El artículo recientemente publicado por el BIT de Navarra
titulado “Incertidumbres sobre los nuevo anticoagulantes orales en fibrilaciónauricular. Irregularidades y lagunas en su autorización”, ha motivado que cinco
sociedades científicas españolas remitieran al Consejero de Salud de Navarra
una carta de protesta. El BIT acaba de publicar dicha carta, la respuesta del
autor del artículo y una nota del comité editorial del BIT. Todo aquí.
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La carta de las sociedades viene firmada por sus presidentes pero no se sabe quién la ha redactado. El conflicto de intereses de estas entidades es tan apabullante que sonroja. La réplica del autor lo deja en evidencia. Estas sociedades han salido en tropel ante la "voz de su amo"
ResponderEliminarNo solo las sociedades cientìficas se financian así, tambièn las propias administraciones públicas se benefician de las aportaciones de multinacionales farmacèuticas interesadas por ejemplo en vender condroitin sulfato o estroncio trombogènico o condiciones de contaminaciòn ambiental a las que se responde con inhaladores en lugar de cambio de motorizaciones.
ResponderEliminarDesde Barcelona, no decaigais en vuestro ímpetu por informar a los médicos de "a pie", los cuales estamos "pervertidos" por nuestra ignorancia y falta de información independiente y sin conflictos de interés.Ya me veo un revuelo de críticas para silenciar las barbaridades que se cometen.¿No mencionan dichas sociedades las casi 200.000 muertes anuales en Europa provocadas por mal uso de los fármacos?Supongo que los daños colaterales son poco importantes...
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs verdaderamente vergonzoso e inquietante hasta que punto estamos influidos los médicos por la industria. De hecho, la mayor parte de la información que nos llega ya de fármacos, dispositivos, etc, viene de los representantes. O sea, la información con la que decidimos con lo que diagnosticamos, tratamos, etc, a nuestros pacientes es parcial y completamente sesgada. En concreto, respecto a los denominados anticoagulantes orales tipo pradaxa, su mayor grado de seguridad se tiene cuando conocemos sus concentraciones plasmáticas (algo que nos han ocultado durante años). ¿Cuántas muertes y hemorragias graves habríamos evitado y estaríamos evitando hubiésemos aplicado esto durante esos años?. Eso si, a un coste mucho mayor que el que la indicación primaria, que es el Acenocumarol (SINTROM) que, por cierto, muchos se saltan a la torrera y ofrecen los propios ACOs.
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