de silencio para demorar oposiciones y convertir la
primera mitad de la carrera profesional en el terreno de la precariedad y el
contrato basura. Algo que no pasó en Educación o Justicia, por ejemplo. A
este pacto diabólico se le une una
incapacidad de todas las administraciones para detectar que, a partir del 2015,
habría una jubilación en masa de médicos de Atención Primaria. ¿Qué
importa, verdad? Otro elemento para la cuadratura del círculo.
El círculo
se termina de cuadrar por una cultura instalada en la sociedad y que los
políticos y responsables de gestión no han hecho sino alimentar: la visión de Atención Primaria como
segundona en la Atención Sanitaria, y la concentración del prestigio en la supertecnología de los superespecialistas hospitalarios. No extraña: Primaria no daba votos. Aunque
de largo proporcione mucha más Salud a la población.
Nuestros
jóvenes médicos, nada inmunes a todo esto, empezaron a abandonar Atención Primaria de
muchas formas. Y, confrontados ante jornadas laborales de sesenta o más actos
médicos, agresiones, presiones y cinismo desde los estratos directivos,
precariedad y otros puteos, no pocos van
emigrando hacia una Europa donde todo este panorama varía sustancialmente.
Por no hablar de las retribuciones, que no se vive del aire.
Y sobre
este círculo cuadrado — «la mejor Sanidad del Mundo», según proclamaban muchos
ilusos — llegó el COVID19. El resultado: Madrid 2020. Y mañana, España entera. ¿No hay médicos? Sí que los hay.
Ofrézcanles buenas condiciones laborales, y ya verán cómo
emergen de la nada. Y, de paso, empiecen a dar pasos concretos para
desmontar la cuadratura del círculo. Porque así, no.
Firmado: Federico Relimpio, médico y escritor
¿De verdad faltan médicos? (aquí)
Fuga de médicos: más de 17.000 certificados para ejercer fuera de España desde 2015.
EL INDEPENDIENTE, 23 -9-2020 (aquí)
Gracias a Federico por su comentario, pesimista pero real. A pesar de todo no queda otra que hacer auto y heterocrítica y seguir trabajando por sacar a la A. Primaria y Comunitaria del pozo.
ResponderEliminarDe pesimista nada. Diría yo que es optimista. El escribir subrayando los agujeros negros del sistema abre una ventana esperanzadora sobre un futuro cuando alguien se dará dolorosamente cuenta de que ya no se podrá seguir políticamente con un Glasgow inferior a 8 pensando que todo va bien. Entonces será tarde y habrá que reformar el sistema de prisa y corriendo ya que no será posible enmendar errores de varios lustros.
EliminarSolo puedo darte las gracias por poner ordenado lo que muchos llevamos años viendo, pero sin saberlo transmitir...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que expones. El problema es que ahora es muy tarde para tomar medidas que alivien a la AP. No hay más que recordar lo que pasó con el mini-copago farmacéutico, que fue criticadísimo tanto por la población como por los políticos que en ese momento estaban en la oposición calificándolo como “repago”, para imaginar lo que ocurriría si se intentara ahora, por ejemplo, el pago por acto médico. Lo mismo que si se intentara mejorar las retribuciones de los sanitarios y menos los de Atención Primaria, todo el mundo se nos echaría encima.
ResponderEliminarPara colmo de males ahora van a cambiar las condiciones de jubilación para que los que llevamos cotizando toda la vida (37 años en mi caso) muy por encima de lo que nos correspondería, de tal manera que tampoco nos podamos prejubilar (exhaustos como estamos) a los 63 o 64 años, porque nos van a restar un 8% por cada año de adelanto descontándolo de la cuantía de la pensión en lugar de de la base reguladora como ocurría hasta ahora.
Parece ser que también somos culpables de que no haya dinero para las pensiones. ¿Qué os parece?
Como dice Amando, no puedo ocultar mi pesimismo. Al menos, a medio plazo. Las razones no caben en este recuadro, y andan ya en mi cabeza, a ver si componen un nuevo post. Si Juan me acepta el abuso, aquí lo veréis dd nuevo. Gracias a vosotros por el coraje. Por la paciencia. Por la valentía. Por tantas cosas...
ResponderEliminarComo dice Amando, no puedo ocultar mi pesimismo. Al menos, a medio plazo. Las razones no caben en este recuadro, y andan ya en mi cabeza, a ver si componen un nuevo post. Si Juan me acepta el abuso, aquí lo veréis dd nuevo. Gracias a vosotros por el coraje. Por la paciencia. Por la valentía. Por tantas cosas...
ResponderEliminarComo Medico de Primaria jubilado por decisión de unos políticos ineptos estoy de acuerdo
ResponderEliminarQuerido Federico, no se si te acuerdas de mí , coincidimos en la carrera y en otros lugares, lo que has comentado no es nada nuevo , he pasado por todo tipo de situaciones en AP desde lo más bueno , hasta situaciones horrorosas , con cabreos monumentales , no ya hacia los usuarios , que también. Cabreos por el sistema, lo mal que está gestionado, desde el n de pacientes por consulta pasando por la precariedad laboral , donde te das cuenta que más que falta de inversión, que también , es llamativo la mala gestión del sistema, la pésima optimización de los recursos existentes , por qué están optimizados con criterios políticos no sanitarios , pasando por imponer un copago , daría más detalles pero sería interminable. Daría la impresión que esta pandemia va a favorecer algunos cambios en la gestión de recursos , que estaban ya obsoletos y ningún partido se atrevía a cambiar por miedo a perder electorado. Un abrazo
ResponderEliminarA todo esto nadie explora la si reconocida rama funcionaria de la medicina :"inspección médica "jerarquías del poder político de turno : Gestores :directores de procesos con y sin ingreso subdirectores medicos médicos de admisión médicos de transmisión de instrucciones de .......q repiten sus on line Existencia ,......utilidad......????? Gente con máster:ja ja ja de "gestión " sin experiencia clínica ni veteranos ,pero dispuestos a aceptar una trinchera política,q no de enfermos y enfermedades.La inspección apenas si entre los avisos de las mutuas y la labor de los primaria ,hinca la fuerza de su trabajo administrativo en valorar la cantidad de neurosis de renta la colección de "bajistas profesionales" a los q es incapaz de cuestionar y dar el alta ,y enferman los médicos qven enfermos y no hay repuesto .
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