Dos diputados del PP se entretienen durante la votación del pleno de la Asamblea de Madrid que aprobó la privatización sanitaria
Desde hace algún tiempo lo público resulta, cuando menos, sospechoso. Por lo visto, la administración pública es despilfarradora por definición y el empleado público vago por lo mismo. Al parecer, despilfarro y holgazanería forman parte del genoma de la administración pública española y sus empleados desde la noche de los tiempos; al menos, desde el “Venga usted mañana” de Larra. Con la crisis, los propios responsables políticos avivan el fuego de la sospecha, como el Secretario de Estado de Administraciones Públicas cuando manifestaba la primavera pasada que los funcionarios debían olvidarse de tanto cafelito y periódico. ¿Por qué hacía estas declaraciones uno de los principales responsables de la Administración Pública española? ¿Era necesario desprestigiar al empleado público tan gratuita y groseramente? ¿Había alguna intención en ello? Pues da la impresión de que sí. Quizá se considerara necesario para, entre otras cosas, poder expropiarle unos meses después de la paga extra de navidad casi como castigo por… tanto cafelito. Y de los mitos pasamos a los juegos de palabras del consejero Lasquetty: que no es privatización que es externalización, aclaraba a los ciudadanos hace pocos días. La consejería de sanidad de Madrid, en contra de la evidencia de fuera y de la de dentro, privatiza la gestión de unos cuantos hospitales y centros de salud madrileños siguiendo el lema del hasta hace poco líder de los empresarios españoles. “La mejor empresa pública es la que no existe”, decía Díaz Ferrán en su primer discurso como Presidente de la CEOE en 2007 cuando se manifestó partidario de "externalizar todos los servicios públicos" con el argumento de que funcionan mejor y ofrecen más calidad. El tiempo y la Justicia han puesto a Díaz en su lugar. No privatizamos nada, sólo externalizamos, que no es lo mismo, dice ahora Lasquetty, siguiendo el mantra diazferranil. El juego de palabras es importante en este caso como lo demuestra que algunos diputados del PP madrileño jugaran al “apalabrado” en plena votación de dicha privatización, desentendiéndose con ello de lo que ocurriera con la sanidad de los madrileños. Ya se sabe, la obediencia debida o, más eufemísticamente, la disciplina parlamentaria. Si "el amo" ya ha decidido qué tenemos que votar, no perdamos el tiempo y juguemos al "apalabrado". El ingreso en política tendría que tener alguna exigencia intelectual y de solvencia moral. Porque claro, si seguimos el hilo argumental del topicazo diazferranil, lo siguiente en externalizar o privatizar debería ser el propio gobierno autonómico madrileño y, especialmente, la mismísima consejería de salud. ¿No es más eficaz y eficiente la gestión privada? Pues nada, privatícense a ustedes mismos. La erosión del crédito de lo público no es casual, ni es casual quién erosiona ni lo hace porque sí. Es un incendio provocado con un fin concreto: una vez quemada la madera del bosque del servicio público vender ésta al mejor postor privado. Y si este es amiguito del alma, mejor. No estaría mal que los que gestionan lo público manifestaran ciertas convicciones sobre su tarea y dispusieran de cierto background acreditativo pues tener a diazferraniles gestionando la cosa pública es como tener pirómanos en el parque de bomberos. Esperemos que el tiempo y la Justicia pongan en su lugar a los bomberos pirómanos que puedan surgir... y a sus amiguitos del alma. Necesitamos un reforma legal que implante un sistema electoral en el que los cargos electos sean directamente responsables antes sus votantes en vez de serlo ante la cúpula de sus partidos. Quizá así se jugaría menos al "apalabrado" mientras se votan cosas importantes.
Feliz año Juan y gracias por tu trabajo que nos traduce, de manera tan clara, los datos a conocimiento. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Juan por saber plasmar con tus palabras lo que todos pensamos y acercarnos mas con tu análisis a las cosas que se nos escapan. Un abrazo y ¡Feliz año! Marina
ResponderEliminarFeliz año nuevo,Juan. Desde Valencia no olvidamos tu magisterio. Probablemente Beteta es funcionario. Ese comentario es típico de su ralea. Piensa el ladrón......
ResponderEliminarLo triste es que una vez q destrocen la sanidad pública (y la enseñanza) costará volver a levantarlo.....
dedejaremos
Feliz año Juan desde Elx
ResponderEliminarMe parece fenomenal el comentario.Real, como la vida misma. Y la analogía perfecta.UN PIRÓMANO BOMBERO¡¡¡¡.O también EL LOBO GUARDANDO LAS OVEJAS¡¡¡¡.Si realmente estos ¿representantes públicos? lo fueran, tendrian que dimitir, por inútiles, por incapaces de solucionar los problemas de la Sanidad Pública: Pero no, es aprovechar los problemas para
ResponderEliminarprivatizarla.....con lo cual EL NEGOCIO ESTÁ SERVIDO.Si estos impresentables tuvieran que rendir cuentas a sus electores, otro gallo les cantaría....!!!LISTAS ABIERTAS YA¡¡¡.
Encontré esta página hace mas de dos años y no paro de compartirla...
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