Texto original publicado en inglés en PULSE el 28 de noviembre de 2023, titulado:
“We need to talk to patients about quality, not quantity, of life”
Traducción-adaptación de Juan Gérvas, Doctor en Medicina, médico rural jubilado, ex-profesor de Salud Pública, Equipo CESCA, Madrid. En rojo van algunas anotaciones-aclaraciones del traductor.
Necesitamos hablar con nuestros pacientes sobre la calidad, no la cantidad, de vida
Tras el informe del profesor Chris Whitty sobre la salud en una sociedad que envejece, el Dr. Burnt Out dice que los médicos de cabecera deben tener conversaciones difíciles con los pacientes mayores sobre cómo priorizar su calidad de vida en lugar de prolongarla.
Estimado lector:
En su día, Sir Kingsley Amis CBE (1922-1995) declaró: “No vale la pena
renunciar a ningún placer por dos años más en un geriátrico de
Weston-Super-Mare "*. En la actualidad
diríamos que no vale la pena renunciar a ningún placer para pasar dos años en
cualquier asilo (residencia de ancianos), aunque sea un geriátrico en una
preciosa ciudad con playa, como Weston-Super-Mare (Reino Unido).
Puede que el difunto escritor Sir Kingsley fuera demasiado lejos, pero parece
que incluso el jefe médico de Inglaterra (Chief
Medical Officer for England), el profesor Chris Whitty, está de acuerdo
con él.
En su informe anual 2023, publicado este mes de noviembre, “Chief Medical Officer’s annual report 2023: health in an ageing society” https://www.gov.uk/government/publications/chief-medical-officers-annual-report-2023-health-in-an-ageing-society
el profesor Whitty afirma que tenemos que hablar con los
pacientes ancianos sobre la calidad y no la
cantidad de la vida. También afirma que este debe ser uno de los principales
objetivos de la gestión y la práctica médica.
Por desgracia, vivimos en la era de la medicina general digitalizada e
industrializada, en la que a nuestros pacientes se les administran medicamentos
como las estatinas, cuya prescripción se valora por el impacto en cifras (la biometría, en este caso niveles de colesterol,
HDL,LDL y otros lípidos) no en salud, por no mencionar los incentivos
económicos que deben cumplir los médicos de cabecera, como el QOF (Quality and Outcomes Framework, conjunto de indicadores
que promueven la evaluación de la calidad médica mediante la citada biometría).
Se puede decir que la falacia de McNamara reina en nuestro sistema de atención
primaria (McNamara impuso en la guerra de Vietnam
lo que era fácilmente medible como “éxito”, los vietnamitas muertos, lo que
llevó a matanzas de civiles, incluyendo niños, porque lo que se medía e
incentivaba eran las “cabezas de vietamitas muertos”, fueran o no combatientes).
¿Con qué frecuencia tenemos tiempo para plantear a nuestros
pacientes, especialmente a los mayores, preguntas difíciles sobre su salud? Por
ejemplo:
"¿Quiere pasar los últimos años de su vida yendo y viniendo a hospitales
para recibir un tratamiento que probablemente no funcionará y que tendrá
horribles efectos secundarios?
¿Le importa tomar 14 medicamentos al día?
¿Puede hablarme de los efectos secundarios de todos los medicamentos y
tratamientos que ha recibido?”
Hay muchos médicos de cabecera maravillosos que practican una medicina
holística fantástica y que hacen las preguntas difíciles. Pero me atrevería a
sugerir que muchos de nosotros -incluido yo mismo- tendemos a rehuir las
preguntas difíciles y a tomar el camino de menor resistencia en una especie de
negación tácita y consensuada que todos sabemos que puede darse en la relación
médico-paciente. Puede que esto sea necesario en muchas ocasiones, pero quizás
a veces tengamos que hacer esas preguntas difíciles. Puede que los pacientes
nos lo agradezcan.
En torno a su informe, el profesor Whitty afirmó:
"La medicina moderna es increíble a la hora de mantener
la vida de las personas y de prolongar la vida... y esto es exactamente lo que
hay que hacer en algunos casos. Pero creo que la pregunta debería ser qué
quieren los pacientes y, sobre todo saber si
les compensan los tratamientos con efectos secundarios graves".
El director médico añadió que las familias deberían hablar
con sus parientes mayores sobre sus opciones sanitarias, deseos e
intervenciones en caso de emergencias médicas y de enfermedades graves. También
afirmó que es necesario mantener conversaciones más realistas sobre los efectos
secundarios de algunos tratamientos y dar prioridad a la calidad de vida de los
pacientes.
Además, subrayó que la mayoría de las personas mayores
quieren tener estas conversaciones, aunque a veces las rehuyen.
Por supuesto, puede ser difícil mantener dichas conversaciones en el seno de la familia ya que la negación es un factor muy poderoso.
El informe mantiene que a veces "menos es más" cuando se sopesan y equilibran los pros y los contras de los tratamientos
médicos.
El informe también destaca el envejecimiento demográfico en muchas zonas del
Reino Unido, especialmente en la costa; se prevé que los habitantes de estas
zonas envejezcan mucho más rápidamente que los de las zonas urbanas.
Ya se sabe que las comunidades costeras suelen presentar mayores desigualdades sanitarias que las de la mayoría de las demás zonas, y el estado de la medicina general en muchas ciudades costeras del Reino Unido se encuentra en una situación peligrosa.
El profesor Whitty prosiguió: "Lo que más me preocupa es
que el Gobierno y los organismos y asociaciones
profesionales no hayan reconocido hasta qué punto la población de edad avanzada
se está concentrando geográficamente. Ser una persona mayor en muchas partes
del país es extremadamente complejo... pronto estaremos en una situación en la
que una quinta parte de la población tendrá más de 65 años, y a mediados del
siglo, una cuarta parte'.
Así que, como médicos de cabecera, esto es algo que veremos cada vez más como la bomba de relojería demográfica del envejecimiento de la que habla el profesor Whitty.
Quizá tengamos que empezar a hacer más preguntas difíciles y abordar temas peliagudos como los efectos secundarios de un tratamiento en la calidad de vida de una persona y valorar en cada situación quién quiere seguir con un tratamiento concreto.
Pero no es fácil y no hay respuestas sencillas. También es probable que, como médicos de cabecera, hagamos lo que siempre hemos hecho: esforzarnos al máximo por dar un buen consejo médico e intentar hacer lo correcto con todos los pacientes que vienen a vernos. Cada consulta es diferente y única, y todas y cada una debemos conducirlas lo mejor posible, por difícil que sea.
A Sir Kingsley le interesaba mucho el envejecer, las indignidades que pueden acompañar al proceso de envejecimiento y cómo los seres humanos son capaces de afrontarlo. Escribió dos obras maestras cómicas sobre este tema: “Ending Up” y “The Old Devils”, que describen con insoportable detalle cómico las pruebas y tribulaciones de la senectud. Recomiendo su lectura: te reirás, pero también te estremecerás.
Él mismo nunca acabó en la residencia de ancianos de Weston-Super-Mare.
Espero que todos os mantengáis sanos y salvos en estos tiempos difíciles.
Atentamente,
Dr Burnt Out (Dr. Quemado)
*Disculpas, y sin ánimo de ofender a las personas de, o los médicos que
trabajan en Weston-Super-Mare. He estado allí y es un lugar muy agradable,
aunque a veces un poco borrascoso.
El Dr Burnt Out (Dr. Quemado) es un GP (General Practitioner,
médico general) en Londres, Reino Unido
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Nota del traductor:
Para poner en contexto este escrito, el traductor recomienda tres textos de su propia autoría:
Tratamiento del paciente con cáncer? ¡Quimioterapia hasta la tumba!
https://saludineroap.blogspot.com/2023/11/tratamiento-del-paciente-con-cancer.html
Carta desde “La Flor Viva”, residencia de ancianos
https://www.espaciosanitario.com/opinion/el-mirador/carta-desde-la-flor-viva-residencia-de-ancianos_1058187_102.html
Paola Roldán Espinosa. Solicitud de legalización de la eutanasia en Ecuador. Declaración del firmante como amicus curiae
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