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sábado, 21 de octubre de 2017

Colaborar con "alimentos saludables": poca broma y poca ciencia

Fabricantes de supuestos alimentos acuerdan colaborar con sociedades teóricamente científicas para promocionar sus productos. Cuatro casos como muestra. Quizá el más conocido sea el de la Asociación Española de Pediatría y las galletas Dinosaurus (aquí y aquí). La marca dispone de una web para pediatras a través de la cual pueden solicitar muestras gratuitas para distribuirlas en su consulta. También el caso de la Sociedad Española de Arteriosclerosis y los Donuts (aquí). Otro es el de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación y el Bollycao (aquí). Y en cuarto lugar, el caso de Colacao y la SEPAP (aquí, aquí y aquí). Estos "acuerdos de colaboración" van poco más allá de un "blanqueo saludable" a cambio de contraprestaciones económicas.




Pero los fabricantes de "alimentos saludables" también contratan a famosos para promocionar sus productos. Bertín y Fabiola, el matrimonio Osborne, no son los primeros en promocionar el Danacol como alimento "sano" que baja el colesterol (casi como si de un medicamento se tratara). Que yo sepa, antes lo hicieron TricicleVicente del BosqueCarlos SoberaMiguel Indurain y el difunto Manolo Escobar. La recomendación de "alimentos sanos" por famosos es uno de los niveles de la Pirámide de la Evidencia Cuñada.

Esta propaganda de Danacol se cobija bajo el paraguas de la "hipótesis del colesterol": el colesterol de la dieta aumenta el colesterol en sangre y este incremento aumenta el riesgo de sufrir un evento cardiovascular. Por lo tanto, el mensaje que se manda es el de lo saludable que resulta consumir Danacol que baja el nivel de colesterol en sangre y, por tanto, el riesgo de sufrir un evento cardiovascular. Aunque esto último se cuidan bien en no afirmarlo pues en ningún momento nadie ha demostrado tal cosa. El Danacol y la "hipótesis del colesterol" se legitiman mutuamente. Y, de paso, de este refuerzo salen también ganando los fabricantes de estatinas puesto que si el sujeto no consigue reducir el colesterol en sangre mediante el Danacol es posible que acabe en la consulta de su médico solicitando medicación para ello. De la compleja relación entre investigación científica, industria alimentaria, "hipótesis del colesterol" y consumidores, nada como este trabajo de Rebeca Ibánez del CSIC a propósito del caso de la margarina en los EEUU.

Pero la "hipótesis del colesterol", como gigante con pies de barro, cada vez se sostiene menos (aquí). Especialmente desde que sabemos que durante los años 60 las azucareras compraron a eminentes científicos para culpar de los infartos al consumo dietético de colesterol y ocultar los efectos del consumo de azúcar (aquí, aquí, aquíaquí y aquí). Uno de los últimos estudios publicados es esta revisión del BMJ que encuentra una asociación inversa entre las cifras de LDL colesterol y la mortalidad por cualquier causa en sujetos mayores de 60 años (a más colesterol, menor riesgo de mortalidad). Algunos autores afirman que ha llegado el momento de redefinir los riesgos en la enfermedad cardiovascular pues consideran que la carga glucémica de la dieta pesa más en el riesgo que la ingesta grasa. Otros van mucho más allá y, tras una extensa revisión de la literatura científica centrada en Japón, afirman que la "hipótesis del colesterol" es el mayor error de la ciencia médica del siglo XX. (aquí).

Por último, no deja de sorprender que sea, precisamente en las sociedades desarrolladas, bien alimentadas, con mayor esperanza de vida y renta per cápita, donde el hecho de que los particulares intenten adoptar unos «estilos de vida saludables» esté alimentando toda una industria específica de material deportivo, preparados vitamínicos, alimentos «sanos», productos dietético-naturales, dermofarmacia y prácticas alternativas, destinada a proporcionar (para hacer negocio con ella) toda la «materia prima» necesaria para llevar a cabo los «estilos de vida saludables» que los médicos legitimamos con nuestros discursos y consejos. Conviene no ser demasiado colaboracionista con estos negocios, algunos tan poco saludables. Y desde luego, algo deberían hacer al respecto un Ministerio y unas Consejerías de Sanidad que dicen proteger al consumidor. Y si a pesar de todo lo dicho, hay alguien interesado en saber qué alimentos bajan el colesterol que lea esto.



Dinosaurus lleva estampado el sello de la Sociedad Española de Pediatría



También lo llevan los cereales Cheerios de Nestlé



Bollycao lleva estampado el sello de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación



Colacao (Mi Primer) lleva estampado el sello de la Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria




La Sociedad Española de Arteriosclerosis lleva estampados los Donuts





La Fundación Española del Corazón no se queda corta:

Avecrem


MegaRed


Aguacates ligth


Leche Unicla
















Atrévete... también las del colesterol

4 comentarios:

  1. Tremendo Juan. Cuando fui presidente de la sociedad canaria de MF nos ofrecieron unos millones de pesetas por encabezar una campaña con una famosa marca de productos lácteos, en base a unos estudios científicos que aportaban. Llamaron a otras dos sociedades médicas también. Tras revisar la evidencia científica de manera independiente, no se sostenía de ninguna manera y aquello acabó en abandono por nuestra parte. Sin embargo, de las otras dos sociedades, una entró "en campaña". Lamentable y real. Un abrazo.

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  2. Buenos días
    Me siento identificado y estoy contento con este posteo
    Tu posteo me sirve mucho y te agradezco macho
    Tengo esperanzas de que sigas brindando
    y puedas seguir ayudando
    Hasta luego

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  3. El problema es que los mercados invaden toda la vida pública, en su provecho y sin ninguna consideración ética. La política ni siquiera se cosca, creo que no lo huele o sabe muy bien de que va. Por eso son tan importantes las asociaciones de consumidores.
    Es estupendo el post! Gracias

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  4. Cuando la medicina se convierte en un negocio, ¿que más da quienes se suban al carro de "lo saludable"...o es que acaso los medicamentos (muchos de dudosa eficacia) no los elaboran industrias eminente mente PRIVADAS que especulan con nuestras enfermedades en beneficio propio? Aqui hay una cuestión de trasfondo que tendria que hacernos reflexionar sobre que relaciones "establecemos", también con el cuerpo y sus demandas, como "respondemos" ante los distintos signos o señales que nos anticipan ciertas afecciones En la medicina, digamos institucionalizada, "el paciente" debe actuar casi como agente pasivo ante el mal que le aqueja, acatando indicaciones y poco más Muchos problemas de salud tienen que ver con hábitos alimenticios, condicionamientos laborales que nos causan afecciones, disfunciones...con condiciones de habitabilidad carentes de lo básico para mantener una higiene saludable...problemas que se inician, desarrollan y terminan cronificandose a pesar de los distintos tratamientos ¿por que?
    Hace falta un replanteamiento social profundo para dilucidar si "la medicina" actual en verdad "sana" o es parte del "problema" en el deterioro físico, al tratar de manera aislada algo que requiere de una mirada global, (toda persona "enferma" es parte de un contexto o realidad que influye, afecta, altera o daña su repuesta vital) por que si buscamos "mejorar la salud" tenemos que empezar por "mejorar" habitat, condiciones de vida, dejar de tratar al cuerpo como si fuera un "servidor de aspiraciones" que tiene que responder a todas nuestras exigencias...eso es RESPONSABILIDAD común, propia de un colectivo humano Las relaciones "sanas" son de igual a igual y para que eso ocurra, hace falta repalntearse y revisar la verdadera eficacia de lo establecido

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