domingo, 20 de septiembre de 2015

La Atención Primaria española, entre las primeras de Europa (por Verónica Casado)


A veces estamos tan cerca de las cosas que perdemos perspectiva. Nos agobian los tiempos, las limitaciones presupuestarias, el dar la mejor respuesta a nuestros pacientes, la falta de reconocimiento de la medicina de familia y de la atención primaria, que perdemos el sentido del propio valor de nuestra función. Sin embargo, cuando salimos fuera de nuestras fronteras hay tres cosas que nos reconocen: la Organización Nacional de Trasplantes, el sistema MIR y la Atención Primaria. Y llega la OMS y publica el trabajo “Building primary care in a changing Europe[1], dirigido por Dionne Kringos que lleva varios años estudiando la Atención Primaria europea. Este trabajo es producto  del estudio PHAMEU (Primary Health Care Activity Monitor for Europe). En él se han empleando 115 indicadores de estructura, proceso y resultados de los sistemas sanitarios y de la atención primaria de 31 países europeos. A partir de ellos se han construido siete dimensiones relacionadas con la Atención Primaria: 1. Relativas a estructura: gobernanza, condiciones económicas y desarrollo de los recursos humanos; 2. Relativas a proceso: accesibilidad, continuidad, coordinación y resolutividad; y 3. Relativas a resultados: calidad, eficiencia y equidad.




Encuentran que en Europa los sistemas Bismarkianos (Bélgica, Francia, Alemania) tienen una atención primaria más débil; que los antiguos países de la Unión Soviética han dado un impulso importante en los últimos años a la atención primaria; que los países con políticas socialdemócratas son más propensos a tener modelos de atención primaria más potentes; que los países más ricos tienen más probabilidades de tener modelos de atención primaria más débiles y que los valores sociales en un país se relacionan con la fortaleza de su atención primaria. 
 
La riqueza de los datos recogidos en el proyecto PHAMEU ha mostrado la complejidad y la variabilidad de la atención primaria en Europa. España está situada la tercera después de Reino Unido y Países Bajos en cuanto a criterios estructurales (gobernanza, condiciones económicas y desarrollo de los recursos humanos). En términos de proceso (accesibilidad, continuidad, coordinación y resolutividad), los países mejor destacados han sido Dinamarca, España y Reino Unido.
 
 
Diversidad en la fortaleza de la atención primaria en Europa
Considerando datos de las siete dimensiones (3 de estructura y 4 de proceso) presentados de forma agregada los autores calculan una puntuación total de la "fortaleza" de la atención primaria de cada país. Los resultados los muestran en la figura 4.2 de la pág. 110 que se reproduce a continuación. Esta figura muestra los países divididos en tres grupos según la "fuerza" (baja, media y alta) de su atención primaria. Los países donde la atención primaria es relativamente más fuerte son: Portugal y España, los países alrededor del Mar del Norte (Bélgica, Reino Unido, Países Bajos y Dinamarca), Eslovenia y tres países del Norte y Este de Europa (Lituania, Estonia y Finlandia). Los modelos de atención primaria en Europa central son relativamente débiles, en particular en Eslovaquia, Austria y Hungría y también en el sudeste de Europa y Turquía.
 



 
En el estudio PHAMEU se detecta correlación de la estructura y los procesos de atención primaria con las variables de resultado [2]. Pero en relación a la eficiencia hay un dato que resaltan los autores del trabajo. Algunos países con fuerte atención primaria no están entre los más eficientes, en términos relativos. Sólo unos pocos países con una relativa atención primaria fuerte dentro del sistema eran también relativamente más eficientes: los Países Bajos, Portugal, Finlandia, Lituania y Estonia. Y España no está en este grupo. En contraste, hubo países con una relativa débil atención primaria pero que eran relativamente eficientes: Luxemburgo, Bulgaria y Hungría. Este hallazgo sugiere que, si se persigue eficiencia y fortaleza, es clave el peso y valor que se le conceda a la atención primaria en relación al resto del sistema sanitario. En general, los resultados sugieren que para mejorar la eficiencia de la atención primaria no es suficiente estructura y proceso, sino que es importante centrarse en fortalecer el acceso y la coordinación de la atención y especialmente los recursos económicos disponibles para la atención primaria. Financiar mejor la atención primaria impacta sobre la eficiencia global del sistema.
 
Barbara Starfield [3] ya situó la Atención Primaria española en 1994 entre la primeras y este trabajo 20 años después viene a confirmar que en algún momento ha habido buenos planificadores, que han permitido que buenos médicos de familia y buenos EAP consigan calidad en la función nuclear del sistema sanitario. Nuestro trabajo ha tenido impacto y es clave para la efectividad, eficiencia, viabilidad, equidad, seguridad y sostenibilidad de nuestro sistema.
 
Esperemos que la tendencia en la reducción del peso presupuestario de la atención primaria detectada en los últimos años se reconduzca y no impacte negativamente sobre estos buenos resultados y que se tomen medidas para una mejor eficiencia a través de una mejor financiación, una mayor accesibilidad (tiempo!) y una mejor coordinación y que se apueste por prestigiar y valorizar uno de los elementos más importantes del sistema sanitario español que es nuestra Atención Primaria. La valorización externa es buena, pero la valorización interna, la nuestra propia y la de nuestros pacientes y nuestros gobernantes es imprescindible. ¡Y parece bastante claro que existen razones para ello!

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Verónica Casado es médico de familia del centro de salud Parquesol de Valladolid, profesora y responsable de la Unidad Docente de Medicina de Familia de la Facultad de Medicina de Valladolid, y ex-Presidenta de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina de Familia.




 

Y de propina...


 

5 comentarios:

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  2. Interesante comentario de Verónica Casado. Personalmente me pregunto: Si España se encuentra entre los países europeos con una AP más fuerte ¿cómo será la AP de los países con fuerza media o baja?.
    Desgraciadamente la AP española aún no había conseguido despegar, lastrada por la herencia de lo que se hacía en el "modelo tradicional", del que no hemos llegado a deshacernos, de manera que a veces se puede tener la tentación de pensar que tiene más sentido realizar gran parte del trabajo que aún se realiza en nuestra AP actual en aquel modelo que en este.
    Añadiría que no nos engañemos: la supuesta eficiencia de nuestra AP, y de toda la Sanidad Pública de nuestro país, se basa fundamentalmente en lo mal pagados que están los profesionales; desde luego no en la actual administración de los gestores, que se caracteriza fundamentalmente en profundizar en el maltrato a los profesionales para continuar con la legendaria eficiencia del sistema, a costa de dichos profesionales y de los pacientes, por supuesto, porque con profesionales descontentos, cansados y que se sienten ajenos a la "empresa" no se consigue una buena atención. Y algunos hablan de que van a "Humanizar la Sanidad". Deberán empezar por humanizar el trato a sus profesionales

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  3. Yo sigo a lo mío 20 años después, Resultados y Accountability. Es triste que, pudiendo, no sepamos. ¿Quién me mandaría a mi leer esta frase de Lord Kelvin?: "If you can't measure it you can't improve it". Y, ¿porqué los políticos de todo signo pasan silbando sobre la cuestión?. Y, mas aún, no veo mareas de profesionales interesados en saber como lo hacen, porque ¿y tu como lo haces? ¿bien? ¿y como lo sabes?. Ah, que crees que bien, ya.

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  4. Ya veremos cuanto tiempo de podrá mantener

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  5. Creo, efectivamente, que gran parte de eficiencia de nuestra AP se debe a los bajos gastos de personal. Tenemos salarios poco dignos. Realmente, ¿no es así como están pretendiendo competir nuestras empresas con el resto del mundo?

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