domingo, 27 de octubre de 2019

Cuando las personas de todas las clases sociales usan los servicios públicos, su nivel de calidad aumenta

Lo dijo la Ministra este verano en una de esas galas que atufan a compadreo de intereses (aquí): "Cuando las personas de todas las clases sociales usan los servicios públicos, su nivel de calidad aumenta". La Ministra habló, indirectamente, del descremado sociológico que afecta a la atención primaria (aquí) y a la escuela pública (aquí) cuando son abandonadas por las clases medias (las altas hace tiempo que las abandonaron). Esa fue la mejor frase del discurso de la Ministra. Sin embargo, la destacada por la revista promotora del evento fue otra: "La sanidad pública es el orgullo de la democracia española".


Completa intervención de la Ministra de Sanidad








¿Quién se puede enorgullecer del descremado?
"La sanidad pública es el orgullo de la democracia española". Esta fue la frase destacada por la propia revista al dar noticia del discurso de la Ministra en dicha gala (aquí). Lo cierto es que la frase de la Ministra, con la que concluyó su intervención, no fue exactamente así. La Ministra se refirió al Sistema Nacional de Salud (SNS), no a la "sanidad pública". El SNS es "sanidad pública", pero no toda la "sanidad pública" es SNS. El Mutualismo Administrativo NO ES SNS pero sí es "sanidad pública" pues se financia con dinero público. La Ley General de Sanidad de 1986  (LGS) mandó que lo fuera, que los beneficiarios del mutualismo se integraran a efectos de atención sanitaria en el SNS, pero nunca se cumplió. 

La LGS quiso romper con los orígenes totalitarios de nuestra sanidad pública y con la dualización de la misma promovida y mantenida por el franquismo hasta sus últimos días. La norma mandaba integrar en lo que se iba a llamar SNS la asistencia sanitaria de todos los ciudadanos cubiertos hasta entonces por los diversos subsistemas de financiación pública existentes. Pero la LGS se incumple desde entonces por la inacción de unas instituciones demasiado sensibles al interés de unas élites influyentes. Como consecuencia, muchos de estos subsistemas originados en el franquismo persistieron hasta fechas recientes y algunos, como Muface, Isfas y Mugeju, persisten todavía en la actualidad. No es ninguna casualidad que de entre todos los subsistemas financiados públicamente persistieran aquellos que gozaban de provisión privada, especialmente aquellos sin atención primaria en su esquema de provisión.

La Ministra dice en su intervención que la atención primaria llega a todos los rincones del país. Pero no es así. Hay varios "rincones" a los que no llega. En primer lugar, no llega a un "rincón" formado por los poco más de dos millones de mutualistas (Muface, Isfas y Mugeju). Y en segundo lugar, no llega a otro "rincón" más poblado todavía: a esos más de 10 millones de españoles cubiertos por un seguro médico privado (sin contar los 2 millones de mutualistas ni los 4 millones de pólizas dentales). Millones de ellos lo compran gracias a la subvención fiscal establecida al efecto y que supone más de 1.000 millones de euros de coste fiscal (dinero que se deja de recaudar). Si se me apura, también es "sanidad pública" el conjunto de millones de pólizas de seguros médicos privados que millones de ciudadanos se compran gracias a los más de 1.000 millones de euros de coste fiscal que supone la subvención de su compra.



¿Y por qué aquellos que pueden prefieren la provisión del seguro médico privado?
Nos lo aclara perfectamente el último Barómetro Sanitario 2018, en su pregunta 5A (aquí). Tras la mayor rapidez en la atención, la segunda razón es "Porque se puede ir al especialista directamente sin consultar con el médico de cabecera". Es la razón esgrimida por aquellos que disfrutan de un seguro médico privado pagado directamente (Mutualismo Administrativo) o indirectamente (subvencionado fiscalmente) con dinero público y por aquellos que se lo pagan de su propio bolsillo. La pregunta va dirigida a todos ellos.

"Porque se puede ir al especialista directamente sin consultar con el médico de cabecera",
¡CUÁNTO HEMOS AVANZADO TRAS 41 AÑOS DE ESPECIALIDAD Y 34 DE REFORMA!





La atención primaria fuera del genotipo de nuestra sanidad pública
El genotipo de nuestra sanidad pública ha cambiado poco. Su esencia sigue siendo la misma y permanece prácticamente igual que hace 40 años. Lo que sí ha cambiado, y mucho, es su fenotipo; es decir, su apariencia. De hecho, tenemos 17 fenotipos. Esta profusión fenotípica con su autobombo propagandístico consigue que la esencia del sistema parezca lo que no es: universal, igual para todos, basado en la atención primaria y el médico de familia como "figura fundamental". Pero no es así y el espejismo se agranda conforme transcurre el tiempo. ¿Por qué? Porque la atención primaria no está en el genotipo del sistema. Nunca lo ha estado. Ausente del núcleo del mismo, la atención primaria y, con ella, el médico de familia, flotan en el citoplasma del sistema como lo hacía hasta 1989 aquella Beneficencia para pobres que es en lo que, prácticamente, se ha convertido ya nuestra atención primaria.


Igual que hace 40 años
Como vemos, igual que hace 40 años, los sectores sociales más pudientes e influyentes sobre la opinión y el poder públicos tienen una vía de “escape”, pagada o incentivada con dinero público, como alternativa a la atención primaria. Es el descremado sociológico de la misma. Generado por la crónica dualización sanitaria y potenciado durante las últimas décadas por la incentivación fiscal al seguro médico privado (aquí) y por las “regalías sanitarias” (aquí). Esta dualización ha privado a la atención primaria del potente estímulo a la mejora de la calidad del servicio que ejercen los usuarios más exigentes, influyentes e informados. Piénsese, por ejemplo, en la tipología del colectivo mutualista: jueces, secretarios judiciales, profesores de todos los niveles educativos, investigadores, altos cargos de la administración central, mandos de cuerpos y fuerzas de la seguridad del Estado, oficiales de las fuerzas armadas, inspectores de trabajo y de hacienda, diplomáticos, etc. Un descremado permitido y agrandado por las instituciones, regado siempre con dinero público y causa principal del deterioro y debilitamiento de la atención primaria.

La Ministra tiene razón al decir que "Cuando las personas de todas las clases sociales usan los servicios públicos, su calidad aumenta". Por lo tanto, la inversa también es cierta: cuando las clases medias los abandonan su calidad se reduce. 




La mejor frase del discurso de la Ministra Carcedo





Para saber más:




1 comentario:

  1. En cuanto a la integración del sistema mutualista en SNS, nuestro poder legislativo tanto en la LGS como en leyes posteriores raya con el "confusionismo", como se aprecia en la D. adicional cuarta de la Ley 16/2003, introducida por Ley 33/2011 general de salud Pública, cuando afirma enfáticamente : " MUFACE,ISFAS y MUGEJU, COMO INTEGRANTES DEL SNS en su calidad de gestoras de los Regímenes Especiales de los funcionarios" (menos mal que el parrafito se titula "extensión del contenido de la cartera de servicios del SNS" y no versa sobre la forma de acceso a los mismos, que en el caso de los Cuerpos de funcionarios mutualistas, judiciales, civiles y militares sigue siendo cuasi "confederal" o "concordataria".

    Y hablando del "concordato" de la "clerecía regular" (frailes y monjas), que como la "clerecia corporativa mutualista" no cotizaba a la SS o lo hacía con coeficiente reductor, lo que posibilita el milagro común a ambas de "sorber y soplar", considero que no se ha destacado como merece esta Resolución de Seguridad social publicada en pleno mes de agosto https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2019-11376 y que modifica el régimen de asistencia sanitaria de de los Monasterios, Órdenes, Congregaciones, Institutos y Sociedades de Vida en Común y Conferencias de religiosos, incluidos en el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos.

    En el preambulo de dicha Resolución se dan razones como las siguientes

    Debe traerse a colación el criterio expresado recientemente por la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en informe de 6 de mayo de 2019, en respuesta al escrito de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza-Titulares de Centros Católicos y de la Conferencia Española de Religiosos, y en el que se considera que los religiosos españoles residentes en España incorporados al Régimen Especial de los Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos tienen derecho a la asistencia sanitaria financiada con fondos públicos en el Sistema Nacional de Salud.

    En consecuencia, conforme a lo anteriormente expuesto, resulta insostenible en la actualidad el mantenimiento de un sistema de colaboración en la gestión de la asistencia sanitaria para los colectivos indicados, no siendo posible mantener la aplicación de coeficientes reductores sobre la cuota de Seguridad Social, al resultar ser una prestación cuya gestión y financiación corresponde a las administraciones autonómicas y, finalmente, al haber desaparecido la modalidad de colaboración en la gestión de la asistencia sanitaria.

    Pues eso : tomen nota y extiendan el mismo criterio a las mutualidades funcionariales judicial, militar y civil

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