domingo, 30 de septiembre de 2018

Jubilaciones forzosas y autoforzadas jubilaciones

Tras reciente sentencia del Tribunal Superior de Aragón, el Gobierno de esta Comunidad indemnizará con 30 millones de euros a los 161 médicos que jubiló forzosamente en 2013 (aquí). Estas jubilaciones forzosas ocurrieron en prácticamente todos los servicios regionales de salud durante los años de los recortes. Por poner otro ejemplo, la Justicia también da la razón a los médicos en la Comunidad Valenciana (aquí). Ya sabemos que entonces no "faltaban" médicos y los (i)responsables sanitarios se podían permitir esos lujos. Tiempo después tanto en Aragón (aquí) como en Valencia (aquí), por poner sólo dos ejemplos, el retraso de la jubilación de los profesionales se ve como solución a la "falta" de médicos. Es tan vomitivo todo esto que ni todo el primperam del mundo lo aplacaría.



DE LAS JUBILACIONES "FORZOSAS" A LAS "AUTOFORZADAS" JUBILACIONES
Según los datos de la Estadística del Gasto Sanitario Público (aquí), los recortes en el gasto de personal supusieron el 42,2% de todo lo recortado en el Sistema Nacional de Salud. Y además, el recorte en el gasto de personal fue un 60% más intenso en atención primaria que en especializada.


La consecuencia de todo esto es que, pasados los años de las jubilaciones "forzosas", lo que ahora empieza es la etapa de las "autoforzadas" jubilaciones. Los médicos, especialmente en atención primaria, ya no aguantan más la situación de deterioro y se van. Ellos mismos "fuerzan" la jubilación en cuanto pueden. Este mes que hoy termina, hemos tenido dos clarísimos ejemplos en sendos médicos de familia que se han jubilado "precozmente". Tuvimos noticia de la "autoforzada" jubilación de Santiago Alberca Herrero el 21 de septiembre (aquí). Cinco días después conocimos la de Josep María Sagrera Mis (aquí). Ambos lo hicieron tras 39 años de ejercicio profesional y con una carta de despedida dirigida a sus pacientes. Por su interés, las reproduzco íntegras en esta entrada. Traduzco la de Josep María, publicada en catalán, cuya imagen se adjunta al comienzo de esta entrada.



¿Por qué me voy antes de los 65? La despedida de un médico rural a sus pacientes

Estimados pacientes:
Próxima mi jubilación, sirvan estas líneas para agradecer vuestro apoyo, confianza, y comprensión sabiendo disculpar los momentos en que no he podido dedicaros todo el tiempo que habría deseado. Durante estos trece (casi catorce) años, hemos disfrutado de momentos buenos, gratificantes cuando el objetivo de recuperación del enfermo se ha conseguido y otros frustrantes, cuando a pesar de todos los medios puestos, ello no ha sido posible, pero con la satisfacción en estos casos de contribuir a aliviar el sufrimiento del paciente y familiares. El poner fin a este periodo de mi vida (39 años de ejercicio profesional) coincide con el fin de mi etapa con vosotros, y es particularmente duro, dada nuestra relación desde la acogida inicial hasta este momento, aceptando mi forma de ser y trabajar y sabiendo disculpar las ocasiones en que no he podido dedicar toda la atención por falta de tiempo, como digo al principio, y es duro porque no cumplo la jubilación por edad por algo más de año y medio, sino porque las condiciones de trabajo actuales lo han convertido en lo que para mí no debería ser: acúmulo de trabajo al tener que suplir frecuentemente ausencias de otros compañeros, tareas administrativas permanentes e interminables, informática que no funciona y desespera (hasta el punto que dedicamos más tiempo a esto que al objetivo para el que yo me preparé y comencé a desarrollar en 1978, VER Y TRATAR enfermos). Contribuye también a la toma de esta decisión el acceso a atención especializada cada vez más complicado, pruebas diagnósticas con demora, urgencias saturadas…; En fin, todo ello me ha llevado a “tirar la toalla” en este momento. Gracias de todo corazón y perdón por las ocasiones en las que no he estado a la altura esperada al no haber cubierto las expectativas que con vuestra confianza habíais depositado en mí. Vuestro hasta ahora médico y, espero, para siempre amigo,

Santiago Alberca Herrero





Despedida de un médico

Estimados pacientes,
Después de 27 años en el centro de atención primaria (CAP) del Eixample y 39 ejerciendo de médico, llega el momento de la despedida y la hora del adiós: ¡me jubilo! Soy muy afortunado por haber podido dedicar este largo período de tiempo desarrollando mi vocación: trabajar de médico de familia y estar a vuestro lado para intentar prevenir y curar los problemas de salud que, inevitablemente, la vida nos depara... Me ha costado mucho tomar esta decisión que, os confieso, ha sido una de las más difíciles de mi vida. Me voy un poco antes de lo que correspondería (a los 63 años y pico), decepcionado por el deterioro progresivo y persistente de la Atención Primaria de Lleida por la falta de los recursos adecuados, lo que dificulta el hecho de poder trabajar en las condiciones laborales adecuadas y hace muy pesada el trabajo del personal de los CAP (ausencia absoluta de sustitutos y refuerzos en periodos de vacaciones y de gran aumento de la demanda asistencial como la gripe, cobertura incompleta de las bajas laborales, contratos indignos para las médicas y enfermeras jóvenes y un largo etcétera). Mi agradecimiento a todas las amigas y compañeras (los hombres estamos en franca minoría en el mundo sanitario) que han compartido estos años de intenso trabajo en equipo, siempre con un objetivo claro: gestionar lo mejor posible la salud de nuestros ciudadanos. Muchas gracias por su apoyo en los momentos difíciles. Os llevaré siempre en mi corazón.

Josep María Sagrera Mis






MEDIDAS CONTRA EL TSUNAMI: NO HACER EN GESTIÓN DE ATENCIÓN PRIMARIA
El tsunami que se nos viene encima en atención primaria sólo se puede paliar con medidas de urgencia como las que anteayer mismo nos recordaba Rafa Bravo en su blog (aquí). Corto y pego imagen de la entrada que resume en 10 titulares un texto suyo publicado en la Revista de la Sociedad Madrileña de Médicos de Familia (aquí).









4 comentarios:

  1. impresionantes los comentarios de los compañeros!.
    Realmente nos estamos dejando avasallar hasta unos limites que no alcanzo a comprender. Somos muchos, nos gusta lo que hacemos, es una profesión que no cambiaría por otra, tenemos a los pacietes ya la sociedad que nos apoya, pero el adocenamiento generalizado, el pasotismo, el sálvese quien pueda,......¿que eslo que nos está pasando?

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  2. Yo también me jubilé hace un año y medio anticipadamente a causa de la sobrecarga asistencial (consulta de médico de familia con urgencias añadidas durante la consulta y salidas urgentes como 061 durante la consulta) , aprovechando que por ley me podía jubilar sin perder dinero, de la pensión que me hubiese correspondido si me hubiera jubilado a los 65 años y pico. He trabajado siempre en zona rural de la isla de Mallorca y he disfrutado mucho de mi trabajo hasta el momento de la jubilación. También escribí una carta de despedida. Y hay más casos similares.

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  3. Creo que todos estamos hasta el gorro. Yo no me he jubilado aún porque no puedo por falta de tiempo cotizado; podría darme de baja por enfermedad grave pero me avergonzaría andar luego por el pueblo como si nada. Tras 32 años de pediatra de Atención primaria en un pueblo de Extremadura sólo la disminución de la natalidad está aliviando mi actividad diaria. Cuando dentro de 19 meses me jubile no sé si escribiré una carta a mis usuarios, pero si lo hago no será para darle las gracias. Saludos.

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  4. Es inaceptable que algunas de las personas mas comprometidas con la AP tengan que llegar a esta conclusión después de largos años de compromiso, excelencia y dedicación. No es fácil encontrar la salida pero hay que poner la AP de una vez por todas en la agenda de la política autonómica y Estatal. Si se logra convencer a loes legisladores del impacto de la mejora de la primaria en la eficiencia y sostenibilidad financiera del sistema podríamos abrir una vía de esperanza ( que nosotros ya no disfrutaremos)- Un abrazo a Santiago y Josep Maria. La vida sigue...

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