sábado, 14 de septiembre de 2019

CUANDO YA NO PUEDES MÁS, por Enrique Gavilán





CUANDO YA NO PUEDES MÁS, es el título del libro (aquí y aquí) que acaba de publicar nuestro querido y admirado Enrique Gavilán. El libro está ya a la venta online en algunas librerías (por ejemplo: aquíaquí y aquí) y en Amazon (aquí) y físicamente en las librerías de las grandes capitales y a partir del 16 en el resto. Se trata de una historia personal de superación ante la adversidad laboral. «Sin edulcorantes, sin grandes pretensiones. Solo contar una historia. Mi historia», en palabras del propio Enrique.


Rafa Bravo, en el prólogo dice: «Nos adentramos en las tribulaciones de un médico intentando alcanzar ese modelo perfecto de médico de familia que ha aprendido, que choca con un sistema cuasi funcionarial donde los méritos y el buen trabajo son menos que nada […] Vas a adentrarte en lo que un profesional escribió, como terapia, recordatorio, apunte de una situación difícil, en una profesión difícil y en un momento difícil de nuestra historia reciente; pero no temas, vas a disfrutar, ¡de verdad¡, porque te puedes encontrar reflejado, porque te darás cuenta de las grandezas y miserias de una profesión…Vas a compartir el verdadero privilegio haber contemplado una vida difícil. Merece mucho la pena leer este libro. Al llegar al final, sin duda, estarás de acuerdo conmigo».

A Enrique Gavilán no le asusta contar la verdad, lo podemos comprobar en este extracto de una entrevista que le hizo Jordi Évole.




Me parece que, en mayor o menor medida, la historia de Enrique la hemos pasado muchos de los médicos de familia en algún momento. Y no tengo ninguna duda de que es producto de lo que he llamado "La negra noche de la atención primaria española" en donde la oscuridad es tan intensa que ni siquiera la vemos, no somos conscientes de esa oscuridad ni de la penuria profesional en la que nos encontramos. En estas condiciones, y para adaptarnos al medio, los médicos de familia hemos tenido que aprender a hacer varias cosas a la vez en la consulta y desarrollar sentidos alternativos para poder ejercer en la más completa oscuridad. Como los topos -no somos ciegos pero casi- nuestro olfato (clínico) es espectacular. Como dice Enrique en el libro: «Auscultamos con una mano al paciente y con la otra le tomamos la temperatura mientras con el rabillo de un ojo inspeccionamos cómo es su respiración y con el del otro comprobamos el nivel de oxígeno que mide el pulsioxímetro en un dedo del paciente…».  Es la práctica de una atención clínica "a destajo"... como si nos pagaran más cuantos más pacientes viésemos cuando no es así. A eso hemos llegado... a una pornoatenciónprimaria.

Y las consecuencias para Enrique las describe él mismo así: «Preso de la frustración, me veía sobrepasado por los acontecimientos. Me sorprendían mis propias reacciones, en las que no me reconocía. Sentía asco de lo que me estaba convirtiendo. Pero no era capaz de salir del círculo vicioso». Enrique habló con su médica, ésta le aconsejó que pidiera ayuda, le hizo caso, acudió a una terapia y, tras un complicado proceso, logró salir del pozo. A lo largo de mucho tiempo, Enrique fue tomando notas, y más adelante reescribió toda esa historia y se la pasó a un amigo editor, que ahora lo publica en un libro que el propio Enrique resume así: «Este viaje interior, de ida y de venida, ha sido el más largo, arriesgado, imprevisto, apasionante, intrigante y caro de mi vida. Ha merecido la pena».

No os lo perdáis.




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