El 30 de septiembre y 1 de octubre se celebrará la fase presencial del Seminario de Innovación en Atención Primaria (SIAP) de Menorca 2022 "Final de la Vida. Todas las miradas" (aquí y aquí). Como actividad paralela al Seminario y organizada por el Consell Insular de Menorca, tendrá lugar una conferencia-debate el jueves 29 septiembre, a las 19:00 horas, de Iona Heath sobre "Amor y muerte en tiempos de covid19". La conferencia será en español y se transmitirá en vivo y en directo para que pueda ser seguida desde cualquier lugar.
Recientemente
Lancet publicó un artículo del Imperial College que defendía que las vacunas anti-Covid19 habían salvado entre 14.400.000 y 19.800.000 vidas en los doce meses siguientes
a su introducción (aquí). Se trataba de un modelo matemático que no había sido
sometido a una revisión por pares. Era por lo tanto un “pre-print” pero no por
ello su impacto fue menor. Especialmente los medios de comunicación no
profesionales se hicieron eco del estudio en lugares destacados. Revistas tan
prestigiosas como de Economist (Revista oficiosa de Wall Street) se refirieron
al artículo sin ningún matiz crítico y sin dejar lugar a ninguna duda, lo
presentaron como un hecho, como una verdad indiscutible. Lo mismo hicieron multitud de de revistas que glosaron el
articulo, entre las que encontramos publicaciones de la izquierda radical como
Viento Sur.
Escribiendo un texto de encargo sobre la situación de la atención primaria española, no sé muy bien por qué, me ha venido a la cabeza este artículo de 2004 publicado en JANO cuya actualidad apenas se ha erosionado 18 años después. Creo que la situación actual de la atención primaria es el resultado, entre otras cosas, del fracaso de un gerencialismoen su regulación
“desde arriba” hasta el mínimo detalle organizacional de los centros. Un gerencialismo que se presenta a
sí mismo como técnico y neutral, y que pivota justamente en algo tan poco técnico y tan poco neutral como es considerar a las personas, a los profesionales, como recursos (“recursos
humanos”). Con los recursos, uno hace lo que quiere, con las personas no.
Tenemos un Sistema Nacional de Salud (SNS) infradotado de personal. Prueba de ello es que desde la noche de los tiempos todos los veranos, ante la menor presencia de personal por vacaciones, se cierran miles de camas y consultas hospitalarias, se suspendan cirugías no preferentes o urgentes, incluso durante este verano en plena ola pandémica y de calor (aquí, aquí). Se hace todo esto como si fuera la cosa más natural del mundo pese a que, precipitado por la pandemia, el SNS anda entre el colapso y el casi colapso y su resiliencia está más que comprometida. Sus responsables políticos no son conscientes de la gravedad de la situación. O quizá no quieran serlo pues esto les obligaría a acometer cambios profundos a los que no parecen estar muy dispuestos.
A los responsables sanitarios les ha pasando con la atención primaria lo que a aquel labriego que tenía un burro y pensando en la manera de ahorrar quiso enseñarle a trabajar sin comer. Empezó reduciéndole cada día un poco más la comida. Pasaron los días y al animal cada vez comía menos y trabajaba igual. El campesino, muy contento, decidió no darle más de comer y el burro siguió trabajando. ¡Ya lo he conseguido! - dijo el labriego. A los pocos días, al encontrarse al burro muerto en el suelo, exclamó: ¡Qué mala suerte tengo! Ahora que el burro había aprendido a trabajar sin comer, va y se muere. La atención primaria lleva demasiados años trabajando sin comer. Necesitada de inversión en ladrillo, en personal e innovación organizativa, nada de ello se ha producido. Nos ocupamos hoy de la inversión en ladrillo, imprescindible para la inversión en personal y para la innovación organizativa.