Esta entrada iba a salir más adelante pero la reciente publicación del Informe
del Defensor del Pueblo de 2015 aconseja su adelanto. El Informe señala (págs. 370-371) los grupos de personas que resultan especialmente perjudicados por el copago farmacéutico. Parece que
el equipo de Becerril hubiera trabajado los microdatos de
la EESE2014 pues las conclusiones del
Informe respecto de las consecuencias más lesivas del copago en algunos grupos de personas son prácticamente las mismas que se desprenderían del análisis de dichos
microdatos. ¡Chapeau!, pues, Sra. Becerril.
LA PREGUNTA
La EESE2014 investiga por primera vez en España la
dificultad de acceso por motivo económico al medicamento prescrito. Y lo hace mediante la pregunta nº 108.
Variables consideradas
La edad (categorizada en ≥ 65 y < 65 años), la clase
social, el tipo
de aseguramiento, la presencia de enfermedad o problema de salud crónico o de larga
duración que se investiga en la EESE2014 mediante la pregunta nº 22 del cuestionario
del adulto y la situación laboral actual del entrevistado que se investiga
mediante la pregunta nº 11 del cuestionario
del hogar. Se han trabajado los microdatos anonimizados correspondientes a los 22.842 sujetos integrantes
de la muestra.
Prevalencia del problema según clase social y tipo de aseguramiento
La dificultad de
acceso por motivos económicos al medicamento prescrito crece conforme se
desciende en la escala social. Testimonial entre las clases más altas (0,6% en
clase 1 y 0,7% en clase 2), se multiplica por 6 o por 8 en las clases más bajas
(3% en clase 5 y 4,6% en clase 6). Según el tipo de aseguramiento, el problema
es mayor en aquellos sujetos que tienen al SNS como único asegurador sanitario
(2,7%). Se reduce a la mitad en quienes cuentan con seguros privados de salud
(1,4%) y se reduce mucho más en los mutualistas (0,8%).
Prevalencia del problema según clase social
y tipo de aseguramiento, separando la muestra en mayores y menores de 65 años
de edad
En el conjunto de la
muestra, la dificultad de acceso por motivos económicos al medicamento
prescrito es ligeramente más frecuente (2,5% vs. 2,2%) en los menores de 65
años. En cualquiera de los dos grupos de edad, el problema crece a medida que
se desciende en la escala social. En las clases sociales más altas (1, 2 y 3),
el problema es más frecuente en los mayores de 65 años pero en las clases más bajas
(4, 5 y 6) predomina en quienes no alcanzan dicha edad. Cuando atendemos al tipo de
aseguramiento, el problema es más frecuente en los menores de 65 años (2,9% vs
2,3%) que tienen al SNS como único asegurador. Sin embargo, ocurre lo contrario
en el mutualismo: el problema es más frecuente en los mutualistas mayores de 65
que en los mutualistas menores de dicha edad. El problema muestra una
prevalencia similar en ambos grupos de edad (1,3% vs 1,4%) en los sujetos con
seguros privados de asistencia sanitaria.
Prevalencia del problema según se tenga o
no un problema de salud crónico o de larga duración en sujetos mayores y menores de 65 años de edad
Cuando consideramos
la presencia de algún problema de salud crónico o de larga duración, la
dificultad de acceso por motivos económicos al medicamento prescrito es más de
3 veces más frecuente (3,2% vs. 1,0%) en los que presentan algún problema de
salud crónico o de larga duración (“Crónicos”) que en quienes no lo presentan (“No
crónicos”). En los “Crónicos” el problema es sustancialmente mayor en los
menores de 65 años que en quienes superan dicha edad (3,8% vs 2,3%). En los “No
crónicos” el problema es ligeramente superior (1,3% vs 1,0%) en los sujetos de
65 o más años que en los que no superan dicha edad. En los sujetos menores de
65 años el problema es casi 4 veces mayor en los “Crónicos” que en los “No
crónicos” (3,8% vs 1,0%). Mientras que el problema casi se duplica en los
“Crónicos” de 65 o más años respecto de los “No crónicos” del mismo grupo de
edad (2,3% vs 1,3%).
Prevalencia del problema según se tenga o
no un problema de salud crónico o de larga duración, según clase social y tipo
de aseguramiento
La dificultad de
acceso por motivos económicos al medicamento prescrito se presenta más
frecuentemente en los individuos con un problema de salud crónico o de larga
duración (“Crónicos”) para cualquier clase social, excepto en la clase social
más alta (clase 1) en donde el problema se presenta por igual en “Crónicos” que
en “No crónicos”. El problema también es más frecuente en los “Crónicos” para cualquier
tipo de aseguramiento. De todos los subgrupos estudiados hasta ahora, el de los
“Crónicos” de la más baja clase social es el que presenta con mayor frecuencia
la dificultad de acceso por motivos económicos al medicamento prescrito (5,8%,
clase 6).
Prevalencia del problema según situación laboral actual
La dificultad de acceso por motivos económicos al medicamento
prescrito es mayor en el grupo de incapacitados para trabajar (6,4%) en el conjunto de toda la muestra. A
continuación le sigue el grupo de desempleados (5,8%). En quienes tienen al SNS
como único asegurador sanitario es también más frecuente en los incapacitados
para trabajar (6,8%) seguidos también por el grupo de desempleados (6,0%). El grupo que presenta más dificultad en el mutualismo es el de los jubilados, con
una prevalencia del problema (1,7%) no muy inferior a la de los jubilados que
tienen al SNS como único asegurador sanitario (2,3%). En el grupo de los que
tienen seguros privados de asistencia sanitaria el problema es más prevalente
en los desempleados (3,8%) y en quienes están incapacitados para trabajar
(3,1%).
CONCLUSIONES
Destaco dos de los grupos de personas a las que el
Informe de la Sra. Becerril señala como las principalmente afectadas por el
copago: “personas y familias con muy
escasos recursos económicos cuya situación no puede encuadrarse en alguno de
los supuestos tasados de exención en el copago farmacéutico”, que “deben abonar por tanto el 40 % del precio de
los medicamentos”, así como las “personas con discapacidad, en grado igual
o superior al 33 por ciento, cuyas demás circunstancias personales o de
percepción de prestaciones sociales no permite reconocerles la exención en el
copago, a pesar de las necesidades adicionales de adquisición
de medicamentos a consecuencia precisamente de la discapacidad que padecen”.
La Sra. Becerril,
con buen criterio, no habla para nada de que los pensionistas hayan sido el
grupo que haya sufrido las consecuencias más dañinas del copago en farmacia de
receta.
Como ya se ha
comentado en este blog, es entre
los activos donde hay que buscar a los más damnificados por el copago
farmacéutico. El problema es que esto ha sido siempre así y nadie, salvo
Pere Ibern, lo ha investigado. Después de lo que se observa en un mero
análisis descriptivo cruzando unas pocas variables de
la EESE2014, es urgente que el Ministerio de Sanidad y las Consejerías de Salud “busquen” a los más
perjudicados por el copago farmacéutico que no son, precisamente, los
pensionistas (ni los del SNS ni los mutualistas). Pero, claro, si nos empeñamos en la torpeza (ya injusticia, a la luz de estos datos) de suprimir el copago a los pensionistas del SNS también habrá que suprimírselo a los
pensionistas mutualistas pues la dificultad de acceso por motivos económicos al
medicamento prescrito es muy similar en ambos grupos. Y por supuesto, también habría que suprimírselo a los sujetos menores de 65 años ("crónicos" o "no crónicos") pues, como grupo, muestran una mayor dificultad de acceso que el grupo de mayores de 65 años o el grupo de "jubilados, prejubilados".
Pero vayamos un poco más allá...
Los datos de la EESE2014 expuestos en esta entrada señalan a los sujetos "Crónicos" con más dificultades por motivo económicos para el acceso al medicamento prescrito que los sujetos "No crónicos". Por otro lado, los mismos datos señalan que los sujetos por debajo de los 65 años tienen más dificultad por motivo económico para el acceso al medicamento prescrito que los sujetos de 65 o más años. Toda esta dificultad se incrementa conforme se desciende en la escala social. Esto nos obliga, por tanto, a averiguar qué ocurre con los sujetos menores de 65 años según clase social, tengan ("Crónicos") o no tengan ("No crónicos") algún problema de salud crónico o de larga duración... y lo que ocurre es esto:
Pero vayamos un poco más allá...
Los datos de la EESE2014 expuestos en esta entrada señalan a los sujetos "Crónicos" con más dificultades por motivo económicos para el acceso al medicamento prescrito que los sujetos "No crónicos". Por otro lado, los mismos datos señalan que los sujetos por debajo de los 65 años tienen más dificultad por motivo económico para el acceso al medicamento prescrito que los sujetos de 65 o más años. Toda esta dificultad se incrementa conforme se desciende en la escala social. Esto nos obliga, por tanto, a averiguar qué ocurre con los sujetos menores de 65 años según clase social, tengan ("Crónicos") o no tengan ("No crónicos") algún problema de salud crónico o de larga duración... y lo que ocurre es esto:
Figura A
Los individuos con algún problema de salud crónico o de larga duración, menores de 65 años y pertenecientes a la última clase social constituyen el subgrupo que manifiesta una mayor dificultad de acceso por motivos económicos al medicamento prescrito (7,9%), un porcentaje mayor que el que presentan los incapacitados para trabajar y los desempleados. Ahi es en donde hay que buscar. Los políticos harían bien en buscar ahí, en dejarse de demagogias y en no usar en vano a los pensionistas.
¿Estarán estos resultados "sesgados" por una supuesta mayor presencia de extranjeros excluidos del sistema entre las clases más desfavorecidas?
La Sra. Becerril habla de un tercer y último grupo de personas más intensamente afectado por el copago farmacéutico: "Situaciones
derivadas del vigente régimen de aseguramiento sanitario que conllevan una
aplicación inequitativa del copago farmacéutico: extranjeros sin autorización
de residencia; ex cónyuges de pensionistas con edad avanzada; pacientes
oncológicos y con otras enfermedades graves que han agotado las ayudas o
prestaciones sociales existentes".
Entre estas personas señala a los extranjeros sin autorización de residencia que el actual modelo de aseguramiento excluye del sistema. Veamos que ocurre cuando tenemos en cuenta la nacionalidad de los encuestados. La siguiente figura muestra el grado de dificultad de acceso por motivos económicos en los sujetos menores de 65 años que tienen algún problema de salud crónico según nacionalidad. La nacionalidad la he categorizado en dos categorías: sólo española, por un lado, y, por otro, extranjera o doble nacionalidad (extranjera + española).
Figura B
Al considerar la nacionalidad, vemos que, exceptuando en la clase 1, el problema de acceso es mayor entre los "extranjeros" y crece conforme se desciende en la escala social para ambos grupos de nacionalidad. Por lo que se refiere a la clase 6, el porcentaje de 7,9% del la Figura A (que incluye toda nacionalidad) se desdobla en dos en la Figura B: 7,5% en los que únicamente tienen nacionalidad española y 10,1% en quienes tienen nacionalidad extranjera o doble nacionalidad (española + extranjera). Los sujetos "crónicos menores de 65 años de clase 6 de nacionalidad únicamente española" manifiestan una dificultad de acceso al medicamento prescrito del 7,5%, un porcentaje todavía mayor que el mostrado por el subgrupo de "incapacitados para trabajar" o el subgrupo de "desempleados" y sólo es superado por los "crónicos menores de 65 años de clase 6 de nacionalidad extranjera o doble nacionalidad (española y extranjera)" que muestran un porcentaje de dificultad del 10,1%.
Por lo tanto, la respuesta a la pregunta es claramente NO. La no exclusión de los sujetos con nacionalidad extranjera o doble nacionalidad (española+extranjera) (n=1742) del total de la muestra (n= 22842) no invalida para nada todo lo expuesto hasta aquí. Y quien tenga alguna duda aquí tiene los microatos anonimizados para, si se quiere, repetir todo el análisis excluyendo a los extranjeros.
Magnífica entrada, Juan. Y un análisis exhaustivo de los datos. La interpretación es contundente. Para tomar nota y deshacer lugares comunes, como la repercusión en pensionistad
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