Sin remedio. Al menos, con los mimbres actuales. Atención Primaria no tiene arreglo y, sin
ella, se nos desmorona el Servicio Nacional de Salud. Que de nacional le
queda poco, dicho sea de paso. Pero vayamos por partes.
El problema no es la pandemia, vaya eso por
delante. El COVID19 ha sido la puntilla para un toro estoqueado que
agonizaba desde hace décadas, buscando las tablas. Entiendo que, en estos
tiempos, esta metáfora taurina no sea del agrado de muchos, pero me sirve.
Porque vi a Atención Primaria ponerse de moda en los 80, conseguir ilusión,
autoestima, energía, «Salud para todos en el año 2000», ¿recuerdan…?
Parafraseando a Vargas Llosa en «Conversación en la Catedral» — la llevo
avanzada —: «¿Cuándo se nos jodió el invento?».