En la entrada de la semana pasada vimos como al desglosar el gasto en farmacia de
receta por tipo de usuario en Muface y SNS aparecían la sorpresa y la sospecha. Veremos qué ocurre cuando analizamos en ambos regímenes el importe de la prescripción a PVP por persona protegida según tipo de usuario, lo que atenúa la
influencia del copago. Las sorprendentes diferencias se mantienen y, por tanto, las sospechas aumentan.
Procedencia de los datos
Los datos de importe a PVP en farmacia de receta por persona protegida, por activo y por pensionista de Muface proceden de sus Memorias, la última (2013) se puede consulta aquí. Los datos de importe a PVP en farmacia de receta por persona protegida, por activo y por pensionista referidos al SNS proceden de los informes anuales que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) publica acerca del gasto en farmacia de receta en el SNS en su revista Panorama Actual del Medicamento. Como ejemplo, se puede consultar aquí el informe del último año disponible (2013). Los informes del CGCOF ofrecen el importe a PVP en el total de población protegida, en activos y en pensionistas pero no dan la información del número de activos ni de pensionistas. El CGCOF obtiene esa información del Boletín Informativo de la Seguridad Social. Pues bien, para obtener el número de activos y pensionistas en la población protegida del SNS y poder calcular el importe de la prescripción a PVP por persona y por tipo de usuario he utilizado la misma fuente de datos: el Boletín Informativo de la Seguridad Social (pág. 299).
Periodo estudiado
Los datos se refieren al periodo 2007-2013.
Los datos
Los datos y cálculos pueden consultarse en esta hoja Excel que pongo a disposición de los lectores.
Evolución del importe a PVP por activo
Evolución del importe a PVP por pensionista
Evolución del importe a PVP por persona protegida
Evolución del importe a PVP por activo
Evolución del importe a PVP por pensionista
Evolución del importe a PVP por persona protegida
Comentarios
Igual que ocurría con el gasto, llama la atención el muy superior importe a PVP por activo que presenta Muface respecto del importe por activo del SNS (un 50% o más). Lo contrario ocurre en el caso del pensionista: el importe de la farmacia de receta a PVP del pensionista de Muface es casi la mitad del pensionista del SNS.
Nada de esto es casual sino que responde a que el diseño del modelo mutualista permite centrifugar los malos riesgos al SNS de modo sistemático. ¿Es verosímil pensar que los mutualistas, con mayor capacidad adquisitiva que la media (SNS), consuman mucha más medicación que la media cuando son activos y mucha menos que la media cuando pasan a ser pensionistas? ¿Se debe todo a las diferencias de copago entre un colectivo y otro? Demasiado protagonismo al copago si se acepta tal explicación.
De todos modos, lo justo sería reclamar mayor equidad comparada: asimilar el copago del mutualismo pensionista al del SNS y aumentar el copago en el mutualismo activo. Pero, curiosamente esto es algo que nadie pide. ¿Por qué? ¿Se vendría abajo el diseño centrifugador de riesgos del modelo?
UN GOBIERNO DE FUNCIONARIOS
Ya sabemos que el colectivo mutualista tiene un mejor nivel educativo, de renta y de salud percibida que el promedio del país (Rodríguez M, 2004). Pero no sólo eso, también tiene una mayor capacidad de influencia sobre los poderes públicos. Es más, puede decirse que dentro del colectivo se encuentra "el poder" público. Como muestra, lo que publicaba la propia revista Muf@ace (Un gobierno de funcionarios) en su nº 221 de 2012. De hecho, el número de altos cargos (ministros, subsecretarios, secretarios, directores generales, etc.) del Gobierno de España que son funcionarios llama la atención y ha vuelto a ser noticia reciente en los medios. De un total de 480 altos cargos del Gobierno de España, el 84% (402) son funcionarios que acumulan 3.500 trienios (más de 10.500 años de antigüedad). ¿Cuántos de esos 402 altos cargos funcionarios son mutualistas? Sin ninguna duda, la inmensa mayoría. Es muy probable que en el caso de los altos cargos de los Gobiernos Autonómicos, sean del color que sean, se den porcentajes similares. ¿O hay alguna razón para pensar lo contrario? Por no hablar de otros poderes influyentes incluidos en el mutualismo administrativo.
¿PEOR SALUD QUE LOS DEMÁS CUANDO SON ACTIVOS Y MEJOR SALUD QUE LOS DEMÁS AL PASAR A PENSIONISTAS?
Pues bien, ahora sabemos que todos estos altos cargos pertenecen a un colectivo (el mutualista) que consume más medicamentos (casi un 50% más) que la media del país cuando son activos y mucho menos (casi la mitad) que la media cuando pasan a pensionistas. Ocurre como si su salud se deteriorara mucho menos que la de los demás ciudadanos justo a partir de la jubilación, precisamente cuando la enfermedad empieza a ser cada vez más prevalente. Curiosamente, parece ocurrir lo contrario hasta el momento de la jubilación: un supuesto peor estado de salud del colectivo mutualista de activos que le obligaría a consumir mucha más medicación que el resto de ciudadanos activos. ¿A nadie le sorprende esta sustancial mejoría relativa de la salud del colectivo mutualista al llegar a la jubilación? ¿O es que quizás sea entonces, cuando el activo pasa a pensionista, cuando el sistema es capaz de centrifugar los peores riesgos farmacéuticos al SNS por la vía (legal, sin ninguna duda) de la doble cotización u otras vías ya menos legales?
O SE CENTRIFUGAN RIESGOS O EL COPAGO ES MUY PODEROSO (Y PELIGROSO)
Alguien nos debería explicar esto. Pues, una de dos, o se centrifugan riesgos o el copago es muy poderoso en la desincentivación del consumo de medicamentos a partir de que el mutualista se hace pensionista (pero no antes). Un mutualista que hasta ese momento, mientras fue activo, consumió durante muchos años mucho más que el general de los ciudadanos. Este grandioso poder del copago es poco creíble en un colectivo con un nivel de renta, educativo y de influencia superior a la media. El problema, y no pequeño, de acceso al medicamento lo tiene el mutualista pensionista pluripatológico y plurimedicado que no puede pasarse a la receta del SNS por la vía de la doble cotización. Pero no, eso de pedir que el mutualista pensionista tenga el mismo copago que el pensionista del SNS, eso no lo pide nadie (con influencia en Muface, se entiende), ni tampoco lo investiga la Defensora del Pueblo en su último Informe al tratar la cuestión del copago farmacéutico (pag 314) pese a que sí lo hace el Defensor del Pueblo catalán (Informe al Parlamento 2014, pag. 78)... pues quizás equiparar ambos copagos supondría poner fin a uno de los mecanismos de centrifugación de riesgos del modelo.
Nada de esto es casual sino que responde a que el diseño del modelo mutualista permite centrifugar los malos riesgos al SNS de modo sistemático. ¿Es verosímil pensar que los mutualistas, con mayor capacidad adquisitiva que la media (SNS), consuman mucha más medicación que la media cuando son activos y mucha menos que la media cuando pasan a ser pensionistas? ¿Se debe todo a las diferencias de copago entre un colectivo y otro? Demasiado protagonismo al copago si se acepta tal explicación.
De todos modos, lo justo sería reclamar mayor equidad comparada: asimilar el copago del mutualismo pensionista al del SNS y aumentar el copago en el mutualismo activo. Pero, curiosamente esto es algo que nadie pide. ¿Por qué? ¿Se vendría abajo el diseño centrifugador de riesgos del modelo?
UN GOBIERNO DE FUNCIONARIOS
Ya sabemos que el colectivo mutualista tiene un mejor nivel educativo, de renta y de salud percibida que el promedio del país (Rodríguez M, 2004). Pero no sólo eso, también tiene una mayor capacidad de influencia sobre los poderes públicos. Es más, puede decirse que dentro del colectivo se encuentra "el poder" público. Como muestra, lo que publicaba la propia revista Muf@ace (Un gobierno de funcionarios) en su nº 221 de 2012. De hecho, el número de altos cargos (ministros, subsecretarios, secretarios, directores generales, etc.) del Gobierno de España que son funcionarios llama la atención y ha vuelto a ser noticia reciente en los medios. De un total de 480 altos cargos del Gobierno de España, el 84% (402) son funcionarios que acumulan 3.500 trienios (más de 10.500 años de antigüedad). ¿Cuántos de esos 402 altos cargos funcionarios son mutualistas? Sin ninguna duda, la inmensa mayoría. Es muy probable que en el caso de los altos cargos de los Gobiernos Autonómicos, sean del color que sean, se den porcentajes similares. ¿O hay alguna razón para pensar lo contrario? Por no hablar de otros poderes influyentes incluidos en el mutualismo administrativo.
¿PEOR SALUD QUE LOS DEMÁS CUANDO SON ACTIVOS Y MEJOR SALUD QUE LOS DEMÁS AL PASAR A PENSIONISTAS?
Pues bien, ahora sabemos que todos estos altos cargos pertenecen a un colectivo (el mutualista) que consume más medicamentos (casi un 50% más) que la media del país cuando son activos y mucho menos (casi la mitad) que la media cuando pasan a pensionistas. Ocurre como si su salud se deteriorara mucho menos que la de los demás ciudadanos justo a partir de la jubilación, precisamente cuando la enfermedad empieza a ser cada vez más prevalente. Curiosamente, parece ocurrir lo contrario hasta el momento de la jubilación: un supuesto peor estado de salud del colectivo mutualista de activos que le obligaría a consumir mucha más medicación que el resto de ciudadanos activos. ¿A nadie le sorprende esta sustancial mejoría relativa de la salud del colectivo mutualista al llegar a la jubilación? ¿O es que quizás sea entonces, cuando el activo pasa a pensionista, cuando el sistema es capaz de centrifugar los peores riesgos farmacéuticos al SNS por la vía (legal, sin ninguna duda) de la doble cotización u otras vías ya menos legales?
O SE CENTRIFUGAN RIESGOS O EL COPAGO ES MUY PODEROSO (Y PELIGROSO)
Alguien nos debería explicar esto. Pues, una de dos, o se centrifugan riesgos o el copago es muy poderoso en la desincentivación del consumo de medicamentos a partir de que el mutualista se hace pensionista (pero no antes). Un mutualista que hasta ese momento, mientras fue activo, consumió durante muchos años mucho más que el general de los ciudadanos. Este grandioso poder del copago es poco creíble en un colectivo con un nivel de renta, educativo y de influencia superior a la media. El problema, y no pequeño, de acceso al medicamento lo tiene el mutualista pensionista pluripatológico y plurimedicado que no puede pasarse a la receta del SNS por la vía de la doble cotización. Pero no, eso de pedir que el mutualista pensionista tenga el mismo copago que el pensionista del SNS, eso no lo pide nadie (con influencia en Muface, se entiende), ni tampoco lo investiga la Defensora del Pueblo en su último Informe al tratar la cuestión del copago farmacéutico (pag 314) pese a que sí lo hace el Defensor del Pueblo catalán (Informe al Parlamento 2014, pag. 78)... pues quizás equiparar ambos copagos supondría poner fin a uno de los mecanismos de centrifugación de riesgos del modelo.
Ahora que toca elegir alcalde y concejales en 8.000 municpios, no olvidemos que aquellos cargos electos que sean mutualistas (que en grandes y pequeños municipios son legión), mantienen su derecho a practicar "opting out" hacia la sanidad privada y el "régimen especial" de copago de recetas, mientras se dedican en exclusiva a la politica, derecho que es extensible a su parentela beneficiaria.
ResponderEliminarLo dice el artículo 74.1 de esta Ley
https://www.boe.es/buscar/pdf/1985/BOE-A-1985-5392-consolidado.pdf