Esta entrevista forma parte de una serie realizada entre septiembre y diciembre de 2013 a 28 personas, buenas conocedoras de nuestra atención primaria. Hasta que no se recibieron todas ellas no se empezó su publicación semanal en este blog a partir de enero de este año. Más información aquí.
1) ¿Cómo describirías en menos de 300 palabras la
situación actual de la atención primaria en España? A pesar de sus muchas limitaciones, la reforma de la
atención primaria ligada a la creación de equipos de atención primaria, la
aparición de la especialidad de medicina de familia y la construcción de
centros de salud supuso una mejora sustancial en el primer nivel asistencial e
indirectamente en el sistema sanitario español, máxime al partir prácticamente
de cero. Sin embargo el retroceso ha sido creciente desde mediados de los 90, intensificándose
en la última década de forma manifiesta en la mayor parte de las comunidades
autónomas.
La atención primaria
ni ha sido ni es una prioridad política para ninguna de las administraciones,
que ni la conocen ni la aprecian (si medimos el conocimiento y el aprecio por
los hechos y no por las palabras, que por el contrario suelen ser siempre
laudatorias). Las prioridades han estado condicionadas mayoritariamente por los
propios intereses políticos, fomentándose aquellas intervenciones que tuvieran
una mayor rentabilidad electoral: construcción de hospitales para satisfacer
reivindicaciones locales, potenciar la inversión en investigación básica de
dudosa rentabilidad, crecimiento de las plantillas hospitalarias y creación de
todo tipo de unidades especializadas sin criterios de coste-efectividad, fomento
de todo tipo de intervenciones de “ vanguardia”,…
Frente a ello, las
sociedades profesionales han optado a menudo por el silencio, en muchas
ocasiones cómplice, a cambio de otro tipo de beneficios derivados de una
actitud complaciente con las decisiones de las respectivas administraciones. De
tal forma que no se han cuestionado apenas las decisiones políticas aunque en muchas
ocasiones perjudicara significativamente el desempeño en atención primaria (sistemas
de objetivos e incentivación, historias electrónicas sin capacidad de
explotación por le médicos de atención primaria, reducción presupuestaria
continuada,…).
Por último los
propios profesionales han optado por la tranquilidad antes que la
reivindicación, aceptando la “paz” (evitando conflictos, o reivindicaciones) a
cambio de “territorios” de comodidad (escaso control y exigencia más allá de lo
indispensable, bajo el alegato de “esto no es mío”)