El título con el que arrancaba la presentación era “Vacunas y medicamentos covid. Ciencia, ética y salud pública”.
Durante el tiempo de preguntas una de las asistentes,
Bárbara Hernández, erigió una crítica legalística en relación al
contenido de la ponencia de Laporte.
Comenzó expresando que no “recomendaría un concesionario
donde los coches que se fabrican pasan controles de seguridad con una normativa
laxa”. Es decir, no es preciso que los tornillos estén bien apretados, las
chapas adecuadamente soldadas y las ruedas ajustadas a su eje. De este modo,
transfirió esta perspectiva al campo de las vacunas cuyos ensayos clínicos
catalogó de “mierda pinchada en un palo” por no cumplir unos mínimos para
garantizar unas condiciones de seguridad aceptables que, si no se explican a
los pacientes, estos no pueden tomar una decisión informada y autónoma según su
criterio único e irrepetible.
Por tanto, con respecto a la pregunta que lanzaba Joan Ramón “¿qué le dices al paciente?”: di la verdad.
Decir la verdad implica informar al paciente de las irregularidades de los ensayos clínicos y cómo afecta eso a los resultados del estudio. Ergo, a los sujetos sobre los que acontece la acción sanitaria consiguiente.
Este marco de análisis enjuicia a los ensayistas
[triallists] y no a quien decida ponerse o no ponerse una vacuna (o sus
revacunaciones de “recuerdo”) porque debe haber libertad de elección pero (ese
es su gran pero, donde pone el foco de su intervención) condicionada a
la libertad de saber todos los intríngulis detrás del teatro preventivo. Ella
lo relata en un correo cruzado a 6 manos:
Quizás mi ejemplo no fue
acertado para reflejar que, aún con todas las complejidades e incertidumbres
inherentes en cualquier cosa/decisión de la vida etc..., me parece arriesgado e
imprudente recomendar cualquier cosa a sabiendas que sus "vigas
maestras" son endebles. Si sé que en ese concesionario no aprietan bien
los tornillos de las ruedas, ni recomendaré comprar coches, ni me compraré un
coche allí. A quien me pida consejo le explicaré que los controles de seguridad
son laxos y que para su venta, no es condición necesaria que las ruedas estén
atornilladas correctamente. Esto pasó con las vacunas covid.
Por eso, en relación a qué
hacer con el paciente, cito estas palabras tuyas (Juan Gérvas) sobre la
agencia: "Es decir, en la relación de agencia el médico se “convierte” en
paciente y eso exige conocer bien al paciente, o cumplir el viejo dicho de “No
hay enfermedades sino enfermos” [...] para que el paciente pueda elegir como si
fuera el propio médico en formación y experiencia[1]".
Tras la intervención realizada por la asistente, Juan
Gérvas interpeló a Joan Ramón trayendo al debate una analogía entre “vacunas y
cinturones de seguridad” que habitualmente suele realizarse y dispara las
alarmas metafóricas, tal como las definiría Hans Blumenberg en su inacabada
metaforología[2].
Gérvas es quien ha publicado sobre ello más veces en inglés
[seat belt analogy] y también en español: “El cinturón de
seguridad y las vacunas. Comparaciones sin ciencia ni ética”[3].
Y, vía comunicación personal, tengo su posicionamiento:
mi resumen del empleo por salud pública del ejemplo de la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad para justificar la obligatoriedad de las vacunas es que quien lo hace no entiende nada de nada, ni de ciencias sanitarias ni de ciencias sociales. Parece mentira que se imponga algo así, y que parezca lógica tal comparación.
Joan-Ramon Laporte respondió que la analogía coche-vacuna no es válida y la rechazaba por falsas inferencias que se extraían de ahí. Andar del punto A al punto B se hace con la confianza de un bajo riesgo a que no nos destruya un meteorito por el camino. Pero ese riesgo está. Esa distancia se puede hacer andando, en coche o en taxi, en autobús, en tren (aceptando en Cataluña los retrasos de Renfe), en barco o en avión. Y en cada uno sus condicionantes se expresan de forma objetiva (accidentes por tasa de viajes) y subjetiva (aunque haya menos riesgo de accidente mortal en avión, mucha gente "prefiere" el coche). Sí admite la comparación cinturón-mascarilla con el problema de que las mascarillas no salvan vidas. No tengo su resumen acerca de este asunto y solo poseo su contestación a Bárbara en el seminario.
Hasta aquí, en mi opinión, Juan Gérvas y Joan-Ramón Laporte
prohiben la traslación torticera de una metaforología de baja
dimensionalidad a una de alta dimensionalidad: el coche y el ser humano beben
de lógicas distintas:
Coche-cinturón |
Organismo |
Implantación mecánica de quita-y-pon |
Implantación compleja de
si-pones-no-quitas |
Efectividad a posteriori (si está bien
puesto) |
Efectividad a priori (preventivas,
resultado incierto) |
Uso a-cribadístico |
Necesidad de cribado |
"Raros" efectos raros |
Efectos adversos comunes |
No hay "cinturones" de
seguridad |
Pueden aplicarse en tándem o más
combinaciones |
Ley de prestación |
Lógica del "bien común" (tu
daño evita otros al vacunarte, pero no en todos los casos) |
Beneficios individuales |
Mezcolanza de beneficios / perjuicios
a todas las escalas |
Precisa de normas y leyes (aunque, si
no hubieran, la gente se lo pondría igual) |
Posibilidad de aplicación por miedo y
coerción (además, aún con todo el aparato estatal y de marketing a plena potencia,
las coberturas vacunales se reducen por el efecto de saturación) |
Su uso correcto no tiene lastres |
Su uso tiene fluctuaciones según cepa
y método de administración |
Solamente hay El Cinturón |
Hablar de Vacunas denota múltiples
sesgos |
Uso pro-pobres (para evitar que, por
un accidente, aumente más su vulnerabilidad) dado que no hay ni aumento ni
reducción de precio en el coche a comprar por tenerlo o ahorrártelo |
Su distribución puede causar graves
desigualdades |
Claramente, esta comparación parte de las lentes de Joachim P. Sturmberg aplicadas en la Atención Primaria[4],[5],[6],[7].
Pero ¿a qué se refiere Bárbara con su comparación? A que si
se informa de su producción (fabricación) previa a aplicar el producto
(subirse a un coche / usar el cinturón v.s. ponerse una vacuna, la tabla previa
y los estudios citados que la refuerzan) la persona podrá decidir si
aplicársela o no.
Si eso, Bárbara señala con ese ejemplo que la coerción
aplicada en el tema de las vacunas, sin la transferencia de esta información, es
más cruel por el aumento de complejidad que acaece en este tema.
Aunque tú tengas "presión grupal" porque todos
tus vecinos se pasan al coche eléctrico y ser más eco-sostenibles, el
desembolso de mínimo 12-15.000 € te hace ser muy cauto y prudente.
"Elegir" vacunarte es gratis (con algunas
excepciones en pediatría plagadas de conflictos de interés). Pero en los
concesionarios nadie te esconde que se llevan dinero por la
compra-venta.
Ella intenta señalar que toda la información respecto a un
coche es transparente (las crisis tipo Dieselgate son crisis puntuales,
altamente punibles y poco replicadas. Siendo la excepción y no la regla
imperante) y la desinformación respecto a todas las vacunas es generalmente
opaca: The Pfizer Papers: Pfizer's Crimes Against Humanity[8].
Siguiendo con el análisis, comparemos su intento de desvelamiento [ἀλήθεια] con otra tabla:
Coche (nunca habrá una Pandemia que
requiera su compra "forzada") |
Vacuna (en especial COVID-19 en
Pandemia) |
Información disponible, incluso
comprando uno de segunda mano puedo denunciar luego por "vicios
ocultos" |
Información tergiversada, con
autoría fantasma [ghostwritten], presentada con riesgos relativos,
contratos con los Estados ocultando los efectos adversos y sin posibilidad
de reclamar si me da un infartito a los 22 años. Irregularidades denunciadas
por trabajadores durante el ensayo clínico pivotal[9]
(falsificación de datos, incorrecto seguimiento de efectos adversos…). Indisponibilidad[10] absoluta
(lo único que se comunica de esta manera en los estudios patrocinados).
Información insuficiente acerca del proceso de fabricación, pruebas de
control, etc.[11] |
No se precipitaron los tempos en la
fabricación de coches |
Con las vacunas covid no se respetaron
los tiempos habituales que dura un ensayo (años), se aceleraron. Se creó para
ello una alianza entre gobiernos y empresas privadas conocida como “ACT-accelerator
tools[12]” que
levanta suspicacias en torno a la captura del regulador, de la que ya habló
en su día Francisco Salmerón con respecto a la vacunación[13]. |
La persona usuaria decide ella y se "come"
sus malas elecciones |
La persona médica decide cómo presentar la
información y si es "adecuado" administrar o no la vacuna. Si la
persona paciente desarrolla (entre otras cosas) covid persistente
[long-COVID] la persona médica puede creerla o no, además de ésta no
desarrollar sus efectos adversos, que quizás desconocía de sus lecturas. Aquí hay dos problemas: "riesgo
moral" [moral hazard / skin in the game reformulado por Nassim Nicholas
Taleb] e injusticia hermenéutica [hermeneutic injustice] descrita por Miranda
Flicker en su capítulo 7[14]. |
El coche lo pago, y mis
derechos de reclamación están en la rama del derecho correspondiente y los de
devolución en mi hoja de reclamaciones |
Las vacunas que se distribuyen en el sistema nacional de salud se sufragan con impuestos y si le reclamo a la persona médica que apunte en el notificaRAM (si es que conozco este método) lo que me pasa me dirá que lo mío es efecto nocebo y que las vacunas son seguras y efectivas. Si insisto, me veré secuestrado: rehén de su maldad (David Healy en "Let them Eat Prozac" describe esa situación como "reverse Stockholm syndrome / Saigon syndrome"[15], [16]).
|
Si voy al taller y me lo devuelven
igual o peor de como estaba, puedo denunciar y seguramente ganar el
caso |
Si voy a una revisión anual (del
sistema nacional de salud o de la mutua de mi trabajo) y salgo igual o peor, me
aguanto. Si me quejo, seré tachado de antivacunas y, si propongo la opción
de "no-hacer" al acompañar a consulta un familiar, me dirán que qué
prefiero: que lo ingresen por efectos adversos o que lo entierren por invacunación |
Si mi coche viene dentro de una remesa
"defectuosa" (los inyectores se obturan a una tasa superior a la
media) tengo compensación |
Toda vacuna de una marca (o todas las
vacunas) pueden haber pasado pruebas de seguridad y eficiacia
"subóptimas", avaladas por las legislaciones estadounidenses y
europeas[17]*,
y a nivel legalístico quizás todas las personas (con efectos adversos o no)
deberían recibir algún tipo de compensación; pero el "cómo" ha
sido, es y será incierto (cómo compensamos, en el campo de los
antidepresivos, el suicidio de un hijo). Lo grave es que en este campo la
opacidad es mayor que en el mecánico y simple (automovilístico).
Solamente a través de filtradores [whistleblowers] con autoría conocida o
anónimos conocemos todos y cada uno de los detalles, distintos en cada caso y
con una red clientelar que marea[18]. |
Si pido un crédito para mi coche, me
inspeccionan hasta los pelos de las orejas para saber si podré devolverlo (me
"auscultan" socioeconómicamente para saber mi
"solvencia"). Y eso que da bastante igual (menos en casos de
parálisis que se necesita un coche automático o alguien ciego) quién se monte
en el coche |
Nadie me palpa, ni me pregunta nada,
ni me hacen un árbol familiar, ni me permiten tomarme mi tiempo para firmar
(si acaso me lo proponen) el consentimiento informado al inyectarme material
experimental (al estar formando parte de un experimento a gran escala[19]). Si me arruino, en el caso homólogo de
la tabla izquierda, la culpa es mía. Si la médica me arruina aquí, la
culpa no es de nadie (es más: incluso se podría declarar a nivel judicial
que "no hay culpa alguna" porque no existe evidencia de
causalidad directa entre la vacunación por COVID-19 y mi dolencia a nivel
poblacional con un p-value < 0'05). Lo que afirma que la vacuna es
eficaz y segura con mala praxis científica, me "niega" como
anécdota con buena praxis empresarial |
[* Se modificó el reglamento
del Parlamento Europeo en lo que concierne a a la realización de ensayos
clínicos y al suministro de medicamentos para uso humano que contengan
organismos modificados genéticamente o estén compuestos por estos organismos,
destinados a tratar o prevenir la enfermedad coronavírica (COVID-19)[21]
como pueden ser algunas de estas vacunas basadas en vectores vivos que pueden
entrar en la definición de Organismo Modificado Genéticamente (OMG).
Algunas de las derogaciones repercuten directamente sobre
las garantías de control y evaluación sobre "las operaciones relacionadas
con la realización de ensayos clínicos, incluidos el embalaje y etiquetado, el
almacenamiento, el transporte, la destrucción, la eliminación, la distribución,
el suministro, la administración o la utilización de los medicamentos de uso
humano en investigación que contengan OMG”.]
En la segunda tabla, como podemos observar, las opiniones
son más coincidentes y se solapan (de las tres personas citadas) con ejemplos
aquí y allá: Alteración del ciclo menstrual: efecto adverso de vacunas Covid-19, por Mercedes
Pérez-Fernández y Juan Gérvas[22]
y Más de la mitad de los medicamentos que nos prescriben son innecesarios, por
Joan-Ramón Laporte[23].
Para finalizar, con las vacunas de la covid no se hicieron
todos los estudios con la eficacia necesaria. Ahora tenemos una epidemia de
efectos adversos.
Nos preguntamos en qué ámbitos no se da la captura del
regulador y cómo ésta puede detectarse y prevenirse.
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Autores:
Marc Casañas. Nutricionista.
Bárbara Hernández. Enfermera.
Conflictos de interés de los autores: ninguno.
Referencias bibliográficas:
[2] https://www.trotta.es/libros/paradigmas-para-una-metaforologia/9788498797329
[4] https://www.nogracias.org/2019/04/23/la-atencion-compleja-de-salud-por-abel-novoa
[5] https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC3896540 (Table
1)
[6] https://www.researchgate.net/publication/304027737_It_is_complicated_-_misunderstanding_the_complexities_of_'complex'_It_is_complicated (Figure
1)
[7] https://www.researchgate.net/publication/228032373_Complexity_and_health_-_Yesterday's_traditions_tomorrow's_future (Figure
1)
[8] https://www.amazon.com/Pfizer-Papers-Pfizers-Against-Humanity/dp/1648210376
[9] https://www.bmj.com/content/375/bmj.n2635
[10] https://herdereditorial.com/lo-indisponible-9788425444227
[11] https://www.fda.gov/media/144245/download
[12] https://www.who.int/es/initiatives/act-accelerator/about
[13] https://www.nogracias.org/tag/vacuna-varicela/
[14] https://academic.oup.com/book/32817/chapter-abstract/275001188
https://davidhealy.org/the-spectre-of-dissent
[16] https://davidhealy.org/shocking-the-homeland
[17] https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2020-81140
[18] https://thezyprexapapers.com
[19] https://www.diariodemallorca.es/mallorca/2021/01/28/efectos-vacuna-31732952.html
[21] https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2020-81140
[23] https://www.elcomercio.es/gijon/mitad-medicamentos-prescriben-innecesarios-20240605142724-nt.html
Una vez más se agradece el esfuerzo de la dialéctica, es decir de la contraposición frente a la posición, que hacen Marc Casañas y Bárbara Hernández. Y, por supuesto, a Juan Simó como editor.
ResponderEliminarGalo Sánchez
Reflexión muy interesante. Estuve allí y esta extensión reflexiva del debate suscitado añade elementos clarificadores. Gracias!
ResponderEliminarYa en los clásicos de la teoría de la toma de decisiones (Making Decision, de Liddell)se resalta que tanto la utilidad como la tolerancia al riesgo son asuntos individuales, personales. El médico como mucho puede intentar transmitir en lo posible toda la información disponible y ponerse en el puesto del enfermo, pero poco más
ResponderEliminarTexto enrevesado. No he sido capaz de seguir el hilo. Tema interesante
ResponderEliminar
ResponderEliminarGracias por la entrada, referencias útiles también para quienes no asistimos.
Con permiso de JS, me tomo la libertad de ampliar perspectiva.
El asunto vac-covidiano admite al menos 2 enfoques: desde un punto de vista más general, de salud pública podríamos decir, y desde el punto de vista individual, de cada usuario de la sanidad. Y en éste, considerando 2 aspectos a destacar: la influencia en su salud y su cada vez más amenazada libertad de elección, muy particularmente en lo tocante a vacunas.
A su vez, casi todo lo relacionado con las vac-covids, todo lo que va saliendo a la luz pública y todo lo que, todavía, espera ser extraído de la sombra, casi todo remeda lo que (valga el símil) en términos clínicos y aplicado a la patología vemos en nuestro ejercicio: la recurrente agudización de una enfermedad crónica.
La analogía es válida por cuanto vemos que análisis históricos vacunales desde posiciones independientes, es decir, con ausencia real de conflictos de interés, terminan a menudo arrojando algunas conclusiones similares. Lo mismo da que las valoraciones vengan del ejercicio médico sin “transferencias de valor” como de otros ámbitos sanitarios, sociológicos, económicos y otros.
Pasada la “fiebre” de la agudización, con sus recurrentes incertidumbres, engaños, ocultación de información, fraudes, persecución de la discrepancia (incluida, ¡ay!, de médicos contra médicos), eventos adversos vacunales de todo rango y gravedad, atemorizamiento de la población para que descubra el brazo o directamente suspensión de su autonomía personal en pro de un supuesto bien colectivo… pasada la fiebre, digo, la enfermedad subyacente permanece… hasta la siguiente agudización. ¿Es incurable, esta “enfermedad crónica”?
Quizás sean de interés aquí, al respecto de las polémicas vacunales y sus recurrencias, un par de enlaces, por cuanto pueden aportar elementos de reflexión a menudo atemporales y no limitados a una sola vacuna. Quizás resulten útiles para decisiones que, finalmente, y quiera el cielo que siga siendo así, son individuales.
El primero es una recopilación de publicaciones de mi autoría sobre este asunto que se remontan a treinta y pico años, alojada en la web de la Asociación Española de Médicos Naturistas, y que tuvieron diferentes destinatarios: desde charlas divulgativas hasta publicaciones profesionales. Como dije, en su mayor parte tienen el valor nominal de opiniones personales, como usuario de la sanidad y como médico. Formar parte, desde su creación en España y durante 12 años, de la Red Nacional de Expertos en Regulación de Medicamentos de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, me dio una impagable formación adicional, pues las vacunas no dejan de considerarse medicamentos.
https://www.aemn.es/noticias-de-la-asociacion/vacunar-o-no-es-esa-la-cuestion?elem=701232
El segundo es el enlace a la web de la Liga para la Libertad de Vacunación, asociación plural de ciudadanos con 36 años de andadura.
https://vacunacionlibre.org/la-liga-informa
Salud.