Vistas de página en total

domingo, 1 de febrero de 2015

La prestación farmacéutica mutualista, ¿menos ejemplar de lo que parecía?



En los debates sobre la sanidad, la prestación farmacéutica mutualista se ha puesto como ejemplo de sostenibilidad económica pues su modelo de copago (30% tanto para activos como para pensionistas) parecía contener la demanda o prescripción innecesaria lo que se reflejaba en un menor gasto por receta y en un menor gasto farmacéutico per cápita, especialmente en el pensionista. Esto se hacía sin considerar otros factores más allá de la cuantía del copago. Pues bien, este supuesto ejemplo de “sostenibilidad” se esfuma tras las actuaciones políticas de los últimos años.







Procedencia de los datos sobre gasto en farmacia de receta
Los datos que se presentan respecto del gasto en farmacia de receta del SNS proceden del Ministerio de Sanidad (facturación receta médica). Los datos del gasto en farmacia de receta del mutualismo proceden de las Memorias de las tres mutualidades (Muface, Mugeju e Isfas). Para el año 2014 se han utilizado sólo los datos  provisionales de  MUFACE (ejecución presupuestaria comunicada en el último Consejo General de la Mutualidad), comparándose dicha cifra (referida al periodo entre diciembre 2013 y noviembre 2014) con los datos del SNS referidos al de recetas facturadas entre diciembre 2013 y noviembre de 2014.


Procedencia de los datos de población protegida
Los datos sobre población protegida por el SNS proceden del Ministerio de sanidad. Hasta 2012 proceden de este documento que, por cierto, ya no se encuentra en la web ministerial. En realidad, de la web del ministerio de sanidad ha desaparecido toda la información referida a la población protegida por el SNS que hasta ahora se publicaba regularmente. La población protegida por el SNS en 2013 procede de este otro documento presente todavía en la web ministerial. Los datos de número de mutualistas proceden, como los de gasto farmacéutico mutualista, de las Memorias de las tres mutualidades. 



Evolución del gasto por receta 2006 - 2014
  





Evolución del gasto en farmacia de receta per cápita 2006 - 2013

 






Evolución del número de recetas per cápita 2006 - 2013







Comentario
El gasto por receta y el per cápita alcanzan máximos en 2009 en ambos tipos de prestaciones (SNS y mutualista). A partir de entonces se reducen ambos indicadores. La reducción es mayor en el SNS, tanto en el gasto por receta como en el per cápita. Nótese que gran parte, quizá la mayor, de la reducción del gasto en la prestación farmacéutica del SNS ocurre antes de la introducción del nuevo modelo de copago en julio de 2012. Esto es más relevante en el gasto por receta del SNS en donde la totalidad de la reducción se alcanza en 2011, un año antes del cambio de modelo de copago. Desde 2010 el gasto por receta prácticamente el mismo en ambas prestaciones pero el gasto per cápita sigue siendo mayor en el SNS. Esto se debe, a que el número de recetas per cápita en el SNS sigue siendo mayor que en el mutualismo, aunque también haya reducido diferencias respecto de este.

La menor demanda de recetas per cápita en el mutualismo se debería, entre otros, a que la población mutualista y la del SNS no son comparables en algunos aspectos relacionados con el consumo de medicamentos, como son el mejor estado de salud del colectivo mutualista y su menor envejecimiento poblacional (Rodríguez M, 2004).

También contribuiría a ello la “fuga” hacia la tarjeta sanitaria y receta del SNS de algunos pensionistas mutualistas pluricotizantes, especialmente de aquellos sujetos a la toma de mucha (o cara) medicación que buscarían el nulo (hasta julio de 2012) o menor (desde julio de 2012) copago farmacéutico del SNS. Es decir, una desviación selectiva hacia la receta del SNS de determinados riesgos farmacéuticos mutualistas (pensionistas muy medicados), propiciada por las duplicidades de cobertura (García C. 2006).

Por todo ello, a efectos comparativos, el indicador menos controvertido es el gasto por receta. No deja de sorprender la evolución reciente de este indicador en el mutualismo respecto del SNS pese a las tres características mencionadas: mejor estado de salud y menor envejecimiento poblacional del colectivo mutualista y el descremado de riesgos por “fuga” hacia la receta del SNS de algunos mutualistas pensionistas con derecho a ella por pluricotizantes. Lo esperable es que se hubiera reducido, al menos, en la misma intensidad que en el SNS y, por tanto, hubiera mantenido la diferencia que mostraba antes de 2010.

Todo esto apunta a que quizá no sea tan eficiente la prestación farmacéutica mutualista, sino todo lo contrario. Sobre todo si, además, tenemos en cuenta que el mutualismo mantiene un copago en la farmacia de receta al pensionista muy superior al que se aplica en el SNS. Esto quizá pueda tener que ver con que la prescripción en el ámbito mutualista sea en su amplísima mayoría efectuada por médicos especialistas de aseguradoras privadas cuya factura muestra un perfil de utilización singular, con menor peso de determinada medicación crónica, menor utilización de genéricos y mayor uso de principios activos de elevado coste (García C. 2006). Valga de ejemplo lo que nos cuenta Vicente Baos sobre el mucho mayor consumo, casi el doble, de sysadoas en la prestación farmacéutica de Muface que en la del SNS.

Para depurar sesgos y duplicidades y, además, evitar las ineficiencias de la prescripción en papel y a mano, convendría aplicar en el mutualismo, a la mayor brevedad y mínimo coste, la prescripción electrónica que ya funciona en el ámbito de todos los servicios regionales de salud para la receta del SNS. Ello requeriría de la previa inclusión del colectivo mutualista en la base de tarjetas sanitarias del Ministerio de Sanidad, pues dicho colectivo carece de tarjeta sanitaria del SNS. Sin embargo, no parece que sea ésta la estrategia elegida por el Ministerio de Sanidad y restantes Ministerios de los que dependen las Mutualidades, como lo prueba los elevados costes en tiempo y en dinero previstos tanto en el reciente concierto suscrito entre MUFACE y el Consejo de ColegiosFarmacéuticos, de 8 años de duración y en el que se dice que la mutualidad ha de pagar, además del envase, el coste de grabación de las recetas facturadas.

Ayudaría también que de verdad se cumpliera lo que dice este BOE sobre el Programa anual 2015 del Plan Estadístico Nacional 2013-2016, que en su página 3395 habla de que "Las entidades MUFACE, ISFAS y MUGEJU remitirán a la D. G. de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia los ficheros mensuales correspondientes al resumen general de la facturación de las recetas de cada mutualidad, con los datos del número de recetas, gasto líquido total farmacéutico y gasto medio por receta, desglosado por provincias y comunidades autónomas. También remitirán los ficheros mensuales de la grabación de recetas, con los campos (provincia, mes, año, farmacia, grupo de facturación, código nacional, PVP, envases y número de identificación receta)." De este modo, el Ministerio de Sanidad, además de publicar los datos de facturación de recetas del SNS, podría publicar los datos de facturación de la receta del Mutualismo lo que permitiría una mejor comparación. ¿Lo veremos? ¿O pasará como ha pasado con la no publicación del gasto público en farmacia hospitalaria pese a estar recogido en los planes estadísticos de los últimos años y también en este (misma pág. 3395)?















2 comentarios:

  1. Muy interesante. Los datos de gasto por receta del SNS que publica el Ministerio son de gasto público por receta, por tanto, no incluyen la parte que ha pagado el usuario y que ha subido con el cambio de copago. Esto debería tenerse en cuenta en el análisis.
    Ojalá publicaran los datos de las MUFACES!!!!
    Bea

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Bea por el comentario.
      Efectivamente, cuando hablo de gasto me refiero a lo que paga la sanidad pública una vez descontado el copago del ciudadano. Así se han hecho los cálculos en ambas prestaciones (SNS y mutualismo) Y en relación al cambio del modelo de copago, no deja de tener su importancia que la reducción ocurrida en el gasto por receta en el SNS (prácticamente el total de la reducción) ocurrió en 2011. A partir de ahí, la reducción se mantiene y el cambio de modelo de copago de julio de 2012 no aporta nada en esta reducción.
      Gracias
      Juan

      Eliminar