domingo, 14 de diciembre de 2014

Transparencia negra y peluda en el gasto en farmacia hospitalaria



Benito de Serrat inspira el titulo de esta entrada igual que un comentario hecho a una entrada previa inspira el contenido de la misma. Gracias a ambos por la inspiración.

En 2010, el INE mostraba (Ficha IOE 2010: 54089) que a partir de entonces algo se iba a hacer para conocer el gasto público en farmacia hospitalaria. Lo recogieron los medios señalando que el “apagón informativo” respecto del gasto público en farmacia hospitalaria se iba a terminar a partir de 2011. Se llegó a presupuestar más de 165 mil euros para financiar esta estadística incluida en el Plan Estadístico Nacional 2013-2016. Todo empezó en 2009 pues ya entonces se incluyó está estadística en el Plan 2009-2012.




Toda esta historia estadística iniciada hace seis años ha sido una auténtica tomadura de pelo, un coitus interruptus de transparencia, una burla que ya resulta insultante para ciudadanos y profesionales. Durante estos años de crisis, mientras todo lo demás menguaba (salarios, gasto de receta, inversiones, universalidad, etc.) el gasto en farmacia hospitalaria crecía mucho: de los 3.001 millones en 2007 a los 4.602 en 2013. Y ha crecido tanto que, según Farmaindustria, el gasto farmacéutico hospitalario público supera el 50% del gasto farmacéutico de receta desde 2013. Esta relación era del 22% en 1995 y del 33% en 2008. Como ejemplo, la Comunidad Valenciana reconoce que su gasto público en farmacia hospitalaria fue de 617,4 millones de euros en 2013. Ese mismo año, su gasto en farmacia de receta alcanzó los 1.106 millones según el Ministerio.
La cosa llega hasta tal punto que la Comisión Europea, cuando analiza el plan presupuestario español para 2015, hace una mención especial al asunto y aconseja a nuestro país “seguir aumentando la eficiencia del sistema sanitario, sobre todo aumentando la racionalización del gasto farmacéutico, inclusive en los hospitales”. Las leyes en España parecen hechas para no cumplirse (Ley General de Sanidad, Ley de Salud Pública, p.e.) y las de la era Mato no iban a ser menos: ninguna Comunidad aplica el copago hospitalario de Mato un año después. Por lo visto, el mal uso, el abuso y la mala o ineficiente prescripción que se intentan reducir con el copago en la farmacia de receta no existen cuando hablamos de la farmacia hospitalaria. Aquí todo es inmaculado y virginal, lo que no ha impedido que durante la última década el gasto público en farmacia hospitalaria galopara contra viento, marea y crisis.
Dicho todo esto, no parece que un supuesto trasvase en la dispensación de determinada medicación cara desde la farmacia comunitaria a la farmacia hospitalaria pueda explicar parte relevante de la reducción habida en el gasto en farmacia de receta en los últimos años. Reducción que, dicho sea de paso, empezó mucho antes de la introducción del Mato-copago, exactamente empezó a partir de octubre de 2010. Quizás exista, pero yo no recuerdo ningún medicamento que en 2010 pudiera prescribir en mi consulta y dispensar la farmacia del barrio y ahora sólo se pueda prescribir y dispensar en el hospital.

Una cosa es que puedan producirse ahorros (márgenes distribución y farmacia) en determinados nuevos medicamentos caros que, pudiendo perfectamente dispensarse en la farmacia comunitaria para su uso por pacientes ambulatorios, se decida su clasificación como de uso o de diagnóstico hospitalario y pasen a dispensarse únicamente en los hospitales por estar, además, indicados en situaciones clínicas y pacientes muy concretos que normalmente precisan estrecho seguimiento especializado. Pese a ello, no es despreciable el número de casos en los que esos ahorros se atenúan cuando no todos los hospitales compran al precio menor. Probablemente una compra centralizada reduciría estas diferencias en los precios a los que compran unos y otros hospitales, no sólo en la Comunidad de Madrid también en otras.

Otra cosa bien distinta es que la industria, mientras también ajusta su propia soldadesca, haya decidido mantener en stand by la batalla en el sector ambulatorio de su negocio ligado a la atención primaria para concentrar su esfuerzo y presión en el sector hospitalario (“lo que me dejo quitar por un sitio lo medio compenso por el otro”), batalla ésta última que en parte se libra en las moquetas de consejerías y ministerios sin necesidad de tanta infantería.

Por ejemplo, en las moquetas de Hacienda se está fraguando un pacto: Hacienda quiere pactar un techo de gasto en farmacia con Farmaindustria ligado al crecimiento del PIB. Desde luego, ya sabemos que pactar un “techo” con Farmaindustria es lo mismo que pactar un “suelo”, aunque dicho acuerdo incluya el gasto en farmacia hospitalaria. De hecho, al nuevo ministro Alonso ya le ha traicionado el subconsciente y dice que está trabajando para "garantizar el gasto farmacéutico". Ya me gustaría a mí que me trataran así y me ofrecieran la posibilidad de pactar para los próximos años un “suelo-techo” de mi salario ligado al crecimiento del PIB y que trabajaran para "garantizar" mi sueldo en vez de reducírmelo.

La cuestión es que de donde no hay no se puede sacar, y si se pacta con la industria lo que irá para la industria se está pactando al mismo tiempo lo que no irá para los currelas. Impresentable, pues no hay que olvidar que están siendo precisamente los currelas, con su pérdida de salario y de empleo, los que están contribuyendo a que el sistema no se hunda del todo. No es de extrañar que Sendín, con buen criterio, proteste. A ver si va a resultar que la OMC, tildada por algunos de vetusta, ve más allá de sus narices y vela más que sindicatos (profesionales y no profesionales) por la defensa del salario de los currelas de la sanidad pública.

Evolución del gasto público en farmacia hospitalaria y en farmacia de receta (1995-2013)
Recopilar información sobre el gasto público en farmacia hospitalaria es muy difícil cuando la transparencia es tan negra y peluda. El siguiente gráfico lo he elaborado con la escasa información disponible y que me ha parecido más fiable. Los datos proceden de diversas fuentes. El gasto en farmacia de receta desde 1995 hasta 2003 procede del un documento del CGCOF  y desde 2004 hasta 2013 procede del Ministerio de Sanidad. El gasto público en farmacia hospitalaria desde 1995 hasta 2004 procede del documento del CGCOF; desde 2005 hasta 2009 procede de un estudio de la FADSP y desde 2010 hasta 2013 procede de un documento de Farmaindustria. A la vista del gráfico da la impresión de que en el estudio de la FADSP se infraestimó ligeramente la cuantía del gasto público en farmacia hospitalaria. En 2013, el gasto en farmacia de receta se sitúa a nivel de 2003, mientras que el de farmacia hospitalaria duplica el de 2003.



  

4 comentarios:

  1. Muy buen análisis, como de costumbre, Juan. Gran parte del crecimiento del gasto farmacéutico hospitalario se debe al elevado precio y al elevado uso de citostáticos e inmunosupresores. Según cita L. Girona en el libro de la FADSP "Treinta años del SNS....", en los periodos 2000-2005 y 2005-2010 los citostáticos crecieron un 137,64 % y un 144,57 %, respectivamente; y los inmunosuprsores un 312,41 % y un 801,83 %.

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  2. PONGO ESTE COMENTARIO HECHO POR CARLOS GARCIA EN LA LISTA MEDFAM PARA QUE SE PUEDA TENER ACCESO AL MISMO Y A LOS LINKS QUE APORTA:

    No es cierto eso de que en los últimos años, no ha habido transferencias de determinados medicamentos de receta (visada/DH o no) a uso hospitalario (H): claro que las ha habido.

    La prueba la tienes en que el año 2011, la Ley española, para evitar el visado de inspección de determinadas recetas, crea una categoría legal intermedia (el envase desprovisto de cupón precinto) entre receta y uso hospitalario, que no existe en la nomenclatura europea : la lista la tienes aquí https://www.msssi.gob.es/profesionales/farmacia/pdf/RelMedDispensacionHospital.pdf, .

    ...y como verás coincide más o menos con la lista de medicamentos de copago hospitalario (ese que las CCAA no aplican por razones politicas) que figura en esta otra resolución https://www.msssi.gob.es/profesionales/farmacia/pdf/Resolucion10Septiembre.pdf


    Por tanto, la falta de datos del consumo de medicamentos "hospitalarios" es de naturaleza multifactorial y multidimensional (como casi todo en este pais) , aunque su finalidad es clara : opacidad y apoyo decidido al hospitalocentrismo .......con la inefable ayuda de los médicos de familia, contentos en "librarse" de semejantes prescripciones, de las farmacia a las que no rentaba el stokaje de estos productos...y de los politicos y gerentes, que así pueden decidir a su antojo cómo y cuándo tratar de la hepatitis C o de la artritis reumatoide a pacientes ambulatorios


    En este contexto, la reciente propuesta de potenciar el acceso farmacéutico por el Ministerio de Hacienda (que es quién está pagando la mayoría de estas facturaciones a través del Fondo de liquidez autonómica) , puede servir, mira tú por donde, no solo para garnatizar el crecimento del gasto hospitalrio sino también para conocer y controlar esta variable a nivel nacional.


    un saludo

    carlos garcía

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