Querido Fernando,

Ayer, cuando te fuiste, no tenía el cuerpo para escribirte, y mira que lo intenté. Cuando por la tarde vi la nota de la semfyc, entré enseguida a tu tuiter y vi mensajes tuyos de anteayer sobre el perro de Paulov. No puede ser, ¿se habrán equivocado estos de la semfyc? Raro, muy raro. Visité a continuación el tuiter de Rafa (Bravo) y el mazazo fue brutal. Enseguida mandé un correo a nuestro querido Ángel (Ruiz-Téllez) que tuvo el detalle de llamarme unas horas después. Querido Fernando, hoy sólo quiero darte las gracias. Agradecerte todo lo que he aprendido de ti. Darte las gracias por haber mantenido el contacto durante tantos años, por tu forma de ser y de tratarme. Aprendí de ti antes de conocerte personalmente con esos artículos que escribiste hace muchos años con Ángel. Luego, en 2004, en Buitrago, con Juan (Gérvas) de anfitrión, nos conocimos personalmente y seguí aprendiendo, y desde entonces hasta hoy. Te pongo abajo la foto de entonces por si, con las prisas, se te olvidó llevártela. ¡Qué jóvenes estábamos! ¿eh? La vida te hace conocer a personas muy especiales. Tú has sido una de esas personas. Sólo puedo agradecer a la vida haberte conocido y cagarme en su puta madre por haberte arrancado de nosotros tan pronto.