lunes, 1 de mayo de 2017

Esperar para operase en España es desespero en los más pobres

Lo recordaba Enrique Costas en un reciente artículo: las listas de espera no son una disfunción del sistema sanitario sino la consecuencia inevitable de una sanidad gratuita. Los sistemas de salud universales pagados por impuestos han abolido el precio del mercado a fin de que todos tengamos la misma oportunidad de ser atendidos. Ya no se paga con dinero sino con tiempo y lo que esto conlleva (dolor, sufrimiento, desamparo, desespero, etc.). Por ejemplo, el tiempo de espera para ser intervenido de forma programada. Ante esta situación, en nuestro país los más pudientes no esperan o esperan menos tiempo que los demás.





Que los españoles con más ingresos esperan menos que los de menos renta para el ingreso hospitalario ordinario (no urgente) ya se demostró con datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2001. Y la de 2012 reveló que los funcionarios civiles (Muface), judiciales (Mugeju) y militares (Isfas) también esperan menos para dicho ingreso que los españoles cubiertos por el Sistema Nacional de Salud (SNS). Cobra así verosimilitud la hipótesis de que el tiempo de espera para el ingreso hospitalario por intervención quirúrgica programada (no urgente) pueda ser sustancialmente mayor en las clases sociales más bajas y en quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario.

Los datos más recientes de la Encuesta Europea de Salud para España de 2014 confirman esta hipótesis. Esta encuesta informa si el sujeto entrevistado ingresó en el último año para una intervención quirúrgica programada, si estuvo o no en lista de espera antes de dicho ingreso y, en caso afirmativo, el tiempo que esperó (en meses). Naturalmente, no incluye como motivo de ingreso el parto o la cesárea. La encuesta también informa sobre la clase social del sujeto (de la clase 1, la más alta, a la clase 6, la más baja) y del tipo de aseguramiento sanitario que le cubre, lo que permite dividir la muestra en tres grupos de aseguramiento. Un mayoritario primer grupo formado por los cubiertos únicamente por el SNS (“Sólo SNS”). Un segundo grupo integrado por los funcionarios mutualistas de Muface, Isfas y Mugeju (“Mutualismo”). Y un tercer grupo constituido por aquellos sujetos cubiertos por un seguro médico privado (“Seguro Privado”), la inmensa mayoría de ellos cubiertos además por el SNS por lo que a este tercer grupo se conoce también como el de la “doble cobertura”.

Al determinar las diferencias según la clase social, los resultados no ofrecen lugar a dudas. Ante una intervención quirúrgica programada (no urgente) que requiera ingreso, las clases sociales más altas permanecen en lista de espera en menor proporción que las clases sociales más bajas. Pero no sólo ocurre eso, sino que además, cuando esperan, lo hacen durante menos tiempo (pese a los 15 meses que dicen esperar los sujetos de la clase 2). 



Al atender al tipo de aseguramiento apreciamos también claras diferencias. El 53,6% de los sujetos cubiertos únicamente por el SNS estuvo en lista de espera antes del último ingreso motivado por intervención quirúrgica. Mientras que en el mutualismo y en el grupo de los seguros privados esto ocurre solamente en el 14,5% y el 17,9% de los casos respectivamente. Y si hay que esperar, los cubiertos únicamente por el SNS esperan tres veces más que los mutualistas (9,06 vs. 3,13 meses)  y casi del doble que los que tienen seguros privados (5,6 meses). 



¿Y a cargo de quién corrieron los gastos de hospitalización? Por clases sociales, se detecta un claro gradiente creciente en la respuesta "Sanidad Pública (seguridad social)" y decreciente en la respuesta "Sociedad médica privada". En las respuestas "Mutualidad obligatoria (Muface, Isfas, etc)" y “Sociedad Médica Privada” predominan abrumadoramente las tres primeras clases sociales. Según tipo de aseguramiento, el 96% de los que tienen al SNS como único asegurador sanitario responden "Sanidad Pública (Seguridad social)", el 76% de los mutualistas responden "Mutualidad obligatoria (Muface, Isfas, etc)” y el 68% de los que tienen seguros médicos privados responden "Sociedad médica privada". 



Que estas desigualdades persistan en nuestra sanidad bajo financiación pública constituye una de sus inequidades más intolerable por evitable. Con el mismo dinero público que se financia el SNS, también se financia el mutualismo y se incentiva fiscalmente el seguro médico privado. Se consigue así que ante una intervención quirúrgica programada que requiera ingreso, las clases pudientes se vean menos afectadas por la lista y el tiempo de espera, el cual se convierte en tiempo de desespero en los más pobres. Y esta flagrante inequidad, pagada con dinero público, ocurre en nuestra sanidad pública pagada por unos impuestos que en su conjunto son, además, nada progresivos. Ante ella hay que responder, al menos, con mecanismos de transparencia y de gestión independiente como los que el propio Enrique Costas propone en el artículo mencionado.





2 comentarios:

  1. Hola Juan
    Felicidades por un post mas excelente como el resto! Echo de menos la desagregación por clase dentro de los que solo usan el SNS, no se si es demasiado pedir... Para saber si la menor espera se debe exclusivamente al efecto de los seguros privados o tambien es importante dentro del SNS.
    Abrazos
    Ana

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    1. Hola Ana, cuando trabajé los datos hace muchos meses ya miré esto y no me llamó mucho la atención, no recuerdo que hubiera tanto gradiente. Pero tienes razón, es importante comparar los que tienen sólo SNS con el conjunto de la muestra. Lo miro despacio y creo que vale la pena hacer una entrada con ello. Muchas gracias por el comentario y la idea
      Un abrazo
      Juan

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